Ella observó con anhelo a los grupos que se empezaban a formar en frente suyo. ¿Hasta cuando iba a estar así? No lo sabía, pero tenía tanto miedo que no se atrevía a remediarlo ni un poco. Tenía tanto miedo de ser rechazada como de perder a las personas que fácilmente podían ser sus amigos. Ya que, eso, ya le había pasado y siempre había salido lastimada.
Un tanto desanimada por sus pensamientos, libra, se dirigió hacia la cafeteria para ver si compraba algo de comer. Tampoco era como si en verdad tuviera hambre, pero estaba como que obligada. Si no comia algo, iba a terminar desmayada. Por otro lado, quería ver a alguien. No le iba a hablar, pero quería observar a ese chico que últimamente le hablaba como si nada. Si, adivinaste, a ese tal Kevin.
Cuando entró a la cafetería, algunas personas se voltearon a verla. Aunque no pasó mucho tiempo para que perdieran y voltearán de nuevo a hacer sus cosas. Pero después de un largo tiempo, notó que alguien la seguía mirando.
Intentó no mirar, tal vez, era mandarina y su grupo de siempre. De ser así, no sabía que había hecho como para llamar su atención. Aunque, si lo pensaba bien, mandarina, era capaz de atormentarla hasta con el minimo error que haya cometido.
-Hace rato que te estoy mirando para ver si volteas, pero nada, pequeña. -Olvidenlo, no era mandarina, era Kevin. Y digamos que Libra no sabía a cual de los preferia encontrar, los dos le eran indiferentes, pero había algo en ellos que no le dejaban respirar tranquila.
-Me llamo Libra- alcanzó a responder ella con un hilo de voz.
-Que no te voy a comer ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?- dijo el con una sonrisa gigante en el rostro.
-Un millón de veces más, tal vez allí logre entender las dos primeras palabras.- contestó ella sin saber bien de donde había sacado el coraje para dar esa respuesta tan "busca pelea". El, como si nada de eso le hubiera sorprendido, se empezó a matar de la risa. Y Libra no sabía bien si era por el hecho de que habia sonado como un conejo intentando defenderse o por otra cosa.
-Ven acá, ternurita.
Por acto reflejo, Libra se alejó lo más que pudo de Kevin. Aún no comprendía como es que funcionaba la mente de ese chico, tampoco es como si lo quisiera hacer. Pero no tenía opción ¿Y si ese chico era un psicópata?....bueno, tal vez exageraba. Pero de todas maneras, no confiaba en el.
-Me tengo que ir- murmuró ella mientras poco a poco se comenzaba a alejar.
Tenía esperanzas de que el la detuviera, que le insistiera en quedarse con el. Pero, casi al segundo, se arrepintió de lo que sentía. Eso no iba a suceder ni en sus mejores sueños, su vida no era una novela.
-Hey, Kevin, ven con nosotras- dijo marandina con, lo que imagina, un gesto de burla.
-¡Lo siento dulzura!- por acto reflejo, Libra se quedó paralizada en donde se encontraba, apunto de salir de la cafetería, sin poder pensar en otra cosa que no fuera: ¿Alguien había rechazado a mandarina?. - ¡Yo estoy con Libra!.
Correción ¿Alguien había rechazado a mandarina por ella?. Y, lamentable, no pudo si quiera replicar cuando Kevin le agarró de la muñeca y la llevó lejos de ese lugar. Aún estaba en Shock.
-¿Quién eres?- fue lo único que pudo preguntas Libra mientras que Kevin le jalaba para ir a quien sabe donde.
-¿Yo?- a través del rabillo de su ojo, ella pudo observar que su secuestrador sonreía ante la pregunta.
- No lo sé. Más bien ¿Quién lo puede saber?
Y ya por no querer decir nada más, Libra no le respondió. Pero en lo más profundo de su ser, quiso decir "yo".
Aún que...¿Realmente ella lo sabía?
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Solo yo, una adolescente
Novela JuvenilUna adolescente como cualquier otra. Con los sentimientos y pensamiento enredados entre si. Libra es una chica tímida. Mandarina una chica popular Kevin un chico extraño. ¿Que saldrá de este experimento?