Capítulo 8

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Por la noche, Camila y Lauren estaban sentadas en el sofá después de haber acostado a Mike. La alcaldesa estaba relajada y se había acurrucado en los brazos de su compañera, feliz de su recién comenzada relación.

«Me gusta estar así, en tus brazos» dijo ella suavemente «tu cuerpo es tan cálido, me gusta tu olor y tu piel tan suave» continuó rozando sus brazos con la yemas de sus dedos.

Camila la besó en el cuello y subió hasta su boca. Comenzó inmediatamente un beso apasionado al que Lauren respondió con alegría.

«Ni se me pasaba la cabeza empezar algo con un hombre, y mucho menos con una mujer» dijo la morena antes de besarla de nuevo.

Camila gimió cuando la lengua de la alcaldesa comenzó una coreografía endiablada con la suya. Agarró su muslo y la hizo sentarse a horcajadas sobre ella. Lauren se dejó hacer continuando con sus besos, colocando sus manos a los lados de su cara. La alcaldesa estaba completamente perdida en ese beso cuando tomó consciencia plena de las manos de Camila que se deslizaban dulcemente hasta sus nalgas. Sintió su corazón desbocarse de miedo. Intentó barrer sus temores, y disfrutar del instante. Camila era dulce, intentaba no precipitar nada. Pero en ese momento, la joven castaña parecía perdida en su momento de cariño y le costaba controlar sus deseos.

Lauren notó cómo las manos continuaban descendiendo, y se sorprendió gimiendo cuando alcanzaron sus nalgas. La sensación era nueva y muy agradable, y la alcaldesa sintió una ola de placer recorrerla. Camila gruñó de excitación presionándolas delicadamente, e interpretó los gemidos de su compañera como luz verde para ir más lejos. Invirtió lentamente las posiciones, y recostó a la bella pelinegra en el sofá. Continuó besándola un momento antes de descender sus labios hacia su cuello.

A la alcaldesa le costaba cada vez más calmar sus angustias. Camila le murmuraba palabras dulces que no estaba escuchando. Su cerebro entero estaba obnubilado por los gestos de la castaña encima de ella. Estaba siendo asediada por malos recuerdos y no lograba sacarlos de su mente. Cuando Camila subió su mano hacia su pecho, Lauren dentro en completo pánico y se soltó con fuerza.

«¿Qué, qué? ¿Qué pasa?» dijo Camila, perdida, al verla, de repente lejos de ella.

Lauren caminaba de aquí para allá frotándose los brazos con ansiedad.

«¿Lolo?» dijo la joven prostituta acercándose a ella «¿He hecho algo malo?»

Intentó abrazar a la alcaldesa, pero la soltó al verla temblar.

«Perdóname Camila, yo...Me siento muy incómoda con lo que se refiere al acto sexual. Pero no me siento preparada para contártelo todo»

«Lo comprendo...soy yo la que tiene que pedir perdón. Creí que lo querías, no pensaba que estaba haciendo algo malo. Te deseo, estábamos bien, parecías estar receptiva»

«Lo estaba Camila, me gustaría lograrlo, pero me angustio demasiado. Lo siento mucho» dijo ella estallando en llanto.

«Eh, eh, no llores, por favor» dijo ella apoyando su mano en su hombro «Te quiero mucho, y esperaremos el tiempo que haga falta. Solo necesito que me digas cuándo estoy yendo demasiado lejos, y yo me pararé inmediatamente»

«Pero vas a frustrarte»

«No más que si debo estar alejada de ti»

Lauren se abrazó a ella y Camila la la condujo hasta la habitación. Se acostaron, una en los brazos de la otra, pero la alcaldesa no concilió el sueño.

Un temor nacía en ella, insinuándose en su mente como un veneno mortal. Tenía miedo que su bloqueo pudiera llevar a la castaña a abandonarla. De buena mañana, bajó a preparar el desayuno para distraer la mente. Aunque había intentado pensar en otra cosa, todos sus pensamientos derivaban a la angustia de perder a su compañera. Imaginaba que la joven prostituta, frustrada con su vida sexual inexistente, la engañaría con la primera mujer que encontrara. No podía dejar de imaginársela en la cama con una alta y salvaje rubia que sabría darle lo que ella no podía.

Love For Contract [Camren] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora