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Hannah no sabía si aquel era el mismísimo diablo o si su mente le estaba jugando una muy, muy mala broma.

Aquella bestia caminaba a la mitad de la carretera, su piel estaba cubierta de pelo azul oscuro; en la cima de su cabeza tenía dos largos cuernos y de su nariz colgaba un aro, justo como el que los toros tienen. Caminaba en dos piernas, como si se tratara de un humano pero Hannah sabía que no lo era.

La chica pensó que la bestia estaba allí para llevarla al infierno. Triste, ya que Hannah desperdició todos los años de su vida creyendo que iría al cielo al morir pero, ¿quién diría que una cerveza te voltearía la jugada?

El demonio no se había percatado de la presencia de Hannah y pasó a un lado de ella sin mirarla. No obstante los demonios tienen el sentido del olfato y oído más desarrollado que el de la vista y unos pasos después de haber pasado el cuerpo de la chica, la esencia de esta llegó a la nariz del demonio.

Se detuvo en seco. Volvió a aspirar profundamente el aire a su alrededor y dejó una nube fría al soltarlo. Ahora lo sabía, allí había una chica.

                  –¿Quanto erit operae puro animi tui? [1] –Habló con un tono sombrío aún sin darse la vuelta. Hannah no le entendió, pero algo le dijo que se dirigía a ella –. ¿Aut quomodo darán veneficas vobis? [2] –. Esta vez el demonio giro para darle la cara a Hannah y se acercó lentamente.

                  Hannah tenía miedo, un temor profundo llegaba hasta lo más profundo de su ser y aquella sensación de temor mezclada con el ambiente frío del exterior hicieron que Hannah temblara como nunca. A pesar de eso no huyo, se quedó estática frente a la creatura que le hablaba en un idioma que no comprendía.

                  –¿Vivit anima tua quia non accipiam wel annorum? [3] –. El demonio y Hannah estaban frente a frente. El primero le examinaba el rostro detenidamente y Hannah pudo ver dentro de sus blancos ojos sin pupila su expresión asustada. Era tanta su cercanía que cuando el demonio exhalaba, los cabellos de Hannah eran removidos por su aliento. –¿Deus scit pretium anima quae non auferetur? [4]

                  El demonio tomó a Hannah levantándola del frio concreto y sin maltratarla la cargó en su hombro. A diferencia de sus violadores, no la arrastró. En ese momento Hannah pensó que los verdaderos monstruos eran humanos, mientras los hombres le habían arrebatado la dignidad y arrojado a la calle, un demonio la levantaba y se la llevaba con él.

                  Habían pasado varios kilómetros dentro de los cuales la chica no había dejado de temblar, el frio golpeaba sus hombros desnudos y sus labios estaban resecos a falta de agua. De pronto el demonio se detuvo, Hannah pudo ver que se habían adentrado a un bosque y que delante de ellos había un gran pozo. El demonio arrojó a Hannah dentro de él y la desesperación regresó a su mente.

                  Caía dentro de la oscuridad, un vacía estaba a su espalda y sus gritos solamente causaban un eco que perforaba sus oídos. No pasó mucho tiempo para que la espalda de la chica finalmente golpeara fondo, y al llegar al suelo no vio nada más que a Cassie nuevamente, mirándola fijamente.





[1] ¿Cuánto valdrá un alma como la tuya?

[2] ¿O cuánto me darán las brujas por ti?

[3] ¿Cuántos años más viviré si toma tu alma?

[4] ¿Sabrá Dios el valor del alma que le voy a quitar?

Perdonen si las traducciones están muy mal, usé el traductor de google.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2017 ⏰

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