El Cliente -> Capítulo 6

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Colgué y salí del baño. Al llegar a la habitación, contemplé una escena que me dejó algo confundido. Kira se había quedado dormida. Me vestí rápidamente intentando ser lo más silencioso posible. La desaté con lentitud aun sabiendo que el tiempo ahora mismo no estaba de mi parte. No se despertó por lo que la tapé con una manta y salí de su habitación lo más rápido que pude.

Bajé por las escaleras dando zancadas y me fui mezclando con la gente hasta tener en mi zona de visión la puerta por la que podía salir sin que los mafiosos me vieran. Ni siquiera intenté averiguar quiénes eran. Me daba exactamente igual, sólo quería salir de allí de una sola pieza. En cuanto noté que nadie me miraba, me dirigí a la salida como alma que lleva el diablo y cogí el coche de la empresa que estaba en el parking del hotel.

Como todas las noches, aparqué el coche en los aparcamientos de la empresa y cogí el mío. Al llegar a casa, dejé mi abrigo sobre el respaldo del sofá del salón y me desaté los botones de las mangas de mi camisa blanca. Me arremangué y me aflojé la corbata. Noté la tensión acumulada en mi cuello, había sido un día largo y apenas había tenido tiempo para relajarme. Me lo masajeé durante un par de minutos. Al notarme más calmado, cogí un vaso, puse dos cubitos de hielo y eché Whisky hasta que llegó a la mitad del vaso. Di un gran trago mientras caminaba hacia mi sillón de cuero en el que solía leer un libro detrás de otro. En mi cabeza había muchas piezas que no podía encajar. ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Qué querían? ¿Tendrían algo que ver con Kira? ¿Habían sido citados por ella o Kira no tenía ni idea de su presencia? ¿Habría planeado quitarme de en medio?

Mi cabeza intentaba dar respuestas racionales a todas esas preguntas mientras daba pequeños tragos a mi vaso lleno de alcohol. Fruncí el ceño y me froté la frente con la mano mientras intentaba sacar conclusiones válidas que me ayudaran a encajar cada pieza del puzle.

Si Kira hubiera sabido que iba a pasar la noche con ella, habría aplazado cualquier otra reunión que tuviera. A no ser que esos hombres no hubieran avisado de su llegada. Sabiendo la clase de persona que es, no sería una barbaridad pensar que esos trajeados estuvieran en su contra. Entonces me di cuenta de que, si estaba en lo cierto, la había dejado sola, dormida, sin protección...

Sentí un escalofrío recorriéndome la espalda de arriba abajo. Mis manos comenzaron a estar sudorosas y mis piernas empezaron a temblar al pensar en que había dejado en una completa soledad a Kira, sin avisarla de mi marcha. La había abandonado a su suerte. Aunque sabía que era una mujer fuerte y sabía defenderse, no lo tenía tan claro sabiendo que se había quedado dormida, hecha una bola, después de haberse bebido unas cuantas copas de vino. Parecía una niña pequeña que después de un largo día, cae rendida encima de su cama y no se molesta ni en desvestirse.

Pasé mis manos por el pelo con nerviosismo y le di el último trago al vaso de Whisky. Mientras me levantaba para ir a la cocina a lavarlo, el timbre de la puerta sonó. Dejé el vaso sobre la encimera y me acerqué apresuradamente a la puerta. Miré por la mirilla pidiéndole a quien estuviera allí arriba que fuera Kira quien llamaba a mi puerta y no esos hombres trajeados.

-¿Qué haces aquí?

-Yo también me alegro de verte hermano –dijo Gabi mientras se acercaba para darme un fuerte abrazo.

-¿Cómo sabías que estaba en casa? –pregunté correspondiéndole al abrazo.

-Pasaba por tu calle y vi que tenías una ventana abierta, y sé que era muy pronto para que estuvieras con una mujer y que jamás te traerías a la mujer mafiosa a tu propia casa por miedo a que te descubriera y supiera dónde vives.

-Me conoces demasiado bien –dije orgulloso de que Gabi fuera tan observador.

-Eres mi hermano. Como para no conocerte –dijo mientras se quitaba su abrigo.

El Cliente ( +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora