☀𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 13☀

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Facundo

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Facundo

Las noches restantes dormimos juntos, abrazados y en silencio. Cuando todos se dormían nos escabullíamos a la habitación del otro. Amaba como olía a manzanilla cuando se acostaba a mi lado después de bañarse, como olía a cacao su piel. Disfruté cada uno de los preciosos instantes de esos días. La besé siempre que tuve oportunidad. La abrazaba por la cintura, uniendo mis manos en su vientre. También la acaricié, de forma sutil y melosa, cuidadosamente, como se trata a todo aquello que tiene valor. Estaba muy enamorado de ella.

Nos lo habíamos pasado juntos, en el granero y en la pileta, disfrutándonos mutuamente. Compartiendo todo lo que podíamos y también pasando momentos con los chicos.

Dos días antes de que se marchara ideé una lista con las cosas que debía hacer para ganarse el panda. Ella en un principio protestó, pero luego de que le dijese que haría algunas de las cosas con ella aceptó.

LISTA PARA GANAR EL PANDA:

1-Hacer el reto de la canela (comer una cucharada de canela sin tomar agua)

2- Nadar 10 largos sin descansar.

3- Cocinar waffles.

4- Andar con un bóxer en la cabeza durante todo un día.

5- Dejar que te tiren un bote de agua con pintura en la cabeza.

6- Reventar 3 huevos en tu cabeza.

En cuanto vio la lista y la leyó dijo:

—¿Enserio?

—Enseriop — dije marcando la P.

—Hagamos un trato, hoy hago tres de las cosas y mañana otras tres, pero debes elegir si hacer conmigo hoy o mañana.

—De acuerdo, prefiero hoy — dije sonriendo.

—Genial — me sonrió—. Hoy cocinaremos waffles, andaremos con un bóxer en la cabeza y haremos el reto de la canela.

—Bueno.

Ambos subimos y nos pusimos un bóxer en la cabeza, nos veíamos muy ridículos, pero juntos dábamos ternura. Le pedí que sacara fotos de esos últimos días, la cantidad que pudiera, para luego mandármelas por mail. Quería inmortalizar aquellos momentos, porque no sabría si lo que se había dado aquel verano volvería a suceder.

—Vamos al espejo del baño de la abuela, necesito una foto de esto — dijo saliendo de su habitación con la cámara en la mano.

Fuimos hasta el cuarto y nos sacamos varias fotos frente al espejo, con el bóxer en la cabeza. En una estábamos los dos con caras graciosas, en otra, yo la abrazaba por la cintura y le besaba la mejilla.

—Vayamos a cocinar los waffles mi querido amigo — dijo mientras colgaba su cámara del cuello.

—Primero el reto de la canela — dije.

El Verano en el campo es Azul [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora