Capítulo 2

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Después de hablar con Rubius y Mangel nos dirigíamos a la casa de nuestra madre para dejarla en casa, ya que hoy me tocaba hacer de canguro porque tenía que trabajar hasta la noche y no se podía hacerse cargo de ella, así que me llamo para cuidarla y así de paso me quedo a cenar. ¿Qué? Así aprovecho, no tengo comida en mi casa, pues se la robo a mi madre.

Introduje la llave en la cerradura, y nada más abrir la puerta Laura sale disparada hacia la cocina donde estaba nuestra madre haciendo salmón ahumado con ensalada, que he de decir que le sale bastante bueno, y es que, como la comida de una madre, ninguna.

- ¡Mamá! ¡Hoy he conocido a Rubius y a Mangel y son súper majos! - dijo Laura contándole emocionada a mama lo ocurrido en el parque.

- ¡Qué bueno! Me alegro de que te lo hayas pasado muy bien en el parque, cielo. ¿Por cierto, y tu hermana?

-Estoy aquí. - dije entrando en la cocina y dejando las llaves en el cuenco que había en la encimera para después sentarme en unos de los taburetes que había alrededor de ella.

-Hola corazón mío. - dijo acercándose a mí para luego darme un abrazo y un sonoro beso en la mejilla.

-Yo también te quiero mama. – dije devolviéndole el abrazo.

-Bueno, vamos a cenar que ya está la comida lista y por cierto, me tenéis que contar lo que ha pasado en el parque ¿eh?

- ¡Siii! - dijo Laura entusiasmada, creo que todavía no lo ha asimilado del todo.

[...]

- ¡Y después Rubius le pidió el número a Sam para poder quedar! - dijo Laura contándole lo que había pasado en el parque a mamá. - Entre tú y yo mamá. - le hizo una seña para que se acercase. -Entre Sam y Rubius va a ver tema que te quema. - dijo tan tranquila, esta niña es de lo que no hay.

- ¿A sí? ¿Eso es verdad hija? - dijo mi madre con una mirada pícara. Algún día de estos la mato.

- ¡No, claro que no! Ósea ¡sí! Nos dimos los números para que la hermana de Rubius y Laura se conociesen, no es lo que tú piensas mamá. -dije explicándome, es enserio cuando digo que la voy a matar, solo cuenta lo que a ella le interesa.

-Ya, ya...- dijo mi madre mirándome con duda. - Laura, vete a tu cuarto que ya es demasiado tarde para estar despierta. - le dijo ahora dirigiéndose a mi hermana que esta estaba con su móvil.

- ¡Espera mamá, que hay un Pokémon en la acera de al lado! ¿Puedo salir un momento a capturarlo? Porfa, porfa, porfa...- dice Laura impaciente.

- ¡Laura! Ya te he dicho que es demasiado tarde como para salir a la calle a cazar monstruitos, bichejos o como lo quieras llamar. - dijo mamá riñéndola. - Ahora vas a ir a tu habitación, te vas a lavar los dientes, vas a ponerte el pijama y te vas a ir a dormir. ¿Entendido? - dijo señalándola con el dedo índice.

-Vale...- dijo mi hermana desanimada. - Pero si ya no vuelvo a ver a un Charmander, que sepas que es por tu culpa. - dijo para luego ir directamente a su habitación.

Ya una vez solas las dos, mi madre se sienta en el taburete donde antes estaba Laura, apoya los codos en la encimera, pone su barbilla en las manos, me mira y sonríe. La miro con el ceño fruncido, ya que siempre que hace eso, es porque quiere saber algo.

- ¿Qué? - le digo ya que su mirada me incomoda un poco.

- ¿No me tienes nada que contar? Algo nuevo en el trabajo, amistades, amores...-dice inquiriendo. Aquí viene el cuestionario.

-En el trabajo voy bien, ósea, soy dibujante ¿qué esperabas? Y en las amistades, sigo con los mismos amigos que tenía en el instituto, aunque en el trabajo he conocido a gente bastante agradable pero no los considero como tal y sobre el amor... Prefiero no hablar. -termino de responder a su cuestionario.

-Me alegro de que te vaya muy bien en todo cielo, pero... Creo que ya es tiempo de olvidar a ese imbécil que te hizo daño y empezar a conocer a gente nueva. - me dice cogiéndome de la mano derecha y acariciándome los nudillos con su dedo pulgar.

Hace un año salí con un chico que por aquel entonces me parecía perfecto, pero en todos los sentidos. Era amable, respetuoso, cariñoso, responsable, trabajador y un montón de cosas más que lo definirían. Pero llegó un momento en que todo eso desapareció cuando un día fui al parque con Laura y lo vi a él, a la persona que más quería en este mundo, por el que daría mi vida entera, besándose con una rubia con un cuerpo de escándalo agarrándola de la cintura mientras que ella le sujetaba del cuello. Ese día me sentí como una mierda, lloré y lloré hasta quedarme sin lágrimas, Laura me consolaba y me decía que todo iba a estar bien, que encontraría a alguien mejor, para tener tan poca edad es muy buena ayudando a las personas y hacerlas sentir un poco mejor, la quiero mucho.

Pero con el apoyo de mi familia y amigos logré superarlo, y desde aquel entonces no he vuelto a salir con alguien por miedo a que me engañen, me utilicen o me hagan sentir mal, porque creo que no me lo merezco, nadie se lo merece.

-No quiero que me vuelvan a hacer daño mama. - le respondí mirándola con los ojos un poco aguados por las lágrimas que acumulaba en ellos.

- ¿Y el Rubius ese? ¿Por qué no pruebas a salir con él y a ver qué tal? - dice sonriéndome. Definitivamente mi madre está loca.

-Mamá lo conozco hace menos de veinticuatro horas y pretendes que salga con él, que no lo conozco de nada. -

-A ver, salir así sin más no. Primero habláis, quedáis y luego lo que surja. - dice mirándome otra vez con esa mirada pícara.

Cuando la iba a contestar, mi móvil empieza a sonar en mi bolsillo derecho, le hice una seña indicando que ahora volvía, mi madre solo se dedicó a asentir y a limpiar un poco la cocina. Con el teléfono ya en la mano, le doy al botón verde de contestar y me lo pongo en la oreja para poder hablar.

- ¿Hola? -pregunto ya que es un número desconocido.

-Hola soy Rubius, el tío con el que te has encontrado en el parque. -

- Hola Rubius ya decía que me sonaba tu voz. -Me sorprende que me haya llamado tan pronto.

-Me preguntaba si mañana te parece bien quedar en el parque de esta mañana con nuestras hermanas para que así se conozcan. - dice con un tono de... ¿Nerviosismo?

-Ehh... ¡Sí! Claro me parece bien, que te parece a las... ¿Doce y media? - pregunto con un poco de nerviosismo al igual que él.

- Me parece perfecto, pues... Allí nos vemos...-

-Si... Allí nos vemos...-

Ninguno de los dos hablaba, todo estaba en silencio, pero era un silencio un poco incómodo, así que decido colgar.

- ¡Adiós! -  al final cortamos los a la vez.

Vale, esta llamada ha sido la más incómoda que he tenido en toda mi vida.

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He tardado un poco en subirlo por temas de tiempo y porque he estado con mi familia de vacaciones y he estado estudiando para septiembre.

Pero bueno aquí lo teneis!! espero que os guste.

Votar y comentar si os ha gustado! ^^

Hasta más ver!!


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