Capitulo 2

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Estaba en la biblioteca del instituto cuando entro Héctor y se sentó a mi lado me dijo que esta tarde quería hablar conmigo, así que quedamos en mi casa, el dijo que sabía donde era y eso todavía me inquietaba, pero no pensé mucho en ello, hoy tendría que volver a ver al psicólogo, pero por lo menos tendría un libro para poder leer.

A las seis llego Héctor y con la escusa de tener que hacer un trabajo subimos a mi habitación. Creo que mi madre pensó que Alexander me estaba ayudando y que empezaba a tener amigos e incluso algo más, pero yo no quiero tener novio, es algo que nunca me ha interesado.

- En una hora me tengo que ir ¿qué quieres? – volví  a decirlo como el otro día en el pasillo, quizás no debería tratarlo así ya que somos ''amigos´´.

- Bueno no sé cómo decirte esto....

- ¿El qué? ¿Que ya no quieres ser mi amigo? Lo suponía nadie quiere ser amigo de una chica que no para de leer, pero como ya te dije no necesito amigos.- No estaba segura de que fuese eso, porque él parecía incomodo de verdad, no debería sentirse así, después de todo nadie le ha estado observando en clase y en los pasillos.

- No... No es eso....- Sus ojos verdes me miraban con un extraño brillo que nunca había visto.- Es que..... Me gustas, desde el año pasado.- Esas son las palabras que pensé que nunca ningún chico me las diría, pero yo lo acababa de conocer y no sentía lo mismo.

- Lo siento, pero yo te acabo de conocer y... bueno no quiero tener novio, además no me dejan. –Pensé que si decía que no me dejaban no le haría tanto daño, mi padres, sobre todo mi madre, quería que tuviese novio, pero me equivocaba, sus ojos en los que antes había un brillo extraño ahora solo tenían desilusión.

- Vale, no pasa nada, seguiremos siendo amigos. Me debería ir, adiós.- ¿De verdad él tenía la esperanza de que estuviese enamorada de él? Yo nunca me he enamorado, no de alguien de verdad, y tenía claro que ese sentimiento no iba conmigo.

-Adiós.

El salió de mi habitación, bajó las escaleras, se despidió de mi madre con un '' adiós señora´´ y se fue, y yo me quedé ahí, de pie, demasiado confundida para saber qué hacer, y me quedé así, hasta que mi madre me llamó para ir al psicólogo y me sacó de mi ensoñación. En el psicólogo me negué a decirle nada a Alexander, ni siquiera hablé, solo leí.

Llegué a mi casa y me metí en la cama, no podía parar de pensar en lo que Héctor me había dicho, no se merecía que le tratase así es un buen chico pero no estoy enamorada de él y no puedo permitir enamorarme.

Las Memorias de Idara. Capitulo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora