La noche se acercaba a pasos raudos, le dije que teníamos que irnos a casa porque allí había comida y agua, pero no me entendió o no quiso escucharme. La única expresión que hizo fue abrir los ojos, grandes como la luna.
A regresar a casa, encontré que mamá había preparado la cena. Comí pensando todo el tiempo en aquella muchacha que había quedado en la soledad del bosque.
Reviví ese encuentro extraño.
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Chica Misteriosa
FantasyAtardecía, cuando a lo lejos, cerca del horizonte montañoso, algo pareció moverse.