Imparable

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Ya estaba listo no era mas que poner a prueba mi fuerza y patear con fuerza, mi respiración es pesada, mis dedos comienzan a a acalambrarse, el aire esta pesado, y estoy sudando, los nervios se descontrolan no hay vuelta atrás estamos yo y esta puerta. Madera vieja, roida a punto de quebrarse solo un empujón y sera historia.

Retumba el sonido de un golpe fuerte, un cristal roto y es tal la fuerza de tan estruendo que hora me encuentro tendido en en suelo, no fui yo, no fue la puerta, viene de algún otro lado después de un momento vuelvo en mi y me levanto rapidente, corro a buscar de donde vino aquel ruido y lo que encuentro me sorprende.

El ventanal del salón esta roto y hay esquirlas por todo lugar que observe, justo en el momento que mi mirada llegó a la cocina pude ver a un hombre dándome la espalda, no se ha percatado que estoy ahí solo sigue tomando las cosas de uno de los estantes.

Corrí hacia el y justo en el momento que volteo a verme lo golpeé con toda la fuerza de mi puño y acestandolo en su rostro salio disparado hacia el muro, estrellándose fuertemente contra este, alzando su cabeza se levanto y corrió hacia mi  dirigiéndose su mano hacia su bolsillo del cual sacaba ya en ese momento un cuchillo pequeño pero lo suficientemente letal, al verlo mi cuerpo salto con asombro y en un rápido movimiento mi pierna giro en el aire golpeando directamente en su cabeza, fue un golpe rápido pero seco, poderoso y letal en el cual se escucho un crujir de su mandíbula rompiéndose contra mi zapatilla.

El hombre no se levantaba y yo simplemente me preocupe por revisar mi cuerpo para ver que no tuviera Cortés ya que su cuchillo casi había alcanzado mi pecho, me dirijo lentamente hacia él y me propuse el revisar su pulso, su corazón se encontraba como cubo de hielo, frío quieto y completamente callado, por un momento me asuste, pensaba en que había echo, ahora que haría cuando depronto el hombre, comenzó a moverse; me acerqué lentamente a él cuando de un salto corrió hacia mí me empujó y en un acto rápido salto por la ventana que daba a la calle y corrió, cojeaba de la pierna derecha pero aún corría.

No sabía que había sucedido, comencé a revisar la casa para ver que faltaba y caí en cuenta de que aquel saco en el cual el hombre metía los objetos se encontraba en el suelo de la entrada de la cocina, lo abrí y lo observe y dentro de él no había nada más que un candelabro y unas pequeñas figuras de animales echas en plata. Mi madre abrió la puerta y soltó un grito al aire dejando caer las bolsas que traía en sus manos, no dejaba de hablar y hacerme preguntas.

-que paso aquí?
-que paso en la ventana?
-que te pasó?
-que hace ese cuchillo en el suelo?

Ninguna me importaba en realidad hasta que mi madre hizo esa pregunta que me hizo caer en cuenta
-De quién es esa sangre?

Observe el cuchillo que tenía sangre en el filo y en el suelo donde estaba, pensé que sería de el hombre, pero al ver mi camisón la mancha del sangrado era tan obvia que era imposible no ver qué ese liquido carmesí que ahora escurría de mi pecho era mío...

Perdidit In TenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora