Capítulo 2: Valloleth

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Prisión de los Guardianes del Silencio


Algo es diferente. Algo está mal. Es lo único que pasa por mi cabeza mientras siento que algo oprime mi pecho desde hace diez días. Diez insufribles días. Un dolor sordo. Es un algo del cual no estoy segura de que sea. Pero no puedo saber nada del mundo exterior, solo la oscuridad que me rodea desde hace diez años. Diez años, encerrada en una caja con lo que los humanos consideran de máxima seguridad. Sin comunicación. Sin poder ver alguien. Sin escuchar nada. Las paredes de metal son tan gruesas que observen el sonido y no llega nada a mí.

Los humanos consideraron que solo dejar unas rendijas para que pueda respirar es todo lo que necesita y merece un genio. Como si mi raza fuera inferior a la de ellos. Vaya error que tienen.

A pesar de no tener comunicación y no poder ver a nadie se muy bien como es la prisión. Un cubo de metal reforzado y custodiado los siete días de la semana, veinticuatro horas, cada año. Me encuentro rodeada por guardias del Silencio armados hasta los dientes. Y justo enfrente se encuentra el trono del Rey Laurent. Especialmente colocado para verme pasar los días encerrada. Un trono en el cual se siente superior e inalcanzable.

Un ser que con solo pensar en él hace que mi estómago se revuelva por el asco y odio. Pero por algo dejo de venir a verme. Ya han pasado casi nueve años en que dejo de venir, pero solo su recuerdo y la forma peculiar de castigarme por ser un genio, aun hace que mi temperamento se manifieste en neblina, ocasionando estragos en el clima que me rodea y ocasionando temperaturas bajas que los humanos no soportan. Pero los guardias parasen ser inmunes.

El no verlo u olerlos no significa que no estén ahí. A la más mínima brisa de aire, ellos apuntan sin dudar a la caja. Ignorantes. Nunca los he visto. No logro ver nada en mi lindo hogar. No creo poder siquiera saber cómo luzco. Cuando me encerraron no tenía más de quince años. El tiempo tuvo que hacer de las suyas en mí. Pero no es normal que yo sienta cosas. Prácticamente estoy transe. No me muevo. Solo mi mente trabaja. Y el cuerpo reacciona.

Siento como el dolor regresa, pero cada vez es más fuerte. Como si me quemará a fuego lento. Si creía encontrarme en silencio, esto...esta sensación es más que asfixiante. Considerando que vivo encerrada. Al aire a mi alrededor se siente sofocante. Quema. Quema en mi pecho. Y en mi boca. Queriendo salir. Algo. Algo me llama. Me grita. Me suplica. Pero no sé qué es.

Siento como el tiempo se detiene. Algo en mi quiere estallar. Como un arma de doble filo. Al salir destruirá a todos y a todo lo que soy. Siento que el lugar empieza a girar sin control y como fuego camina por mi columna. Como cientos de llamas besando mi piel y metiéndose en mis huesos. Toda yo soy fuego. Fuego puro y letal. Me consume esta sensación. Trato de gritar, pero no sale nada. Mis cuerdas vocales dormidas por no hablar por más de ocho años. Dolor. Solo dolor siento en mí.

Al momento que pienso que el fuego me consumirá se detiene. Un instante. Un silencio. Un movimiento. Una luz calidad y familiar.

Madre

El pensamiento de que sea lo que más he temido todos esto años me aterra. Pero con la misma rapidez que el terror se metió en mis venas, ira y poder empiezan a emerger. No presto atención a las pesadas cadenas que llevo en todo mi cuerpo. Solo existe ese cosquilleo de poder y magia que quiere salir. Que he callado por tanto tiempo. Peso se acabó.

Levantando mis palmas siento como miles de puntos brillantes empiezan a emerger. Iluminando toda la caja. Miro las rendijas que se han encargado de mantenerme con vida. Poder.

No lo ocultare más.

Dejo salir mi poder y una onda de viento sale de mí. Traspasando los muros de metal de mi prisión. Mis manos brillando con fuerza, sacando chispas de fuego y hielo. Creando algo hermoso y letal. Dirijo mis palmas hacia la única salida segura y dejo salir otra onda de viento, pero este más letal. Lo suficiente como para derribar la pared y cayendo como si no fuera más que una frágil puerta.

GENIUS: The search of the lampDonde viven las historias. Descúbrelo ahora