suicida.

¡¿Qué?!

-¿Qué?- le dije sonando un poco despreocupado.

-Tu tristeza, llevas mucho tiempo aguntándotela...-Dijo con un tono cálido.

Yo estando triste frente a otras personas que ni siquiera conozco no está nada de bien, fingí una sonrisa... Mi madre antes de morir siempre decía 'Siempre sonríe'. No estaba aguantando nada, ¿nada? estas clases, aburridas, pisoteos, manotazos, golpizas por mis anteriores compañeros... No aguanto ¿nada?...

Ella me abrazó, sentí su calor corporal en mi cuerpo, era reconfortante estar así... ¿Eh? Unas leves gotas empezaron a caer, libremente, sin hacer ningún ruido. Esta castaña me apretó más fuerte, sentí su apacible corazón, estaba llorando. 

-¿Ves?, Te lo dije- Susurró a mi oído.

-Tú no sabes nada de mí- Le dije cortante reincorporandome en mi asiento y sequé rápidamente las lágrimas asomadas por mis ojos.

-¿Cómo te llamas?- Preguntó la castaña tomando su cuaderno y su lápiz.

-Me llamo Williams- Dije cortante-¿y tú?- Pregunté.

-Me llamo Emily- Respondió Sonriente. Un nombre hermoso, creo yo. 

Todo el día pasó preguntándome cosas como: "¿Qué películas te gustan?, ¿Qué música te gusta?, ¿Cuáles son tus materias favoritas?", lo normal. No me gustaba para nada que me preguntaran cosas. La hice callar unas 10 veces, pero fue inútil, Hice de todo para que se callara, no dejaba de hablar. Hasta que por fin... Salí de esa cárcel.

-¿Te acompaño a casa?- Preguntó .

No le contesté, quería irme solo, completamente solo.  No quería escuchar más su voz, que por cierto la escuchaba cada 2 minutos. Me fui casi corriendo hacía la dirección de mi casa, No obstante esta me siguió. Sólo quería estar en mi soledad, en mi mundo, en el que siempre estaba a cada momento del día, esa soledad que amaba.

-¿Por qué me sigues?- Dije corriéndo.

-Porque... - Se detuvo, hice lo mismo, bajando la velocidad. Me acerqué a ella.

-¿Porque...?- Le pregunté acercándome a ella, estando a solo unos pasos de mí.

-Porque... Porque... M-Me... gustas- Esto último lo dijo en un susurro. 

¡¿... Eh?!.