Alan
Mi móvil suena, y suena, y suena, y suena, así que tengo que parar de correr para contestar la llamada. Es Miranda.
- ¿Si?
- Hola, eh... Esta tarde no voy a hacer nada y era si te apetecía quedar conmigo. Si no tienes planes claro.A pesar de que me había dicho a mí mismo que no le hablaría ni quedaría con ella para que no se ilusionara, le digo que sí.
- Claro, ¿Por qué no?
Puedo notar su sonrisa a través del teléfono y eso me hace sentir bien.
- A ver - continúo - Un amigo me quiere presentar a su novia y ya le dije que sí, entonces tengo que ir, pero ven conmigo. Luego nos fugamos si quieres. ¿Te parece?
- Perfecto. ¿Hora?
- Paso por ti a las cuatro.No es porque quiera quedar con ella, simplemente me he dado cuenta de que necesito conocer personas nuevas, además de que así ya no voy de sujetavelas con Elliot y su nueva novia.
- ¡Qué guapa! - le digo a Miranda mientras se dirige hacia mí.
- Muchas gracias - me da un beso en la mejilla.
- Agradezco que me acompañes a conocer a la novia de mi amigo, te prometo que lo pasarás bien y que luego te lo recompensaré. Además, así también hago presentaciones.
- Ah, ¿si? ¿Y cómo me vas a presentar? ¿Como tu futura novia?
- Algo así.Miranda me agarra la mano, y mi primera respuesta es soltarla, pero al ver la expresión de su rostro, hago como que me coloco la pulsera y me vuelvo a unir a ella. Luego le doy un tierno beso en los labios.
He de admitir que no me gusta la novia de Elliot, no me gusta esa chica en sí, no que piense que no pegan ni nada, hay algo en ella que no me termina de convencer. Y no es su pelo rosa fucsia.
-Puedes quedártela ya, total, no me apetecía más. - le dice Miranda a Amanda, la novia de Elliot.
Amanda le ha cogido la bebida a Miranda, diciéndole que como la suya se había terminado podían compartir esa, después de haber estado las dos horas que llevamos aquí mirándola con cara de asco y dándose unos besos con lengua con su novio que hasta a mí me resultaron repugnantes.
- Bueno, va siendo hora de que nos vayamos. - comento.
Y Miranda y yo salimos escopeteados en menos de un minuto.
- Vaya - comenta cuando ya estamos fuera - Pues si me lo pasé bien, esa chica es un show.
- Y que lo digas, te juro que si lo hubiera sabido no te traía, no venía ni yo.
- No pasa nada, lo bueno es que voy a tener una recompensa.Se para en seco y se pone delante de mí, tan rápido que no me da tiempo a reaccionar y choco suavemente contra su cuerpo. Me agarra la cabeza y acerca sus labios a los míos. Me da un beso tierno, suave, cálido, que me hace pedir más, así que cuando se separa de mí, es mi boca la que busca la suya.
- Esto es tan sólo una pequeña parte de la recompensa, Alan, pero es que no me puedo quedar más contigo, tengo que hacerme cargo de mi hermana menor. ¿Nos vemos pronto? ¿Mañana?
- Está bien, pero te llevo a casa.Aunque es media tarde, ya empieza a anochecer, así que antes de volver a casa, decido pasar por ese lugar, el claro del bosque. Ni siquiera sé el porqué, pero hoy tengo la necesidad de ir.
Me siento en una roca y me quedo allí, sin hacer nada, con la mente en blanco. Después de puede que media hora, siento como si algo estuviera detrás de mí y unos pasos acercándose, pero no logro distinguir si es eso o el viento golpeando las ramas de los árboles. Pero unos segundos después, una voz me deja petrificado, una voz que no esperaba volver a escuchar, no ahora.
- Es precioso, ¿verdad?
Alexandra.
Antes de contestarle, paso las manos por mi rostro, para sentir que es verdad, y froto con suavidad.
- Si, lo es. Ahora entiendo porqué es tu lugar favorito.
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A veces te amo.
DiversosLa continuación de A veces te quiero. Alan y Alexandra están viviendo vidas separadas en ciudades diferentes. Pero aunque ellos no lo crean así, se siguen necesitando el uno al otro y siguen pensando en cómo habría sido todo si siguieran juntos. A...