capítulo 8

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Esta es la octava vez que leo la carta, tengo miedo. No quiero que piense que la acoso o que estoy obsesionado.

Lo estas.

Pero ella no lo sabe aún.

Lo sabrá si le dejas la carta...

Maldita sea! Ya basta, no quiero que se asuste, no quiero alejarla más, quiero que esto acabe y poder hablarle tranquilamente, que me vea y que me toque. Pero no, eso no pasará, han pasado años, quién sabe cuántos, desde que alguien me ha visto por última vez.

Es frustrante, tenerla frente a mi todos los días sin que ella lo note. La verdad a veces pienso que ella puede sentirme, que presiente que estoy aquí. Pero lo descarto, no me hago mas ilusiones desde hace tiempo.

En fin, he decidido no darle la carta, por lo tanto voy a la chimenea, la prendo y tiro la carta sin fijarme en donde cae.

Salgo al patio de atrás y veo la piscina, es un día soleado y de pronto, un borrón de imágenes llegan a mi.

*flashback*

Estaba sentado en la silla playera del patio tomando el sol mientras mi hermana jugaba en la parte baja de la piscina, chapoteaba y jugaba con sus muñecas. La observo, tiene su cabello marrón húmedo y algunos mechones rebeldes le tapan los ojos, sonríe y me doy cuenta de que ya está demasiado grande, ha crecido rápido, cumple siete años la semana entrante. Mamá y yo planeamos hacerle una fiesta sorpresa con sus amigas, tal vez aquí en la piscina.

- Rebeca, ya es hora de que salgas de la piscina, podrías resfriarte - Le digo, pero es inútil, que no me escuchará.

- No! Estoy jugando con mis muñecas, la fiesta de barbies apenas empieza - Puede que su carácter no sea él mejor, pero yo soy el hermano mayor, estoy a cargo.

Con una mirada de suficiencia y desinterés le digo - Bien, iré adentro a tomar chocolate mientras veo películas, le diré a mamá que no me haces caso y cuidadito con que te resfríes porque yo no te cuidaré.

Pensé que el chocolate caliente la animaría, pero no. Se quedó en la piscina mientras yo hacía el chocolate y no me di cuenta de que afuera hacía cada vez mas frío, esa vez tuvo un resfriado terrible, recuerdo que en las noches no dormía preocupado de que la fiebre le subiera tanto que tuviera que llevarla al hospital.

*fin flashback*

Recordar a Rebeca no siempre me hace bien, la extraño demasiado. Me costó mucho superar lo que pasó, incluso después del accidente seguía teniendo pesadillas al respecto.

Entro a la casa y me siento en el sofa, mirando al techo. Esta casa me trae mas recuerdos de los que me gustaría admitir. Toda mi infancia la viví ahí, con Rebeca y mi madre, supongo que después de que se fuera ella no podía aguantar mas estos recuerdos. Es un misterio que después de mi muerte regresara para acá, así fue como la conocí a ella. Al principio no podía soportarlo, tampoco comprendía que hacía aquí de nuevo, pero tuve que acostumbrarme, los primeros años fueron difíciles, luego todo tuvo sentido cuando ella nació.

He pasado toda su vida observándola, cuidándola, tomándole cariño. Y aunque no me gusta pensar en ello, al principio creo que la odiaba, la culpaba de que mi alma hubiera quedado encerrada en esta casa. Pero uno no puede culpar a los demás por sus errores, así que tuve que aceptar todo esto, no como un castigo, más bien como un veremos que pasa.

He pasado tanto tiempo recordando al yo de antes, al yo con vida que no me he dado cuenta de que ella ya llegó y no sé por qué, pero tengo un presentimiento. Y no es nada bueno.

mi nube de-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora