RECUPERANDO A AUSTIN; AUSDLER.

07

   —No estés triste... Por favor. — musitó Katelynne, yo negué con mi rostro estampado en la almohada de mi cama.

   —¡Como no quieres que esté triste! ¡No me quiere! ¡Ya no me quiere! — hablé, sentí como ella colocó su mano en mi cabello para luego comenzar a acariciarlo.

   —No estés triste... Por favor. — repitió sin saber que decir. Saqué mi cara de la almohada para verla a ella que estaba incómoda.    —¡No soy buena dando consejos! ¿Ok? — yo rodé mis ojos.

   —No me digas... — solté sarcástico. —¿Tu qué haces cuando ya no te quieren?— cuestioné.

   —Busco a alguien que sí me quiera... — se encogió de hombros. —Se me hace muy fácil superar a las personas. — explicó. —El concepto de 'nada es para siempre' está metido completamente en mi cabeza. — arrugué mi ceño.

   —Pareces una vieja de cuarenta años que ya la han dejado mucho por lo que ya no le duele. — ella volvió a encogerse de hombros.

   —Tal vez, pero jamás me verás llorando en mi almohada mientras tu me consuelas. — yo suspiré y asentí para luego volver a estampar mi cara contra la almohada, escuché como chistó. —Escucha Chandler, Austin te dijo que ya no te quería, ¿cierto?— me separé de la almohada y rodé los ojos.

   —¿Por qué me recuerdas lo peor que me han dicho?— lloriqueé, ella rodó los ojos.

   —Pues, porque tu le dijiste que lo olvidarías y que... — la interrumpí.

   —¡SÉ PERFECTAMENTE LO QUE LE DIJE! ¡Y LA CAGUÉ DICIÉNDOLO, PERO FUE PARA RECOGER UN POQUITO LA DIGNIDAD QUE ÉL ME ESTABA PISANDO!— me excusé, ella negó.

   —¿Y por qué no haces lo que le dijiste?— preguntó, fruncí mi ceño.

   —Como es tan fácil olvidarlo... — hablé sarcástico.

  —Ni siquiera lo has intentado. — me miró con los ojos entrecerrados, acertando en lo que había dicho. No, por supuesto que no lo había intentado.

   —Es porque no lo quiero hacer. ¡Yo lo quiero a él! ¡Solo a él, joder!— su gruñido me hizo pensar en que comenzaba a fastidiarle. ¿Y cómo no? en parte estaba siendo un miserable porque quería.

   —Mira, Chandler, no puedes quedarte enfrascado en alguien que ya no te quiere, que ya te superó. — asentí. —  Cuando tu leche se acaba, ¿Qué haces?— me preguntó, la miré extrañado de que preguntase algo así.

   —Me mastur... — ella me dio un zape.

   —No, idiota, vas al supermercado y compras más ¿cierto?— yo fruncí el ceño confundido.

—¿Me estás queriendo decir que debo pagarle a alguien para olvidar a Austin o...?— ella rodó los ojos.

  —¡ERES UN IDIOTA, EN SERIO! — me dió otro zape en la cabeza. Tomó una bocanada de aire y la soltó despacio. —Lo que quiero decir es que tienes que buscar a otra persona, y yo te ayudaré en eso. —

  —¿Qué tienes en mente?—

  —Tu felicidad con alguien que por primera vez no es Austin. —