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Phineas

¡Finalmente recreo! Por fin podremos aclarar todo. Salí de clase lo más rápido que pude para encontrar a Isabella, la cual había salido como un cohete de ahí.

No la encontré siquiera en su casillero. Algo vibro en mi bolsillo, supuse que fue un texto. Leí lo que decía.

- Te espero en el gran árbol del patio trasero al final de clases.

-Isabella

Ahora debo esperar hasta la salida, creo me moriré sin saberlo.

{***}

Corrí como si el mundo se fuera acabar detrás de mí ya que se habían acabado las clases, hasta que llegue al gran árbol. Donde la vi a ella recostada del árbol algo ida. Me acerqué a paso lento hacia ella, aunque no se había percatado de mi presencia.

Yo hice un extraño sonido con la garganta haciendo que ella suba la cabeza.

- Hola, Phineas -me saludo con una media sonrisa.

- Hola, Izzy -le salude agachando mi cabeza por un mili segundo.

- Escucha con atención, siempre me gustaste, desde los 12 años, van 5 años y aún no te habías dado cuenta hasta hoy, Phineas..¡Me gustas! Estoy  enamorada de ti ¿Tengo que deletrearlo para que lo entiendas? -exclamó Isabella con los ojos llorosos.

Estaba en shock. Algo no me permitía moverme. No sé si era el terremoto en mi estomago, o la felicidad que sentí en ese instante. Lo único que estaba en mi cabeza era decirle "También me gustas Isabella" pero lo único que pude hacer fue salir corriendo de la escena. Como una niña asustada. Como un perro con la cola entre las piernas. ¡Soy un cobarde! Le di al botón de la skate y salte en esta para escapar del amor de mi vida.

Y me voy a odiar el resto de mi vida por no haberle dicho que me gustaba. Ya se me pasara ¿no? Además me han encargado a decorar el baile de bienvenida, ya que hace algunos días que habíamos entrado.

Y yo que esperaba invitar a Isabella. Llegue a casa sin saludar a nadie y me tire boca abajo en la cama.

- ¿Qué pasa, hermano? -escuche la voz de Ferb.

Yo saque mi cabeza de la almohada y me gire a verlo.

- Soy un cobarde -respondí.

- Esta bien, solo dime qué sucedió y yo te diré lo que pienso -dijo Ferb sentándose en su cama dispuesto a escuchar.

Solté un suspiro.

- Isabella se me confesó, y yo..como un estupido cobarde salí corriendo, pero lo que en realidad estaba en mi cabeza era decirle que..ella también me gustaba -respondí con la mayor sinceridad del mundo.

El pareció sorprenderse un poco, pero luego cambió su rostro a uno de enojo.

- ¡Phineas Flynn! ¡Alguien que venció a la gravedad, viajó a Marte, hizo la montaña rusa más grande del mundo, alargó un día a 48 horas, alguien que puede hacer lo imposible! ¡¿No se puede confesar a una chica?! -exclamó Ferb molesto.

- ¡Tú no lo entiendes! ¡Isabella es diferente! ¡¿Y si arruino algo?! ¿¡Y si me para de amar después de que la deje plantada?! ¡Ahora debería pensar que la rechacé!  -exclamé golpeando mi almohada, la cual era indestructible.

- ¡Ella te sigue amando después de tu despiste, 5 AÑOS! -exclamó Ferb extendiendo sus brazos con la finalidad de explicar lo mucho que es eso.

Yo trague duro. Ahora mismo debería estar en su casa.

- Esta bien, iré a visitarla y a aclarar todo -dije levantándome de mi cama con decisión..

Cruce la calle para llegar a su casa. Rodee la casa porque sabía que casi siempre dejaba la puerta trasera abierta. Así que entre por atrás a la casa. Y no pude avanzar desde ahí.

Vi a Arturo y a Isabella, b-besándose. Yo miraba la escena con lo ojo llorosos. Una lagrima silenciosa se me escapo de mis ojos. Luego vinieron las demás. Mi rostro estaba lleno de lágrimas, y lo peor era que no podía moverme de ahí.

Era como si el universo me quisiera castigar. De repente Isabella empujó a Arturo y giró su cabeza hacia el cristal transparente que dividía el patio de la casa. Ella me miraba con ojos tristes y arrepentidos. Yo di un paso atrás mientras ella corría hacia el cristal.

Ella estampo sus manos en el cristal mientras yo daba otro paso hacia atrás. Ella comenzó a llorar de repente. Eso estrujo mi corazón ¿Yo era el causante de esas lagrimas?

Decidí  salir de allí y comencé a correr hacia mi patio.

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Losiento chicos, pero se acerca el final. Me perdonan si hago historias tan cortas pero no soy un tanque de ideas.
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PhinbellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora