capitulo #4

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-Entonces, ¿estas segura de que no quieres un helado?- Philip, quien si quería un helado, rezaba internamente por la respuesta positiva de Zoey.

-no, no quiero un helado, pero en vista de que es la quinta vez que me preguntas en el día, iremos a buscar uno para ti, ¿quieres?- ella respondió resignándose a dejar tranquilo el perchero que sostenía los vaqueros, luego de no encontrar nada acorde a sus gustos. Busco a Philip con la mirada, cayendo en la cuenta de que este ya no se encontraba a su lado.

-¡Zeze, ven aquí!- un grito resonó desde el otro lado del local.

-¿Qué sucede?-

-admira esto- su hermano le paso una percha, pero fue lo que sostenía esta, lo que le saco una mueca a Zoey.

-¿Qué es eso?-

-Ammm.... ¿Un vestido?-

- ¿Tan corto? ¿No crees que le falta un poco de tela?- Philip rodó los ojos y empujo a su hermana hacia el probador.

-No quiero ofenderte Zeze, pero morirás sola si sigues usando esa ropa.-

Zoey dio un suspiro de resignación y se puso el vestido. Al ver su reflejo en el espejo del probador, no pudo evitar sonreír, aunque ella no quisiera admitirlo, le sentaba de maravilla, era cuatro dedos arriba de la rodilla, azul, sencillo, pero muy provocativo, al menos para una persona que solo usa vaqueros y remeras holgadas lo era.

-cariño, no me voy a hacer joven esperándote aquí fuera-

Sin decir una palabra, Zoelle salió del cubículo, y se posiciono justo frente a su hermano, quien le pidió que desfilara para luego soltar una sonrisa.

-¿Cómo... como me veo?-

-te ves preciosa- se acercó al oído de Zoey-y no quiero presumir nada, pero lamento decirte que mi sentido de la moda supera al tuyo.- guiño un ojo.

Luego de una larga discusión al momento de pagar el vestido, ambos se dirigieron hacia la heladería favorita de Philip.

Zoey descubrió porque era su favorita, luego de que ambos pidieran sus helados. La empleada que los había atendido era una risueña joven que no pasaría de los diecisiete años. Era rubia, o eso parecía, ya que su pelo estaba teñido de rosa, tenía muchos rizos descontrolados que daban saltitos cada vez que ella se movía. Su piel era blanca como la nieve, pero claro, no faltaba el rubor natural cuando se sentía avergonzada, lo que la hacía ver más tierna. Era menuda, y sus ojos brillaban cada vez que Philip le dirigía la palabra.

Eso fue suficiente para que le agradara la chica.

-¿por qué sales con Kelly?-

Philip levanto por primera vez en el día la vista de su helado, y enarco una ceja.

-¿por qué quieres saberlo?-

-curiosidad-medio sonrió.

-bien, es difícil, ella y yo fuimos amigos al empezar la universidad. Una vez, en mi departamento estábamos charlando de cosas sin importancia, y de pronto las cosas se pusieron calientes entre nosotros. Desde es día ella ha asumido que tenemos algo, y yo la he dejado asumirlo.

-vaya.- pensó ella en voz alta provocando una carcajada de parte de Philip.- ¿Por qué no terminas con ella?-

-se me ha ocurrido terminarle hace bastante tiempo, solo que su carácter me asusta.-

Zoelle, luego de terminar su helado, ordeno su ropa en el cuarto de su hermano. El departamento podía tener dos habitaciones, una lujosa cocina y un gran living, pero no dos armarios.

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