Capítulo sin título 4.

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-Bueno, creo que con esto ya he comido por hoy.

-Que asco...

Me comí un buen pedazo de ese repugnante perro. He de reconocer que de no ser por esa niña, me dolería ya de hace un buen rato la barriga por comer carne cruda.

-Bueno, voy a fuera otro rato, ahora vuelvo.

-No tardes, por favor.

Me guardé a Olg y a la pistola X. Me apetecía cargarme a algún idiota que hubiese por allí perdido. Para mi suerte, no tardé ni 3 minutos en encontrarme a un lelo tirado en el suelo y mirando al cielo. 

-No te acerques más o te mato.

El subnormal me dirigió la palabra, pero ni siquiera me miró.

-Muy gracioso, ¿qué te trae por aquí, idiota con ganas de que le vuele la cabeza?

-Nada en especial, tan solo miraba el cielo, pero parece que podré probar mis nuevos poderes con un idiota como tú.

Fruncí el ceño y cogí mi pistola. El tipo se levantó, no debía de tener más de 15 años, pero su mirada era de alguien frío y sin escrúpulos.

-¿A qué te refieres con eso de "poderes"? ¿Vas drogado o algo así?

El suelo entonces empezó a temblar. Pequeñas rocas provenientes del suelo comenzaron a levitar y a unirse en un mismo punto, la mano de ese gilipollas.

-Pero...¿qué coño...?

Las piedrecitas acabaron formando una roca de unos 6 metros cuadrados de diámetro. El chico me lanzó la piedra, la cual logré esquivar.

-Idiota, a esa velocidad no me vas a dar en la vida.

-Detrás...

-¿Cómo?

Me giré y vi que el conjunto de piedras estaba a pocos cm de mi. La esquivé nuevamente, aunque con más dificultad esta vez. Disparé a la bola de rocas y estalló en mil pedazos.

-Bueno, parece que con solo el 2% de mi poder no podré contra ti, eres un poco molesto la verdad... 

Del suelo salió una barra metálica puntiaguda, que fue volando a una velocidad increíble a la cabeza de ese sujeto. Cuando estaba a pocos milímetros de que le atravesase ese cabezón, lo paró con su mano.

-Usaré un 6% a ver qué tal...

Traté de moverme, pero me era imposible, estaba inmovilizado...                                                                          El niñato me lanzó la barra de metal a la cabeza, pero Olg la desvió.

-Buena chica, Olg.

La espada se abalanzó sobre ese chico, el cual alzó su brazo y levantó un muro de escombros justo enfrente suya. Olg partió por la mitad el muro, levantando tras de si un polvo oscuro y cegador. Aparté mi mirada para evitar que me entrase en los ojos, cuando volví a mirar, vi que Olg perseguía al chico, el cual estaba volando, varios metros sobre el suelo. Mi espada atacaba a una velocidad increíble, pero el tío ese esquivaba absolutamente todos los cortes, y sin mucha dificultad. Tras un largo rato de una batalla aérea, el joven optó por bajar a tierra. Sus movimientos eran increíblemente veloces, más rápidos que los de Camelia. Vi que se dirigía hacia mi mientras Olg seguía persiguiéndole. Antes de chocar conmigo, levitó nuevamente. Olg estuvo a punto de darme, pero evitó si quiera rozarme. Fui a coger mi pistola, cuando vi que ya no la tenía.

-¿Buscas esto?

Miré al cielo y vi que la tenía ese mamón.

-Será hijo de...

Me apuntó y disparó. Pude evadir la bala a tiempo, pero debía evitar que me disparase otra vez. 

-Olg, ataca su brazo, quítale la pistola.

Disparó entonces a la espada, pero no le hizo nada.

-Vaya mierda de pistola...

El chico se paró en seco, Olg estaba a punto de alcanzarle, pero se paró en seco también.

-¿Qué haces Olg? Acaba con él.

-No puede moverse idiota. Parece que para pararla tenía que usar un 23%, bastante para ser una espada. Ahora dile que pare, o te mato.

-¿Qué clase de monstruo eres?

-Un mutante, y me llamo Leonard. Ha sido un placer luchar contigo, pero ya me he aburrido, así que dile a esta cosa que pare, o te vuelo los putos sesos.

-Esta bien... Ya has oído Olg.

La hoja de la espada se volvió a ocultar en el mango y cayó al suelo.

-Muy bien, aquí tienes tu estúpida arma.

Me lanzó la pistola, la cual cogí en el aire.

-Ahora vete, humano inferior, y no vuelvas a molestarme...

Volví a casa, y allí me esperaba Chealse.

-Señor, ha tardado mucho, ¿se encuentra bien?

-Me cago... ¡Me cago en la puta!

-¿Qué le pasa señor?

-¡Ese... cabrón! ¡La próxima vez que lo vea le arrancaré los putos dedos de uno en uno y se los meteré por el culo!

-¿Qué ha pasado, señor?

-¡Nada! ¡Déjame en paz!

-E... Está bien...

Ese mamón, me ha ridiculizado... Imperdonable, simplemente imperdonable... ¡Que humillante, mierda! Estoy tan cabreado...

-Señor, le he preparado un baño...

-Gracias, ahora voy...

Me quité la chaqueta de cuero y la camiseta, dejando mi torso al descubierto. Chealse no podía creer lo que veía.

-¿Y todas esas heridas?

-Cicatrices de guerra, nada importante.

-Parece como si en su momento cada una de ellas estuviera a punto de matarte...

-Bueno, si, algo así, muchas de ellas casi me matan.

Me dirigí al baño, pero Chealse seguía detrás mía.

-¿Te importa?

-Oh, perdone, ya me voy...

Me metí en la bañera, aun con bastante mala leche encima, y para colmo el agua estaba ardiendo, odio el agua caliente...                                                                                                                                                                       Al salir del cuarto de baño, vi que Chealse trataba de coger mi chaqueta.

-¿Qué haces?

-Quería ponerla en el perchero, pero pesa mucho...

-Déjalo, ya lo coloco yo, gracias.

Cogí la americana y la dejé en la percha.

-¿Por qué pesa tanto?

-Para protegerme, si llevase algo ligero y me pegasen un tiro en el pecho, probablemente moriría, pasa igual con las armas blancas, cuanto más pese, más daño hará si golpea.

-Pero si pesa mucho será lenta y fácil de esquivar...

-Si eres hábil, por mucho que te pese una espada, matarás a tu oponente casi seguro. En fin, me voy a sobar, no me molestes.

-¡Hasta mañana!

Me tumbé en mi haraposo colchón y traté de dormir. Ese cabrón... En cuanto lo vuelva a ver me lo cargo.

Every Light In The Sky Isn't A StartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora