Capítulo 24

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 Habían pasado exactamente una semana desde que había sido asignada. Por ahora, sabía el nombre del chico: Sally Williams.

Tenía diecisiete años y asistía a la misma escuela que yo solía ir.

Lo acompañaba a todos lados, ya sea el parque, la escuela y hasta la biblioteca en donde iba muy frecuentemente.

Por ahora no había conocido a ninguno de sus amigos..., si es que tenía alguno.

Ashley, la mujer que era su madre apenas le daba atención y cada tanto estaba en la casa...mejor dicho, en la mansión.

Aquellas dos personas vivían en una de las mansiones más destacadas de la ciudad. Antes, con Cleo, pasábamos por la vereda y la veía con ilusión en los ojos, y nunca estaba de más comentar cómo sería vivir allí con todos los lujos.

Jamás creí que se encontraba habitada por el hijo y amante de mi padre.

Por mi parte, era ella a quien despreciaba y no aquel chico que parecía de lo más calmado mientras que por dentro lidiaba con demonios internos.

Volviendo al tema de la mansion, era preciosa.

Tenía muchísimos cuartos para visitas. Tenía un gimnasio, una pequeña sala de cine y una de las piscinas más gigantes que había visto.

Había un piano en la sala y la mayoría de las habitaciones tenía una televisión colgada en la pared.

Mi familia y yo teníamos sólo una en la sala.

Los pasillos eran enormes y extensos con cuadros de algunos pintores que no conocía en absoluto.

Los techos en aquel sitio eran altos y lejanos y no estaba de más decir que había muchos candelabros.

No había recorrido toda la casona por completo ya que estaba demasiado ocupada conociendo a Sally y su entorno.

Tenía que admitir que era una persona algo aburrida. Yo si fuera él estaría correteando como una loca por todos los pasillos de la casa.

¿Por qué presentía que él no era feliz allí?

Quizás estaba tan acostumbrado a la riqueza que no se percataba de lo que tenía realmente.

Me llegué a preguntar si mi padre estaba con Ashley sólo por dinero.

Aquella mujer era despampanante, lo admitía, pero su personalidad era un asco. Vivía fumando y bebiendo y de fiesta con su grupo asqueroso de amigas.

Sí, yo también solía fumar y agradecí hasta al cansancio por haber dejado aquel vicio porque Ashley tenía los dientes amarillentos por culpa de ellos.

Si tenía tanto dinero ¿por qué no se los arreglaba?

Y luego estaba...Ethan dos.

Se comportaba como estúpido en algunos momentos y muy buena personas en otros.

Me mantenía al margen con mi comportamiento con él.

Yo trataba de enfocarme en mi trabajo, que era proteger de Sally y mantenerlo con "vida" hasta que llegase el momento en que Gabriel se presenciara y dijera: Listo Angélica, ya puedes volver con Blenti y los demás.

Y eso era lo que más deseaba.

Volviendo al caso de Ethan Vinny, había llegado a una conclusión: Mientras más seca con él, mejor.

No tenía ganas de tenerlo como amigo, él tenía que cumplir el rol de ser mi ángel y cuidarme, nada más.

Ojala se comportara como el collar que me regaló Ethan uno: Callado y tieso. Pero era todo lo contrario a eso.

No te olvides de Angélica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora