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La lluvia caía fuertemente sobre la carretera en la que transitaba un pequeño auto color café. La autopista brillaba con el sol que se reflejaba en el agua que había caído sobre ella y las gotas de lluvia golpeaban las ventanas del auto y se escuchaban a pesar de la música a todo volumen que sonaba en el interior. Viajaban cinco adolescentes en camino a un fin de semana juntos en una cabaña que habían alquilado juntando todos sus ahorros con el mero propósito de embriagarse y celebrar que finalmente se habían graduado de la preparatoria.

–En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo; amén.

Dos hombres y tres mujeres; dos parejas y la chica que, a pesar de ser amiga de todos, sólo iba para cuidarlos. Los padres de los otros cuatro habían especificado que si Hannah Pemberton no asistía, podían olvidar aquel viaje. Así fue como Hannah terminó envuelta en aquel auto en el asiento de copiloto en el que ella básicamente iba de niñera de su mejor amiga, la persona que le gustaba y otros dos idiotas.

–Dios te salve, María; llena eres de gracia, el señor es contigo...

La lluvia parecía no querer cesar y todo el mundo sabe que las carreteras son aún mas peligrosas si están resbaladizas. Hannah no era sólo la mamá del grupo, también era una devota a la iglesia, la biblia y todo lo que tuviera que ver con Dios y la iglesia católica por lo tanto ante el peligro no había otra cosa que la chica pudiera hacer más que rezar.

–Padre nuestro que estás en...

–Hannah, cállate ¿si? Llevas más de una hora rezando y no me dejas escuchar la música. – La chica al volante, Cassie, miró de reojo al asiento de copiloto donde Hannah estaba sentada, –Eres la única persona con la que puedo charlar y lo único que haces es rezar.

Efectivamente era la única persona; Joseph y Nina se dedicaban a succionarse el alma en forma de besos y Víctor, el novio de Cassie parecía muerto mientras su mejilla se aplastaba contra el vidrio del automóvil.

–Solo nos estoy protegiendo, un día de estos mis rezos nos salvarán la vida.

–El día en que Dios se convierta en Iron Man te creeré; además tenemos suficiente protección, Víctor trajo como dos docenas de condones –. Cassie además de ser la novia de Víctor, era la mejor amiga de la rubia devota a Dios.

Era claro que ambas chicas eran muy diferentes y no solo física, sino también psicológicamente: Hannah era rubia con la piel blanca, Cassie era castaña y morena. Una era católica a morir y la otra decía ser atea. Cassie tenía un novio y Hannah moría por alguien a quien no podía tener.

–Que gracioso, pero sabes que Dios te dará los hijos que merezcas.

–No me vengas con esas mamadas, Han. Si vuelves a mencionar a Dios o a Jesús o a María o a quien sea cuyo nombre venga en la biblia juro por ya sabes quien que te golpearé en la cara –. La agredida sonrió sabiendo que no era cierto, iban varias veces en las que su amiga le hacía la misma amenaza y nada sucedía, solo hacía falta dejar el tema de lado por unos minutos; sin embargo en ese momento Hannah sentía ganas de pelear.

–No jurarás en nombre de Dios en vano.

–Hija de puta –. Cassie apretó la mandíbula claramente enojada, pero aquellas dos muchachas eran la clase de amigas que nunca se enfadaban realmente. Hannah se rio fuertemente y en un abrir y cerrar de ojos habían llego a su destino.

Frente a ellas se alzaba un arco de madera en el cual colgaba un letrero campamento terra, decía. La alegría de Cassie por haber llegado finalmente se vio reflejada en un grito que despertó a Víctor de su ensoñación y logró que Joseph y Nina despegaran sus labios para admirar el lugar. Cuatro hermosas cabañas se encontraban después del letrero y el auto en el que los cinco chicos iban se estacionó frente a la número dos.

† Wicca †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora