Capítulo 1: Debe ser una broma

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Luis fue el típico niño travieso pero que todos querían y consentían. Era frustrante a la vez, porque mi propia familia le prestaba más atención a el que a mí en la mayoría de las ocasiones. Lo conocí cuando teníamos tan solo 6 años, su madre Stephanie se convirtió en la mejor amiga de mi mamá. En verdad no hubo casi un día que no estuvieran juntas, salían de compras, iban a hacer deporte e ir al spa después, por lo cual Luis siempre estaba aquí en mi casa. Me molestaba cada que podía, se comía mis dulces, yo lo acusaba con mama y ella me regañaba por ser envidiosa, era un lío.

Los siguientes años fueron más difíciles, Luis resulto ser un chico dotado, con excelentes calificaciones y yo bueno, pasar con 7 estaba bien, ya saben, las comparaciones no se hicieron esperar "Zeida ¿Por qué no le puedes echar más ganas como él" "Debes aplicarte más" bla bla bla.
Cuando teníamos 10 años Luis se hizo amigo de un niño llamado Manuel, era igual de latoso o tal vez más que él. Mis mejores amigas Mitzi y Anahi insinuaban que Luis se ponía cada vez más atractivo, estaban tontas, como podían decir eso.

A la edad de 18 años logre entrar a la universidad de Medicina y Luis estudiaría Ing. Industrial, el seguía viniendo a casa como siempre, ya no le odiaba tanto, durante los años me tuve que acoplar a él y a su forma de ser.
Un día llegue de la escuela, deje mis cosas sobre el sillón y vi como mi mamá bajaba apresurada diciendo que subiera a ducharme y vestirme pues tendríamos una cena. Yo le dije que no quería, solo necesitaba dormir pero ella insistió, dijo que sería familiar. Así que con mucho esfuerzo subí, tome un baño y me coloque un vestido color azul marino muy ajustado, de cierta forma era algo vanidosa, me gustaba como se notaba mi cintura, me puse tacones color hueso y alacié mi cabello, a veces se me daba eso de ser femenina.

Ya eran las 8 de la noche, cuando baje estaba mi mamá , mi papá junto con mi hermana Maffer en la sala, mi tía Vicky y mi prima Giovanna también habían llegado, vaya que era familiar. Les salude a todos y me disponía a tomar una galleta que estaba en la mesa de centro, pero en el momento en que iba a llevármela a la boca, sonó el timbre de mi casa. Mamá pidió que abriera la puerta y adivinen quien era, si, Luis y su madre, ya ni se porque me sorprendía. Les salude de igual forma y Luis comenzó a molestarme, sus bromas me daban risa así que le seguí el juego. Después de un rato me pare frente a la mesa y sentí en mi cintura unas manos asustándome:
Luis: Booo!
Zeida: ja ja ja que tonto- bufe
Luis: ¿Qué no te asustaste?
Zeida: Por supuesto que no, yo no me asusto con nada-insistí
Luis: Te ves muy linda hoy- al escuchar esas palabras de su boca gire y abrí mis ojos tan grandes como podía ¿Qué había dicho?
Luis: Que te digan un cumplido si te asusta.
Zeida: Tonto – respire y le pegue en su brazo.

Justo a las nueve comenzamos a cenar, la plática era de las carreras que tomaríamos al entra en agosto y por supuesto elogiar a Luis por su siempre mejor destacamiento en todo ámbito de la escuela, ya hasta me aburrían esas platicas, toda mi familia lo amaba. Mi mamá y mi papá de pronto se pararon y dijeron algo así "Zei eres toda una mujer ya, tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti, te queremos tanto que siempre estamos pensando en tu futuro, deseamos lo mejor para ti en cada aspecto de tu vida es por esa razón que le cedo la palabra a Luis" – dijo mi padre señalándolo. Luis se paró y se acomodó su saco, camino hacia a mí y se puso de rodillas, yo no entendía nada, de pronto una de sus manos entro a su bolsillo y saco una pequeña caja roja la abrió y tenía un hermoso anillo, me miro y dijo:
Luis: Zei, sé que tal vez no te lo esperabas pero yo te quiero ya desde hace mucho, se los hice saber a tus padres y ellos no pudieron estar más de acuerdo, así que ...¿Quieres casarte conmigo?
Zei : ¿QUÉ?

Una vida no esperada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora