Late ✧ mgc

0.1

- ¿Por qué eres bueno conmigo? Siempre he sido una mierda contigo - Preguntó ella con los ojos aún más rojos que antes.

Hacía varios minutos que estaban abrazados y no logró evitar que las lágrimas que se asomaban para teñir sus mejillas salieran como una manguera pinchada, tiñendo así la playera de Michael de el color negro del rímel. Nunca dejaba que nadie la vea llorar pero momentos como en los que se quebraba no le importaba nada. No le importaba si la bibliotecaria la veía con malos ojos, si las pocas personas que se encontraban ahí la veían con cara rara o si Michael se enojaba por manchar su camisa.

- Nunca tuve a nadie que me abrazara cuando lo necesitaba, siempre fue Michael contra el mundo y verte de esta manera me recordó a mi de pequeño, solo sé que un buen abrazo en ocasiones puedo volver a unir algunas piezas rotas - Michael la miró entre sus brazos y no puedo evitar pensar lo hermosa que era, lo frágil que se veía llorando entre sus brazos y lo estúpido que era él al pensar esas cosas de ella sabiendo que nunca podría fijarse en alguien como él.

Su agarre se apretó en la cintura del chico, por una vez sintió su corazón desarmándose, dejando sus paredes derrumbarse frente a la mira verdosa del chico.

- Gracias Mikey, en serio - apretó su agarre en el teñido y luego sus brazos se retiraron para pasarse los dorsos de sus manos por sus mejillas.

Entonces lo miró desde su lugar y no pudo evitar sentirse una mierda. Ella hacía la vida de michael imposible desde que se conocieron, no porque no lo soportara ni mucho menos, si no porque esa era su manera de disfrazar sus sentimientos por él cuando lo veía caminar por los pasillos. Era tan lindo y tierno que no importase lo mal que lo tratara ella se derretía con solo ver sus pálidos ojos.

Se acercó a él con cautela y acarició su calida mejilla con su mano. Él solo movió su cabeza contra la mano de la chica y cerro sus ojos en señal de gusto, ella miro su acción y no pudo evitar enternecerse con ese gesto, ¿Podía ser más hermoso el teñido? La respuesta no la sabía pero nadie podía negar que Clifford era hermoso de todos los ángulos que se lo viera, ni siquiera un chico heterosexual podía negarlo.

Sus ojos, su cuello, su aroma, su voz, todo, todo él era un imán que la atraía hacia las penumbras del corazón roto de Michael.

- Supongo que ya no no eres Michael contra el mundo, creo - él la miro confundido mientras tomaba la mano de la chica con la suya mientras entrelazaba sus dedos y los dejaba a la altura de su pecho, más bien, el pecho de él y los hombros de ella, ya que Michael era mucho más alto -, ahora me tienes a mi, Mikey.