Santana camino por el salón central de la casa, le había dado privacidad a Brittany mientras ella aclaraba sus pensamientos, no podía negar que la rubia le gustaba, dio vueltas en círculos, se sentía mal por lo que estaba haciendo pero no podía renunciar tan pronto, sabia que el plan era estar con Brittany el mayor tiempo posible y cuidar de ella... No enamorarse...Primer error... Ya se sentía enamorada
Sintió unos brazos alrededor de su cintura que la abrazaban por atrás.
- que sucede San...?- susurró la rubia, esta giro entre sus brazos, Brittany comenzó a asustarse por ver el semblante de la morena, que solo la miraba y no decía absolutamente nada-San...- acarició su cara haciendo que el contacto la hiciera parpadear-
- eh... Quien te llamo?- dijo calmandose un poco-
- Quinn... Mi prima, ya es hora de que este en casa- se encogió de hombros, Santana aliso su camisa, en un acto exasperado, realmente no se sentía bien.- San... Te pasa algo?
- no... No, para nada- negó con la cabeza repetidas veces- mejor vamos... Te llevo a tu casa... No se nos vaya a hacer tarde- la tomo del brazo hacia la salida sin esperar una respuesta de la rubia.
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- Bien Santana... Te agradezco que hallas podido venir...- no tiene porque señor Pierce- murmuró la morena, acomodando su uniforme-
- ok... - el sonrió y abrió unos archivos- aquí tienes tu pago de este mes...- saco un papel doblado- puedes cobrarlo cuando quieras... Ya esta firmado- Santana abrió el papel y se vio sorprendida por la cantidad de dinero-
- Señor... Pero esto no era lo que habíamos acordado...- murmuró moviéndose incomoda-
- lo sé... Pero se que necesitas cuando salgas de la academia, este ya será el montón que cobraras y recibirás de ahora en adelante- la morena pretendió hablar pero el no lo permitió- no... Acepto un no por respuesta...- ella alzó las manos dándose por vencida-
- esta bien señor... - fue la única respuesta que dio-
- a ti... No te quito más tu tiempo, se que debes presentarte en la academia- se levantaron de sus asientos, ofreció su mano y ella la acepto gustosa- gracias Santana... Sé que Brittany a quedado en buenas manos- ella solo asintió y salió después de despedirse, al cerrar la puerta se apoyó en una de las paredes respirando con dificultad, fuera como si su corazón hubiera dejado de latir por una milésima de segundo.