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Horas más tarde, el impala se estacionaba frente a otra casa abandonada en medio de la nada a las afueras del pueblo. La tarde reinaba sobre los cielos y sabiendo que de seguro caerían en otra trampa, los cazadores venían armados hasta los dientes, preparados para lo que se pudiesen topar.

El informante de Madisson le había asegurado que el rastro de las mujeres lobo que habían huido la noche anterior, lo habían llevado hasta un galón que luego lo arrastro directo a aquella casa. Los había hecho pasear, pero aparentemente aquel par de recién convertidas solo recibían órdenes y ahora habían acudido a aquel lugar en busca de su creador.

Esto es suicidio ―comentó el cazador a medida que subían las escaleras del porche de la casa, acercándose a las ventanas y encontrándose con habitaciones completamente vacías.

¿Desde cuándo nuestro trabajo, no lo es? ―alegó Madisson sabiendo que Dean tenía razón, aunque algo en toda aquella aparente calma, sí que le erizaba la piel―. No me gusta nada esto, se supone que tendrían que estar aquí ―agregó manteniendo el arma en alto, lista para disparar a cualquier cosa que se moviera. Se regresó hacia el frente de la casa y fue cuando se percató de que Dean no estaba solo― ¡Dean, cuidado!

Dean esquivó lo que previno como un golpe que terminó reventando una de las ventanas de la casa. Era una pelirroja alta y algo robusta que había pretendido atacarlo, una de las mujeres lobo que había escapado la noche anterior.
Hija de perra ―exclamó esquivando otro golpe, escuchando luego el seco eco de un disparo cuando Madisson le dio fin a la criatura con un par de balas de plata directas al corazón. Se alejó de inmediato y se volvió a la castaña― Gracias nena.

Madisson le guiño el ojo en respuesta a su agradecimiento.
Será mejor que nos apresuremos, deben haber escuchado el disparo y no van a estar contentos cuando la encuentren― Finalmente entraron a la casa con cautela― Si nos separamos abarcaremos más terreno y terminaremos de una vez por todas con estos monstruos. Yo iré arriba ―impuso comenzando a subir las escaleras que conducían la parte alta de la casa.

Dean suspiró asintiendo, no le agradaba eso de separarse.
Eso significa que yo me quedaré abajo ―musitó mientras se abría paso hacia la cocina del lugar, luego a la sala, baño y lavandero. El primer piso estaba completamente vacío

Madisson, mientras, inspeccionaba el segundo piso, en las primeras habitaciones únicamente encontró cajas vacías y polvo, manteniendo el arma en alto caminó despacio hasta la última puerta, la misma rechinó cuando la abrió, entró y un hombre lobo salto sobre ella. Del golpe su arma cayó al suelo lo que la criatura aprovechó para lanzarla lejos de su alcance. La tomó por la chaqueta elevándola por los aires y entonces escuchó a otra criatura cerca de ella. Se sintió perdida cuando vio los filosos dientes del hombre lobo cerca de ella.

Hacia minutos que a Dean el silencio en el segundo piso no le olía bien. Se apresuró en subir las escaleras con arma en mano y cautelosos pasos, y una vez que entró a la habitación del fondo, se encontró con un hombre alto y rubio que sostenía a Madisson de espaldas a él mientras que la mujer lobo que faltaba amenazaba a Dean evitando que se acercase.

Juro que vas a arrepentirte por esto ―vociferó Madisson mientras se retorcía tratando de liberarse del agarre del hombre lobo.
‹‹Genial, la tienen.
Enfócate Dean, no puede pasarle nada››

Ok... ―dijo elevando su mano para indicar que soltaría al arma―, dejaré esto a un lado, solo si la dejas ir.

El hombre lobo soltó una carcajada.
Ninguno saldrá de aquí, no seas iluso.

Dean asintió pensando al respecto.
Bien...en ese caso ―Levanto el arma nuevamente para dispararle a la mujer lobo entre ceja y ceja y sacando un cuchillo de plata de la parte trasera de su pantalón lo lanzó hacia el hombre lobo, rozando la mejilla de la cazadora con el filo pero atinándole al pecho de la criatura― Tienes razón ―dijo refiriéndose a ellos que ahora estaban muerto y no saldrían de allí.

Una vez que el hombre lobo cayó al suelo, Madisson se alejó limpiándose el corte que Dean le había hecho en el rostro, el que parecía arderle más de lo normal.
Desde hoy eres oficialmente mi "salvador personal" ―expresó sobándose aun la mejilla, limpiándose la sangre que aún emanaba por la misma― Gracias Dean.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2016 ⏰

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