La primera sombra

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Podríamos comenzar con una historia simple, pero, seamos realistas.

¿ Como logramos sentir que estamos vivos? ¿que se sentiría morir?
- podría ser como dormir!
Apagar nuestro sistema nervioso como si fuéramos a arrancar una rosa desde su raíz.

Esta pregunta siempre llega a mi mente por hechos simples tan ridículos como mi existencia.
Pero... No siempre las cosas salen mal, o al menos para los demás, eso es extraño para mi el conocer a alguien que logre que me sienta cálido, que experimente el gusto de sentir la brisa del verano golpeando mi blanca piel.

Recién habría llegado a la ciudad cuando un reflejo de luz golpeo mi cara, fue en ese momento que sus ojos verdes azulados impactaron con los mios. Fue como un golpe directo al hígado formado con pequeños vírotes de hierro que se incrustaron hasta el fondo de mi piel, sobrepasando mis músculos y cruzando y cortando mis nervios, hasta llegar al punto en el que abrían mi corazón de lado a lado.

Un sentimiento abrasador en mi cuello y espalda al mirar ese color que tapaba el brillar del sol
Un voluptuoso cabello escarlata que bailaba al compás del un gélido viento que cruzaba la calle junto con mis ganas de saltar del auto en movimiento de mi madre.

Mi expresión cambiaba conforme su silueta desaparecía entre el mundo de casas y autos
Pero...
No cambio del todo ya que mi madre se detuvo frente a una imponente casa blanca, de ventanales tan grandes como los de la iglesia a la que debía asistir esa misma tarde.

La entrada asimilaba una casa embrujada lo cual habría de llamarme la atención, tenia una escalera en caracol que terminaba en un segundo piso en el cual se encontraba mi habitación, pero al subir me sorprendí ya que al observar la barandilla de de aquella escalonada pendiente se encontraba una vieja y dañada cinta policial apartada a un lado.

Decidí dirigirme a mi habitación con cautela y miedo de que podría encontrarme en el transcurso de camino a la misma pero, para mi sorpresa no había nada raro en ella, solo un cuarto vacío que aun mantenía el aroma a pintura fresca en sus muros.

Pero había algo intrigante en esta gran casa que no dejaba de rondar mi mente, al fondo del pasillo, se levantaban unas escaleras que descendían hacia otro pasillo oscuro, casi sombrío, si no fuera por una pequeña luz que provenía del final, no iluminaba lo suficiente como para permitirme ver que se escondía en aquella oscuridad.

Tome la decisión de sacar de mi mente aquel tenebroso pasillo, pero para poder lograr esto debía de poner a circular algo en mi cabeza, cuando a mi mente vino de nuevo la imagen de la cabellera escarlata, de pronto, de la nada sentí un olor a flores recién cortadas, al voltear, pude notar un ramo de rosas rojas y blancas que adornaban una diminuta mesa de centro q mi madre había puesto para dar vida a aquella casa totalmente vacía.
- Pensé, que coincidencias las que suceden en este lugar
Esas rosas hermosas que se erguían sobre esa pequeña mesa fueron traídas por la misma chica en la que pude contemplar esa hermosa cabellera que no para de rondar mi cabeza.

Ahora podía verla de cerca.

Sus ojos brillantes del tamaño de pequeñas canicas pero, estas eran únicas por q las barnizaba un esmalte de color verde azulado y las adornaban pequeños cabellos grandes que se asemejaban a alfileres solo q estos eran suaves y negros, sus pómulos eran voluptuosos y de un color rosa pintado con acuarela.

Ella volvió su mirada hacía mi y dibujo una sonrisa en sus rosados labios
- Hola, dijo ella con un tono de vos suave.
Yo simplemente no supe como reaccionar solo pude sudar frío y contestar.
- H... Hola
Mi estómago se estremeció y sentí el mundo caer a mi alrededor, me hice de la vista gorda y disimule mis nervios subí los escalones cerca de la puerta con dificultad y al llegar arriba el aire volvió a mi. No pude evitar el volver mi mirada hacia aquel pasillo oscuro, aun me causaba curiosidad, pero, quizás aun no era el momento de ir allí y menos ahora que no tenia ni la capacidad para mirar a los ojos a aquella muchacha.

Corrí a mi cuarto aun debía de desempacar mis maletas, las cuales pensándolo bien ni baje del auto de mi madre y no iba a ir ahora que mi madre se había marchado y ella tenia las llaves del auto así que ahora tendría que esperar a que ella volviera.

Ahora me llenaban las ansias de saber a donde llevaba aquel pasillo, de donde podría venir aquella pequeña luz, o quizás que podría esconder aquella tenebrosa oscuridad, de donde provenía aquella cinta policial y por que estaba allí. Las dudas me llenaban así que comencé a pensar si debería o no ir por aquel pasillo oscuro.

Mucho rato después de seguir preguntándome mil cosas decidí ir a ver aquel lugar.

Salí de mi habitación y camine lentamente por el pasillo, llegue a las escaleras que daban a aquella pequeña luz.

Cada escalón rechinaba haciéndome sentir escalofríos a cada paso que daba, al llegar abajo me encontré con una vieja puerta de madera agrietada y vieja con la pintura muy desgastada, la chapa de aquella puerta estaba muy desgastada oxidada y fría pero....... algo no encajaba, esa cadena igual de oxidada que se estiraba sobre un candado en el muro y llegaba a la chapa de la puerta no podría significar nada bueno.

Mis sospechas se hicieron mas creíbles al escuchar un crujir detrás de aquella puerta, un paso grande y pesado que intentaba no hacer ruidos mientras se postraba detrás del muro, su respiración lenta y agitada encarnaba la de una bestia furiosa y hambrienta.

Dirigí mi mano lentamente hacia el candado y con un fuerte golpeteo lance mi cuerpo de un salto hacia atrás, el golpeteo continuo y ciando volví en mi supe que llamaban a la puerta, corrí tan rápido como pude al subir los escalones tropecé con un clavo fuera de lugar y golpee mi rostro, me levante dolorido y al llegar a la puerta pregunte por saber quien estaba del otro lado, una vos profunda y ronca respondió al otro lado casi entre la penumbra de la noche
- Michael.......

Perdidit In TenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora