Notas de una chica invisible

¿Esto es amor?

Sólo podía sentir como mis mejillas se humedecían lentamente. Mi garganta ardía de aguantar todo lo que quería gritar, mi vista se nubló pero seguí viendo al mismo punto en la pared. Me sentía una idiota total. No sabía la razón por la que lloraba, había tanto por lo que no lo había hecho antes que terminó siendo una mezcla de todo.

Después de un momento me di cuenta de que unos brazos me rodeaban, era tan cálidos y reconfortantes que sólo pude aferrarme a ese pedazo de esperanza. Aún con miedo, con las manos temblando y el corazón latiendo cada vez más rápido me quedé ahí. A pesar de que minutos antes quería huir me quedé entre sus brazos.

Esos minutos duraron una eternidad. Su calidez me invadió y mi llanto cesó poco tiempo después, pero no quería que dejara de abrazarme. No quería verlo a los ojos luego de ese ridículo llanto sin sentido.

—¿te sientes mejor?—susurró contra mi oído.

Solo negué con la cabeza y me separé un poco de él. Podía sentir lo confundido que estaba, pero no era capaz de decir nada para aclararlo, yo estaba incluso más perdida que él. Me senté a la orilla de la cama y el hizo lo mismo; después tomó mi mano y me acercó a él para caer juntos en aquella desordenada cama. Y así nos quedamos, mirando el techo en silencio. Escuchando la lluvia caer y dejando que el calor de nuestros cuerpos se escapara.

—Lo siento—susurré de modo que apenas me escuchara— sé que odias este tipo de cosas

—no me importa si viene de ti—dijo con voz firme— sé cómo eres y eso está bien

—aún así... lamento haber arruinado el momento—me acurruqué a su lado—lamento no poder dejarme llevar justo ahora

—está bien—sonrió tranquilo—tal vez fui muy duro contigo, así que yo lo siento

—no, no es tu culpa—sonreí— no quiero que te sientas mal por hacerme llorar, de verdad no te culparé esta vez

  — está bien, pero no lo hagas más. No vuelvas a esconderte, me gusta como eres incluso me gustas cuando no te entiendo y quiero escapar

— ¿y eso está bien para ti?

— si lo está para ti es más que suficiente 

Seguí abrazándolo deseando que el mundo se detuviera en ese instante. A pesar de lo irritante que era, él sabía como tratarme. A pesar de que en el fondo estuviera enojado él no quería lastimarme diciéndome la verdad. A pesar de que nos causábamos daño no podíamos estar separados, había algo muy fuerte entre nosotros. Llamémoslo destino, coincidencia, casualidad, dependencia, cualquier nombre que se nos ocurriera no era suficiente para describir ese sentimiento, eso a lo que algunos llaman amor.