Al día siguiente, desperté y le conté todo a mamá. Claro que no me creyó. Le pedí que me acompañe hasta aquel lugar.
Cabalgando fuimos hacia la extraña chica, que seguía allí, como esperándonos, recostada en el pasto mojado por el rocío de la mañana. Nos acercamos con mucho cuidado para no despertarla.
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Chica Misteriosa
FantasyAtardecía, cuando a lo lejos, cerca del horizonte montañoso, algo pareció moverse.