CAPÍTULO 2: ¿SORPRESA?

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En estos últimos meses ha pasado de todo un poco.
Para empezar, estuve arreglando los detalles de mi viaje con la profesora. Al final me decidí por ir a New York; aunque fue difícil, porque también me gustaría ir a Los Angeles. Hablando con ella descubrí un inconveniente; yo tenía que pagar el viaje de ida y la matriculación del colegio al que fuera a ir, lo cual tiró abajo mis expectativas, pero sabía que de algún modo conseguiría el dinero; aunque eso implicara unirme a la mafia (ni yo me creo esa).

Segundo, estuve la mayoría del tiempo tratando de convencer a mi madre de que me deje ir por un año a Estados Unidos. Tuve que suplicar, implorar, rogar; y un sinfín de casas más que terminan en "ar".
Al final logré convencerla con la condición de que yo me pague el vuelo y la matriculación.
Ésta condición me hizo pasar muchos meses tratando de conseguir un empleo, pero al ser menor de edad nadie quiso darme un empleo. Pero por suerte encontré una solución a mi problema cuando estaba dando vueltas aburrida en internet, vender mi pelo.

Y todo eso, sin descuidar mis promedios del colegio.

Mi último día allí fue más feliz de lo normal, ya que sabía que nunca más volvería ahí. Ya no tendría que recorrer ese sinfín de pasillos amarillos con hileras de casillero rojos para ir del salón de clase a la cafetería, donde servían comida que ni un perro comería, y con apariencia de ser radioactiva.
Tampoco para ir al gimnasio del colegio, y soportar a la srta. González; la profesora de educación física. A nadie le sorprendía que lo que más le gustaba era hacernos sufrir, haciéndonos dar miles de vueltas alrededor de la cancha de baloncesto.

Las únicas que se salvaban de su clase eran las animadoras (obviamente nunca fui una de ellas), ya que esa actividad contaba como deporte; además de obviamente el fútbol y el baloncesto, porque eran los deportes oficiales del colegio.

Todos los chicos que eran populares estaban en uno de éstos tres deportes.

En éste momento estaba saliendo de la única librería como Dios manda que había en mi ciudad; las otras apenas tenían libros. En cambio ésta estaba ordenada por color, lo qual lucía genial desde fuera del local. Todas sus repisas eran blancas y llegaban hasta el techo; por lo que había un par de escaleras con rueditas instaladas en las estanterías.

Con el dinero que me sobró de mi corte de pelo, decidí hacer un cambio completo de imagen, pero al pasar por en frente de la librería no me pude contener. Junto con Celeste parecíamos niños en una dulcería.

Por cierto, Celeste también iba a aprovechar para un cambio de imagen, diciendo que era el momento de comenzar a usar tacones como lo hacía mi madre, ya que ambas no pasaban de 1,70m. También se había teñido el pelo de Rosa pastel; lo cual es irónico ya que todos esperaban que se lo tiñera de celeste.

Luego de hacer varias compras, decidimos parar a comer algo en algún café (Ya que aquí estamos tan atrasados que ni siquiera hay un starbucks).

Después de hacer nuestros pedidos Celeste volvió a hacer su escena sentimental.

-Prométeme que no te olvidarás de mi- dijo levantando el meñique y apoyando el codo en la mesa, mientras se le cristalizaban los ojos por lágrimas que amenazaban con rodar por sus mejillas.

-Tranquila, te lo prometo Celeste- le contesté imitando su gesto con el meñique y entrelazándolo con el suyo para cerrar el pacto.

La verdad es que voy a extrañar mucho a ésta chica, en serio mucho.

Ya no tendría quien me metiera en problema; por ejemplo la vez que casi hacemos explotar la cocina de mi casa por intentar una receta nueva que ella había visto en YouTube. O con quien fangirlear sobre libros y películas, y ya no tendré quien me saque una sonrisa cuando esté triste.

No me había dado cuenta de que había comenzado llorar hasta que Celeste me abrazó, sacándome de mis pensamientos.

-Calma- me susurró -todavía podemos hacer vídeo llamada... además existe whatsapp.

-Lo sé, lo sé - le contesté soltando una pequeña risa -es solo que te voy a extrañar muchisisisimo. No voy a tener mi confidente cerca. Te voy a extrañar.

-¡Okay, basta! Nosotras no somos sentimentales, y todavía nos queda hoy antes de que te vallas; pero ya vámonos a tu casa que aún no has terminado de empacar.

Dicho ésto, pagamos la cuenta en el café y nos dirigimos a mi casa caminando, ya que sólo estaba a un par de cuadras.

Cuando llegamos a casa me sorprendió que estuviera tan silenciosa, normalmente Cris está haciendo una de las suyas y mamá está en la cocina preparando la cena.
Dejamos las compras en mi habitación, y yo me cambié los tacos que llevaba puestos (Celeste me obligó a usarlos porque no quería ser la única que los llevara), me puse unas vans y fuimos al comedor.

De repente vi a mi hermano pasar por en frente del ventanal que da paso al patio de mi casa con las luces apagadas; así que decidí asustarlo. Tomé de la mano a Celeste y la arrastré conmigo hacia el patio. Pero cuando fui a prender la luz alguien se me adelantó y la prendió antes que yo.

-¡SORPRESA!- sentí que gritaba la gente que estaba en mi patio, aunque no podía ver muy bien por el repentino cambio de luz, y por el hecho de que me había tapado los ojos con las manos para que la luz no hiciera que me escocieran los ojos, un autorreflejo.

-¿Sorpresa?- pregunté un segundo antes de abrir los ojos y quitarme las manos de la cara.

En mi jardín habían colocado luces navideñas blancas recubiertas por unas bolitas de colores (foto en multimedia), y por el olor deduje que alguien abría encendido la barbacoa.

En ese momento se acercaba mi madre para darme un fuerte abrazo, dejando atrás al resto de los invitados.

Estaba tan eufórica que no sabía que responder. Esto era genial; ya que en realidad no era del tipo de chicas que hacían fiestas por cualquier cosa, ni siquiera mi propio cumpleaños.

-¡GRACIAS MAMÁ, ERES LA MEJOR, TE QUIERO, TE AMO Y TE ADORO!- dije atropelladamente, provocando que todos los invitados comenzaran a reír a carcajadas.

Varios de mis vecinos estaban ahí, también mis tios y primos y uno que otro compañero de clase, puesto que yo siempre pasaba inadvertida entre el resto de estudiantes, excepto cuando me caía o sin querer acababa con la comida del almuerzo en mi ropa, lo que provocaba las risas de todo el colegio.

******************************

La fiesta terminó a las 2 am luego de un sinfín de risas y anécdotas divertidas. De haber sido por mi, aún seguiríamos de fiesta, pero tengo un vuelo que tomar a las 9 de la mañana, así que era necesario terminarla.

Todos me despidieron pidiéndome que no los olvidara y llamar seguido (especialmente Celeste).

Y así terminó mi última noche aquí.

Suspiré al pensar que ya no estaré más aquí (al menos por un año), no tendré a un pequeño demonio y a mi mejor amiga para que me despierten locamente, o a mi madre para consolarme con mis problemas en el colegio.

Paro de pensar en cuanto extrañaré a todos aquí, y me acuesto en mi cama dejándole a mi cuerpo un merecido descanso.



HOLAAAAAAA!!!!!! LAMENTO HABER ESTADO DESAPARESIDA EN ACCIÓN DURANTE TANTO TIEMPO, AÚN MÁS CUANDO LA NOVELA RECIÉN EMPIEZA, PERO ESTABA CON PRUEVAS PARCIALES Y AHORA YA ESTOY COMENZANDO A PREPARAR LOS FINALES (NECESITO UN BREAK!!!)

ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAPÍTULO Y ME DESPIDO CON UNA PREGUNTA PARA CONOCERLOS MÁS: ¿DE DONDE SON?

YO SOY DE URUGUAY 😊

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2016 ⏰

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