¿Pleito?

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El martes, estuve semi dormido, parecía un zombi en realidad.

Mi cabeza no dejaba de pensar en aquel momento... En medio de la noche, ella parada allí, envuelta en una luz amarillenta que la alumbraba, dejándome verla y apreciar su belleza... La tuve ahí, a centímetros de mi cuerpo. Todavía no comprendo cómo hice para evitar tomarla en un fuerte abrazo, no sé cómo aguanté las ganas de decirle lo preciosa que se veía... no sé cómo, pero sólo me quedé allí, mirándola, en silencio.

En la escuela, no me tocó darle clases hoy a los del Décimo Primero B. Sin embargo, pude verla en el recreo, allí en el campus, a través de la ventana de la sala de profesores. Esta vez, por suerte, no hubo nadie que se pusiera en el medio.

Noté que continuaba viéndose triste. Por suerte, estaba acompañada de Na Ri, y juntas conversaban tranquilas.

—Oye, ¿profesor Lee?—Dice Seung Yeon, sentándose a mi lado—. Yo... sólo quería decirle que la pasé bien anoche, fue divertido.

—También lo fue para mí—contesto, con sinceridad.

—¿De verdad?—asiento—. Es bueno saberlo, entonces.

Nos quedamos en silencio unos segundos, y antes de que comenzara a volverse incómodo, dice:

—Ya que ahora somos más cercanos... podemos hablar, ya sabes, informal, ¿cierto?

—Sí, eso estaría bien, supongo—contesto. A decir verdad, me parecía más cómodo hablar informalmente, y estaba esperando de alguna manera a que me lo pidiera.

—Eso es bueno, porque, por momentos, me olvidaba y te hablaba de esta manera—soltó una risita.

—Oh, no me había dado cuenta de eso. Bueno, no te preocupes, de todos modos no me molesta que me hables de esta forma.

El día transcurrió con normalidad, fue poco interesante, en realidad.

***

El miércoles, estoy otra vez aquí dando clases a los del noveno C.

El timbre suena marcando el final de mi clase, y anunciando el segundo período. 

Aquí es cuando tengo estos treinta minutos libres, y entonces estoy en la sala de profesores porque no sé qué otra cosa puedo hacer, sólo espero ahí hasta que sea la hora de ingresar a mi siguiente curso.

La sala está casi vacía, sólo estamos el profesor Park, Seung Yeon, la directora y yo, conversando de asuntos de la vida.

De la nada, la puerta se abre con rapidez, y entonces reconozco al profesor de Educación Física.

—¡Necesito ayuda!—Grita.

Todos nos paramos de golpe y lo seguimos. Nos guía, y antes de llegar al gimnasio, ahí en el medio del pasillo, hay una multitud de alumnos gritando.

Dando algunos empujones, logro apartarlos y hacerme un lugar entre ellos.

En el piso, dos chicas están teniendo una pelea allí, ya sabes, esas típicas peleas de chicas en donde se agarran de los pelos y se dan arañasos...

El profesor de Educación Física y yo, logramos separarlas. Estoy sujetando de los brazos a una chica de flequillo, no recuerdo haberla visto en alguna de mis clases. Al frente, el profesor sostiene de la misma manera a una niña con el pelo alborotado; (TN).

Las dos hacen fuerza para soltarse del agarre y seguir con su lucha, pero no dejaríamos que lo lograran. Las llevamos al despacho de la directora, mientras el profesor Park ahuyenta a la multitud, y los obliga a borrar los videos que habían estado grabando con sus celulares.

—¡Por dios, jovencitas!—Exclama la directora, una vez dentro de su despacho— ¿Esta les parece una manera de comportarse? ¡Esto, esto es...! No, esto no tiene nombre—Mira entonces a (TN)—. No me esperaba esto de ti, (TN), de verdad estoy muy, muy decepcionada.

Ella solo guardó silencio, y sus ojos tristes estaban ahora clavados en el suelo. Se veía avergonzada, también. 

La otra chica, trataba de acomodarse el cabello, que estaba tan alborotado como el de (TN), pero esta tenía el ceño fruncido, parecía bastante enojada todavía.

—¿Y bien?, ¿ninguna va a decir nada al respecto?—Dice la directora. (TN) y la otra chica, se clavan la mirada, pero ninguna dice nada.

Entonces suena el timbre, y antes de que alguna de las dos pueda moverse, la directora agrega:

 —¡Ni siquiera piensen en irse! Se quedarán aquí, hasta que terminen de explicarme por qué rayos estaban peleando de esa manera, ¡como si no hubiera forma civilizada de arreglar sus problemas!—respira profundo—. Y, Seung Yeon, hazme el favor de traer el botiquín de primeros auxilios, ¡mira a (TN), su mejilla está sangrando!

Le presto atención a su rostro; tiene varios rasguños en su mejilla. Algunos no se ven tan graves, pero otros al parecer fueron más profundos, ya que hay un pequeño rastro de sangre saliendo de allí.

*** 

Está de más decir que estuve preocupado el resto del día, hombre, ¡(TN) tenía sangre manchando sus mejillas! Saber que ella estaba lastimada me hacía poner los pelos de punta, ¿cómo se atrevía esa chica a lastimar a mi preciosa? ¡No tenía derecho! ¿Quién era ella para hacer algo así?

Me enojó más el hecho de no encontrar a nadie en la sala de profesores al final de clases. Tampoco me crucé con alguien que supiera algo al respecto.

En mi departamento, pensé en llamar a Seung Yeon para preguntarle algo del tema. Sin embargo, estaba lo suficiente enojado, y no descartaba la posibilidad de hablarle de una mala manera.

Así que, decidí esperar hasta el día siguiente.






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