Love For Contract [Camren] - Adaptación

Capítulo 28

Maratón año nuevo (2/5)

«Bueno, nosotros vamos a dejaros solas» dijo Siope al ver cómo las dos mujeres se devoraban con la mirada.

«No, ¿bromeas?» dijo Dinah toda excitada «No quiero marcharme. Deseo que hablemos, después de todo lo que acaba de pasar. ¿Has visto lo que bien que ha ido? Ella no volverá más, seguro»

«Cariño» dijo amablemente el sheriff «Creo de verdad que quieren que nos vayamos»

«Oh, podéis quedaros» dijo Camila con voz grave «Pero yo voy a subir a hacerle el amor a mi futura esposa»

Dinah se quedó sin voz de golpe al ver que Lauren no ponía ninguna objeción. Vio a sus amigas acercarse más la una a la otra sin prestarles atención. Cuando vio la mirada ávida y hambrienta de la alcaldesa devorando el cuerpo de su compañera,Dinah decidió que era hora de marcharse.

«Sí, vale, os dejamos hacer vuestras guarradas y mañana venimos para charlar» dijo ella tirando de Siope hacia fuera.

Una vez la puerta cerrada, las dos mujeres se miraron por un instante antes de lanzarse la una en los brazos de la otra. Sus labios se sellaron con violencia y sus manos comenzaron inmediatamente a descubrir con frenesí el cuerpo de la otra. Camila estaba ya apunto de desabrochar el sujetador de la pelinegra cuando le susurró al oído.

«Estás muy sexy cuando te enfadas, casi pierdo todo mi autocontrol»

Lauren gruñó arrancando su camisa.

«Decididamente te gusta hacer saltar mis botones» dijo ella entre beso y beso.

«Cállate» gruñó Lauren luchando con el botón de su pantalón, mientras devoraba sus labios.

«Me gusta cuando te pone salvajes»

«Cállate» dijo más fuerte.

«Verte gritarle a Tamara me dieron ganas de hacerte gritar por otra cosa»

«¡Cállate!» gritó ella, posando sobre ella una mirada intensa y colérica que le daba una expresión fiera, como una animal imponente e indomable «Tómame» gruñó con un tono seco.

Camila tembló de los pies a la cabeza y no se hizo de rogar. Continuó desvistiéndola a toda prisa, sus manos temblorosas de excitación. La empujó contra la pared y mantuvo su mano por detrás de su cabeza. Atacó su cuello que succionó lo bastante como para dejar una hermosa marca y disfrutó con sus gemidos.

Presa de la pasión, Camila tiro al suelo todo lo que había encima del pequeño mueble de la entrada. Agarró las nalgas de su prometida y la sentó sobre el mueble. Lauren rodeó con sus piernas su cintura y la atrajo hacia ella para besarla apasionadamente.

«Camila» gimió la alcaldesa.

La joven castaña la penetró mientras continuaba besándola. Rápidamente, la pelinegra dejo caer la cabeza hacia atrás, incapaz de controlar su placer. La casa se empezaba a llenar de gritos y Camila pudo sentir cómo comenzaba a contraerse bajo sus expertos dedos. Redobló el esfuerzo, girando sus dedos hacia arriba para estimular la zona que volvía loca a su compañera.

«¡Oh, Dios mío, Camz…Camz…hazme…necesito…!»

Aceleró el ritmo, pero siempre ralentizaba cuando la sentía próxima a llegar, alargaba la tortura para hacer que perdiera completamente la cabeza. Lauren arañaba su espalda casi hasta hacerle sangre de tan deliciosa que estaba siendo esa tortura.

«Camz» gimió casi llorando, mientras que la castaña ralentizaba por enésima vez, negándole el orgasmo por el que se desesperaba tanto. «Camila, no puedo más»