I. Comienza la noche

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~Comienza la noche~

Una muchacha salía corriendo del templo, bajaba apresurada por las escaleras, su cabello largo e negro danzaba con la brisa del viento, ella llevaba su vestimenta era casual de pollera azul que le llegaba por arriba de las rodillas, remera blanca que le quedaba algo corto, zapatos negros. Esa jovencita se llamaba, Kagome Higurashi y asistía en la Universidad de Shikon No Tama, su mochila verde oscuro colgaba en su brazo derecho, se agitaba mientras corría, lo único que ella quería era llegar a su facultad. Sin embargo, se cruzo con alguien quien menos se esperaba; un muchacho de cabellos negros y de ojos cafés claros, su vestimenta era una camisa blanca y pantalones negros.

— ¡Inuyasha! —Exclamo alterada por haberse chocado con él, quedando tirada en el suelo, — ¿Qué haces aquí?

—Justo iba a buscarte. —contesto en tono sereno.

—N-No importa, ya que estas aquí podemos ir tranquilamente a la Universidad. —hablaba ella al agarrarlo del brazo.

—E-Espera un momento—interrumpió estando nervioso.

— ¿Qué ocurre?

—Faltan Miroku y Sango.

Ellos dos vieron como sus otros compañeros llegaban caminando tranquilamente, —Hola Sango, Miroku—saludaba la joven mostrando una tierna sonrisa. Sus compañeros la saludaron de la misma manera, para no quedarse parados en el medio de la vereda, empezaron a caminar estando relajados para ir rumbo hacia la universidad, nadie decía nada porque no tenían un tema concreto para hablar entre los cuatro, el silencio se volvía incomodo hasta que alguien rompió el silencio.

— ¡Hoy teníamos un parcial! —se exalto Miroku, mientras que sus compañeros se quedaron paralizados porque ninguno no había estudiado nada.

—Eres un idiota, Miroku—hablo Inuyasha dándole un ligero golpe en su cabeza.

—Bueno, perdón por hacerlos acordar tarde—se disculpaba este al frotarse su cabeza sintiendo el dolor del golpe.

—Cálmense, para mí que el parcial era mañana—insinuó Kagome al sacar un anotador. —Nop, el parcial es la otra semana—aclaraba al suspirar aliviada, lo mismo hicieron sus compañeros.

—Debemos apresurarnos antes de que nos pongan ausente—dijo Sango preocupada por el horario que marcaba casi las diez.

—Sango tiene razón, hay que apresurarnos—repitió la pelinegra, ella comenzó a correr y de paso les seguían sus compañeros, llevando la delantera, Inuyasha se molesto un poco y lo tomo como si fuera una carrera, entonces se adelanto con sus pasos, poniéndose delante de los demás.

—Al fin llegamos—dijeron los cuatro al unisonó, mientras que trataban de recuperar el aliento, todos los otros alumnos se le quedaban mirando.

—Pueden sentarse—ordeno la profesora Kaede.

Ellos asintieron con la cabeza y se sentaron en sus respectivos asientos, ocupando cada pupitre, se percataron al no ver a su profesor de historia, Naraku Onigumo, ni siquiera estaban enterados del tema, fue raro, porque hace una semana que no se presentaba a clases.

— ¿Podemos retirarnos? —pregunto levantando la mano Koga.

—No, porque tanto como Naraku y yo, somos los profesores titulares de la materia—respondía la anciana al dejar a un lado la lista. —Por el momento, lo reemplazare aunque no sea de su comisión.

Cada uno de los estudiantes suspiraron aburridos al unisonó, la profesora se encargo de dar la clase por el día de hoy, aunque nadie escuchaba lo que ella explicaba, los estudiantes hacían gestos y muecas, hasta hubo risitas casi silenciosas. Inuyasha y Koga estando muy aburridos se quedaron dormidos, mientras que Sango, Kikyo e Kagome prestaban atención y tomaban anotaciones sobre las explicaciones, porque en algún momento esto le iba a servir para los futuros exámenes.

La siluetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora