Tres

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Warnings: smut, (ni se pa que les digo si son unas pinches pecadoras y es lo único que quieren)

Dan no tenía ganas de despertarse, dormir era una parte del día en que nada existía, y tal vez eso no le parecía tan malo.
Abrió los ojos que le dolían algo de lo que había llorado el día anterior, y no quería enfrentarse al pensamiento de que su hermano estuviera grave en un hospital ya que suficientes lágrimas había ya derramado.
Ahora Phil era el que tenía que estar más fuerte que nunca, para animar a Dan y darle todo su apoyo. Pasó gran parte de la noche despierto, acariciando el pelo de su amigo y dándole besos suaves, repitiendo que todo estaría bien. Se sentía tan bien como en esos momentos se sentía tan cerca a Dan, ya que el amor era tan grande que en esos momentos era donde más sentía que debía demostrárselo.

El castaño se levanto de la cama mirando cómo había un espacio al lado suyo, dejando en claro de que Phil ya se había levantado.

— ¿Phil?— pronunció su nombre alto para que lo escuchara, mientras se quitaba la camisa con la que accidentalmente había dormido.

Phil no respondió, si no que corrió hasta el cuarto abriendo la puerta de repente, dedicándole una sonrisa dulce y tranquilizante.

— Me puedes decir. — respondió cuando ya estaba ahí.

Dan sonrío un poco y dijo:

— Nada, gracias por estar conmigo.

El ojiazul se sentó rápido al lado de él y le dio un beso fugaz antes de anunciar:

— Ya hice el café, ¿Desayunas conmigo?

— Por favor. — respondió simple Dan.


Los chicos disfrutaban su típico desayuno, Dan comía con un poco más de desánimo que en días anteriores y se le veía muy pensativo.

Phil desvió su mirada de la tele y miró a Dan concentrado en su bowl de cereal pensando, esperando a que hiciera algo más.

— Phil.— lo llamó de repente.

El chico solo asintió para que siguiera hablando.

— Necesito ir a Berkshire a ver a mi hermano.

El ojiazul lo miró, sabía que tenía que hacerlo.

— Claro que lo necesitas, debemos irnos lo antes posible.— soltó levantándose del sillón. — Ahora, llama a tu madre y dile que mañana nos vamos.

Se inclinó para besarlo. Dejó el bowl en piso y sostuvo la cara de Dan entre sus brazos, besándolo sin parar colocando una rodilla a cada lado de sus pies, acostándolo en el sillón haciendo que Phil se quitara su camisa rápidamente, sin mencionar que Dan ni si quiera llevaba una. El castaño tomo el cuello de su amigo haciendo presión con sus cuerpos notando una erección mutua.

— Sácame eso ya, joder. — se quejó Dan refiriéndose a sus pantalones.

Phil lo hizo increíblemente rápido, tal vez ya era algo que se le estaba haciendo costumbre.

— ¿Cómo lo quieres?— susurró Phil agitado.

El castaño solo siguió besándolo hasta que respondió:

— Como se te apetezca. — sonrío.

El ojiazul no dijo nada más y continuó con su trabajo, le iba dar un placer suave solo por esta vez.

Toco su miembro con la mano izquierda mientras sostenía su cuello y lo besaba con intensidad.

— Oh mierda, si. — se mordió el labio mientras Phil bajaba cada vez más su boca por todo el cuerpo de Dan, dejando pequeñas marcas.

Colocó una mano en cada muslo del castaño chupó su miembro suavemente con la punta de la lengua de abajo hacia arriba, lentamente haciendo un sufrimiento increíblemente placentero.

Dan soltaba pequeños gruñidos.

Phil continuó lamiendo alrededor hasta, lo introdujo todo en su boca haciendo cada vez más rápido el movimiento. Dan solo sostenía el cabello de su amigo mientras arqueaba su cuerpo.

El ojiazul subió de nuevo hasta el rostro de Dan para besarlo al mismo momento en que masturbaba con una de sus manos al castaño, que estaba apunto de llegar al climax.

— ¿Te gusta? — preguntó ya sudoroso.

El otro chico no podía siquiera responder lleno de placer.

— Ah, solo sigue. — comentó como única respuesta.

— Como digas, date la vuelta.

Dan se puso de cuatro mientras Phil corría a buscar un condón en su habitación, se lo coloco con prisa y tomo la cintura de Dan mientras introducía dos dedos para asegurarse, de todas maneras ya lo había dejado más que abierto las noches anteriores.

El ojiazul penetró sin pensarlo, haciendo que Dan se quejara con dientes apretados, entrando suave y subiendo el ritmo sin piedad alguna mientras seguía masturbando el miembro de Dan.

— Ya no puedo. — gimió el castaño.

Phil ya algo cansado gruño intensificando las entradas y solo le dijo:

— Aguanta un poco.

El castaño aguanto un par de segundos más gimiendo un poco más alto y Phil seguió en su labor hasta que por fin vio Dan venirse unos minutos antes de que el lo hiciera, cayendo juntos en el sofá sudorosos.

— Te amo. — confesó con respiración agitada, cruzando un brazo por su cuello y besando su frente.

Dan se acomodó más en su pecho, deseando que eso jamás terminara ya que sin esperar mucho ahí estaba de nuevo, el teléfono sonando.

Let me stay (Don't let me go) | Phan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora