Reconciliación

88 2 0
                                    


Cuando llegue a la casa, al atardecer, parquee el auto como siempre al frente de la casa, deje mis cosas dentro del auto, solo saque mi maletín, y deje por fuera del radio el CD de baladas, camine despacio hasta la puerta de la casa, mire el cielo antes de entrar a la casa, entre un anaranjado oscuro y un rosado intenso, la nubes mostrando un mar rosa, sobre la capital, enganche la llave en la cerradura y gire la llave.

Sentí el olor de Nikky en el ambiente al cruzar la puerta, deje mi maletín en el sofá después de cerrar la puerta, corrí hasta la habitación y la vi dormida en la cama, su torso totalmente desnudo al igual que sus pies, me perdí en su piel, una inmensa agonía me hacia llorar al verla, me quite el buzo de lana pesada que traía, los zapatos y camine despacio hasta el pie de la cama.

Toque su piel, estaba muy caliente, me acosté a su lado mirándola, tome una de sus manos entre las mías y la abrace, ya no me sentía desconsolada, con su sola presencia y cercanía me sentía bien, bese la piel de su espalda, tenía un nuevo olor en su cabello, olía a coco, el mismo olor del su mamá.

Me desperté al sentir que ella se soltaba de mi, esto me altero un poco, mi corazón latió con fuerza, después de mirarla un momento a los ojos sentí un fuerte agonía, ella me rechazaba, mis ojos se llenaron de lagrimas, sentía que no podía respirar, ella se aferro a mí, me abrazo con fuerza.

Su piel estaba caliente bajo mis manos, bese su hombro, su cuello, al llegar a sus mejillas y besar por última vez ella se alejo de mi, al ver que se alejaba mi corazón brinco, deje caer mis manos.

-Nikky, no me hagas esto... perdóname- le dije sintiéndome perdida.

-Ana, no puedo olvidar tan fácil- dijo antes de salir de la habitación.

Quede sentada en la cama, las lagrimas salían de mis ojos incontenibles, no quería que ella me escuchara llorando, o me viera hacerlo, cubrí mis ojos con mis manos, ahogaba mis sollozos con mis labios y mis manos.

-Ana yo a vos te amo, no puedo vivir sin ti...-Escuche su voz, más cerca y levante la mirada, le iba a decir que yo también la amo, que mi vida sin ella era un completo vacio, pero ella no me dejo hablar- Pero dame tiempo, no te voy a dejar.

Eso me calmo, mi respiración aun era entrecortada, me recosté donde ella hacia unos instantes estaba, aun estaba caliente, me quede esperando que ella regresara a la cama pero no fue así, me vencí ante Morfeo, se repitió la pesadilla donde Nikky nunca despierta del coma, me desperté alterada y buscándola sobre la cama.

Era media noche, no había comido nada en el día, así no quisiera me tenía que alimentar, baje las escaleras y la encontré acostada sobre el sofá, boca arriba, sobre una de sus manos una botella de cerveza desocupada, subí hasta la habitación y tome una frazada, lo más probable era que ella la botara en la noche, pero es la única forma de asegurarme que no se enfermara.

Retire la botella de su mano, y la cubrí, un mechón de cabello caía sobre su cara, lo retire con delicadeza, bese su mejilla, después de mirarla unos momentos en susurros le dije:

-Te amo Nik- reacomode su frazada, fui asaltar la alacena y la nevera por algo de tomar.

Mientras me acababa el emparedado de jamón con queso y un poco de leche, me recosté sobre la pared de la sala a mirar a Nikky dormir, su expresión tan pacifica, tan relajada, "Dios la quiero siempre en mi vida" me dije, desee que ella nunca se aleje de mí.

Al terminar de comer subí a la habitación y me quede dormida, mirando por la ventana pensando en cómo solucionar todo el lio en la universidad.

El movimiento de la cama me despertó, era Nikky que había caído sobre la cama, su cara era de dolor, me preocupe en seguida, quedando sentada le pregunte:

-Nikky... ¿Qué te pasa?- me acerque a ella despacio.

-Un calambre- ella estaba boca arriba, lo mejor era que quedara boca abajo.

Tome su costado, despacio la gire boca abajo, levante su camisa, tenia marcada en la piel la esquina o el borde de la silla, tenía la mitad de la espalda roja y la otra mitad blanca, en la parte blanca sobresalía la cicatriz que se hizo hace mucho cuando nos quedamos dormidas en el sofá después de hacer el amor en la tarde, y ella se cayó.

Toque su piel sobre la cicatriz y ella se estremeció.

-Oye cuidado... duele- me dijo un poco ofuscada, mi cabello caía sobre mi cara y no me dejaba ver bien, con mis dedos lo deje atrás de mis orejas, toque nuevamente la cicatriz esta vez ella no dijo nada.

-Haber trata de relajarte mientras te pasa... recuerdas esa ves que te cure la espalda por culpa de un calambre- le dije mientras veía como se normalizaban el color en su espalda.

-Ajammm- dijo ella relajándose, tenía todas las ganas de besarla, de adueñarme de su piel, deseche la idea.

-Bueno ya es hora de irme- dije tratando de alejar todos los pensamientos que pudiera tener, tenía la intención de levantarme de la cama.

-Ana.

Ella tomo mi mano y con un ágil movimiento me arrastro hasta su boca, besándome con dedicación y ternura, mi corazón se aceleró, solo ella logra esa reacción de mi ser.

Ella casi que me arranco la blusa haciendo que dos de mis botones volaran, tome su camisa y la saque en menos de un segundo, admire su torso desnudo, me prendí de sus labios mientras le quitaba el pantalón que me hacia la guerra, después de que nuestros pantalones salieron de la escena ella quedo encima de mí, quería sentirla más cerca de mí, la atraía más hacia mí, mi respiración estaba muy acelerada, no podía dejar sus labios, pero ella se desprendió de mis labios y bajo por mi mentón, mi cuello hasta mis senos, bridándome caricias con su lengua, su lengua era una danza lenta, le brinde aun mas mis senos, sentí que ella empezó a bajar más por mi piel, y atraje su cara hacia la mía, tomando sus mejillas con mis manos, fundiéndonos en un beso, apreté sus cuerpo al mío con una de sus piernas, sentí su sexo tocar el mío, y sus manos en mis caderas marcando el ritmo sobre nuestros cuerpos.

Abrace su cuello y cerré mis ojos sintiendo como su sexo lubricado se rozaba con el mío, su mirada sobre mi cara, esto me excitaba mas, junte mi frente a la suya y busque sus labios los necesitaba, cuando sentí la proximidad del orgasmo, ella también respiraba rápido, una de sus manos se clavaba en mi cadera y la otra cerca de mi seno, acariciando al mismo compas de nuestros sexos, llegamos juntas al orgasmo descanso su peso sobre mí, bese su frente, su mejilla y sus labios.

Su frente estaba perlada en sudor, descanso su peso a mi costado al recuperarnos, no podía sentirla lejos de mí, junte mi cuerpo aun mas al suyo.

-Nikky te amo.

Ella me miro sorprendida apoyándose sobre sus codos mirándome fijamente, quede expectante esperando su respuesta, luego de un momento ella me sonrió y respondió.

-Yo también...- no termino la frase pero no la iba a presionar y menos tras haber logrado esta "reconciliación".

Me quede un momento detallando sus facciones y fue cuando me nació la duda de que le dirían sus papas.

-¿Nikky, se lo dijiste a tus Papas?

-Sí.

-¿Y qué te dijeron?

-Papá se lo tomo muy bien me apoya... desea hablar con vos... y Mamá...

Ya sabía que la señora no me quería pero no podía disimularlo un poco con Nikky, que es su hija, debería apoyarla, me gire buscando sus ojos, toque su mejilla con mis dedos y bese sus labios dándole apoyo.

-Dime- dije luego de besarla.

-No le gusto, te echo la culpa.

Lo sabía, después de estar unos minutos disfrutando de su compañía, ella se levanto a darse una ducha, hoy es lunes y toca laborar, me hubiera gustado que fuera día festivo así podía pasar todo mi día con Nikky.

DÍAS DE LLUVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora