Capítulo 10

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Rose's POV

Despierto por el sonido de mi alarma, me levanto y me doy una rápida ducha. Cuando me visto y bajo, noto que mamá no ha llegado aún. Trabaja en él hospital y le tocó turno nocturno. Después de desayunar, tomo mi bolso y me voy caminando hacia el colegio.

Adoro el aire fresco, el sonido de las ramas de los árboles, me da tranquilidad. Pero de pronto todo eso se va, al recordar lo que pasó ayer. En definitiva alguien me esta observando y parece un loco obsesionado, me da miedo, pero no quiero molestar a mamá con eso. No quiero que se preocupe y menos si es una broma.

Si! Eso es, sólo una estúpida broma por parte de mis compañeros de clase, esos demonios ruidosos con los que paso la mitad de mi día entero. En fin, no puedo dejar que eso me afecte. Ignoro esa sensación de que me están observando, la verdad ya estoy acostumbrada, siempre desde pequeña he sentido esto. Es una constante sensación de que te observan. Me ha costado muchos años aprender a ignorarla.

Al principio le decía a mi mamá, con miedo que había alguien que me miraba todo él tiempo, pero como nunca había nadie pues nunca me creía y me rendí, sin embargo la sensación sigue latente. En las noches es peor, ahí todo es mas intenso, todo él ambiente se torna un poco pesado dentro de mi habitación, no se si esa sea la razón de mis pesadillas, quisiera creer que no, pero siempre que siento esta presencia acosadora en mis sueños todo termina mal.

Al llegar al colegio dejo esos pensamientos atrás, cuando salgo dejo de sentirme mal. Por eso he salido mas últimamente, aunque solo sea a sentarme en él parque a ver a la gente pasar.

En el colegio no tengo amigos, tal vez uno que otro compañero que se comporta amable conmigo. La verdad nunca he sido muy sociable, no se me da tan bien y estar bajo los ojos de muchas personas a la vez me pone nerviosa.

Como era de esperarse el día es tan aburrido como los otros, y pasa muy rápido a mi parecer. Salgo de la escuela, y voy camino hacia mi casa, pero no quiero ir allá. No se si mamá habrá llegado, y no soportaría estar sola ni diez minutos. Decido ir al parque un rato, pero como siempre, estoy sola y me entristece un poco. A veces quisiera un amigo, ya sabes, alguien en quien confiar. Que no sea mi mamá, claro.

Pero no, siempre estoy sola. Me siento en una banca y empiezo a imaginar un escenario en el que conozco a alguien y todo parece arte del destino. Soy una fiel creyente de que todo pasa por una razón y que todos tenemos algo maravilloso esperando por nosotros.

Espero que eso pase conmigo, que pase algo que me haga feliz con quien soy, o que tal vez me haga mejor de lo que soy. Me encantaría poder ser mas, superarme, llegar lejos... Ser alguien especial para los demás. Esperaré a que ese día llegue. Soy paciente, sé esperar por lo que vale la pena.

Inevitablemente llega la hora de volver a casa, esta anocheciendo y no quiero que mamá se preocupe. Me pongo ansiosa de llegar a casa, recordando las palabras de la carta. Cuando llego mamá esta en su cuarto, durmiendo. Pobre, debe estar agotada.

Me preparo la cena para después ir a dormir, pero no puedo. Estoy nerviosa, pensando en la carta y en como decía quien quiera que fuera esta persona que me miraba dormir. Un escalofríos recorre mi espalda al recordar como decía que se metía en mis sueños, me asusta pensar que todo esto de que haya alguien viéndome y que ese sea el porqué de mis pesadillas. No lo soporto, paso todo el rato sin pegar un ojo, preocupada de que alguien entre, no creo, la ventana y la puerta ambas están cerradas y las cortinas corridas. Trato de tranquilizarme, no pensar y dormir. Lo necesito.

Cierro los ojos y de nuevo esa horrible sensación de que los fantasmas de un pasado que no me pertenece me agobian. Pero llego al punto del colapso cuando siento una respiración en mi hombro. Y grito. Grito como si mi vida dependiera de ello.

Tal vez si dependa de ello, de hecho.

Pero no es posible, ahí no hay nadie y justo antes de dejar de gritar, siento algo que tapa mi boca y ahoga mi grito. Y ahí fue cuando todo se volvió una locura. Podía sentirlo, una mano, suave con olor a menta cubriendo mi mano, no la podía ver... Pero definitivamente la sentía. Hasta que la mano me soltó lentamente.. Trate de sentir algo de nuevo, estirar mis manos... Pero nada. Esa noche no dormí, para nada.

mi nube de-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora