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  —Phew... — pasé una mano por mi frente. —Por un momento creí que estabas hablando sobre que tenía que buscar a alguien y pagarle para que fuese mi pareja o algo así, demonios Katelynne, a la próxima te explicas bien. — reí. Ella rodó sus ojos mientras tomaba sus cosas, acomodó su cabello brevemente y se levantó de la cama, dejando un espacio vacío a mi lado.

  —Eres un idiota. — me recordó. Me quedé callado, dándole la razón absoluta. —Te buscaré a alguien y mañana te diré qué tal. Adiós, torpe, y ve olvidando a Austin. — soltó, antes de salir por la puerta de mi habitación y dejarme solo, aunque no al cien por ciento porque Austin y los gemelos seguían en la casa. Me tumbé en mi cama de nuevo boca arriba, mirando el techo, intentando idea un plan para sacarlo de mi mente. pero no supe cuándo o cómo, ya me había quedado dormido.

📚

  —Chandler... — la puerta de mi habitación estaba abierta un poco, por lo que la luz de afuera se colaba y me daba justamente en el rostro, esa fue una de las dos razones por la cual me desperté, la segunda era mi madre, quien parecía acabar de llegar del breve viaje, pensé que su ausencia había sido mínima, y volví a cuestionar lo innecesario que fue contratar a una niñera para los gemelos. Mi madre me observó durante cortos instantes, paciente, llamándome desde la puerta.

  —¿Qué pasa?— le pregunté soltando un bostezo mientras que con mi puño tallaba mi ojo izquierdo. Con su presencia, supuse que el rubio ya se había ido. No tenía ni idea de cuánto tiempo había transcurrido, qué hora o día era.

  —Quería saber cómo te había ido con... Bueno, ya sabes, Austin. — pasó el umbral, acercándose hasta la cama, sentándose donde horas atrás había estado Kate. Me senté mejor para verla y encogí mis hombros.

  —Nada fuera de lo común... — musité, vi como rodaba los ojos en exasperación. Gesto que siempre hacía cuando no obtenía la respuesta que quería.

  —A ver Chandler, explícame qué es común entre Austin y tú ahora, porque antes, lo común eran muestras de afecto en todos lados, muchos besos, y esas cursilerías. — suspiré cuando ella se cruzó de brazos. Estaba exigiendo detalles.

  —Pues, el común de ahora son 'Hola', cortas conversaciones entre nosotros y un 'Adiós.' — dije para luego volver a acostarme en mi cama y cubrirme hasta mi cabeza con la sábana, evitando mirarla, dejando en claro que ya no quería hablar más. Ella no contestó, pero supe que se había ido cuando sentí que dejaba de haber peso en el pie de cama y la luz que antes entraba por la puerta desaparecía al cerrarla. Una vez que estuve seguro de que estaba solo cerré mis ojos para volver a dormir.

📚

  —¿Chandler?— dijo aquella linda chica enojada por la otra línea. Evidenciando que me encontraba en peligro si la hacía enojar más— ¿Dónde estás? ¡Llegarás tarde!—  ignoré el que me recordase aquello mientras que todavía corría por aquella avenida para llegar al encuentro de Katelynne.

— E-estoy llegando... — jadeé cansado para después colgar la llamada al divisar a mi amiga de espaldas a mí, a menor distancia.

  —¿Estabas corriendo?— preguntó cuando me vió llegar, asentí con mi respiración acelerada, ella negó con su cabeza.

—Bien, torpe, ellos son Nick, Jack y Sarah... — presentó a unos chicos que ni siquiera había notado, intenté regular mi respiración y les dediqué una sonrisa amplia a todos los presentes. —Y bueno chicos, él es Chandler. — rió. Vi como ellos sonrieron y asintieron mientras que yo los saludaba con la mano.

Coloqué mis palmas en mis muslos y miré el suelo para recobrar el aliento, ya que todavía seguía cansado. Mi resistencia física era un asco desde el accidente, mis pulmones estaban apunto de demandarme si volvía a hacer algo así. Estaba seguro que no debía abusar, porque de lo contrario sería todo un desastre, y terminaría en cama una vez más. Sólo que ésta vez, estaría sólo.

  Sacudí mi cabeza para evitar pensar en futuros lejanos o recuerdos dolorosos, me ardía el pecho y no podía ni siquiera concentrarme en lo que los presentes estaban hablando.

—Debería haber llegado pero... — no tomé en cuenta las palabras de la chica hasta que cambió su tono a uno un poco enojado, como el que había utilizado conmigo por teléfono. —¡Tú también llegas tarde! Ugh, estás igual que Chandler, aunque a ti te entiendo. — fruncí mi ceño cuando escuché mi nombre y me incorporé levantando mi vista, encontrándome a un chico pálido con un par de ojos marrones claros, y una sonrisa divertida que adornaba su rostro, la misma iba dirigida a Katelynne. Su pecho subía y bajaba aceleradamente, escuchaba a Katelynne hablar pero realmente solo estaba fijándome en lo lindo que era ése nuevo chico. Cuando me di cuenta que él también me miraba, dirigí mis ojos hacia mi castaña amiga que hacía un puchero irritada.

  —Chandler, él es Buster. — lo presentó, él mordió su labio inferior y se le escapó una pequeña risita. Se acercó a mi y me tendió la mano, tímidamente la acepté, me di cuenta que me había sonrojado cuando él me sonrió ampliadamente y dijo:

—Dime Brooklyn... —

RECUPERANDO A AUSTIN; AUSDLER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora