«Prohibido enamorarse».

Capítulo 2: "Recuerdos".

Respiro el aire fresco mientras doy una calada al cigarrilo y camino hacia el mirador. Es un sitio solitario, alejado de la ciudad y con un ambiente de armonía perfecto para reflexionar. Me siento en uno de los bancos. Se pueden ver las torres de Madrid. Saco mis cascos y pongo una canción. Hey there delilah, Plan White.

Hey there Delilah

What's it like in New York City?

I'm a thousand miles away

But girl, tonight you look so pretty

Yes you do

Times Square can't shine as bright as you

I swear it's true

Y una lágrima cae de mis ojos. Y me vuelvo a rayar, a darle vueltas a las cosas. Estábamos juntos. Lo olvidamos todo. Olvidamos cómo era el mundo ahí a fuera, cómo eran las demás personas, olvidamos los problemas. Todo aquello que no estuviera relacionado con nosotros. Estábamos conectados, no queríamos nada más. No lo necesitábamos. Nos teníamos el uno al otro, ¿para qué pedir más?

Nos echamos en aquél césped, recuerdo que estaba húmedo, había llovido la noche anterior y se me calaba el frío por la espalda. Pero no lo sentía. Tu mano rozaba la mía, con nuestros dedos entrelazados. Mirábamos al cielo, sintiendo aquella sensación que nos unía y nos hacía únicos. Que nos aisalaba de todo y de todos. Sólo tú y yo. Sólo nosotros. Pero ahora ya no somos nada. Solo somos recuerdos Estaba tan feliz, que ni si quiera me daba cuenta que era una más de tantas. Y aquí estoy yo. Rota, hundida. Y tú, ¿Dónde estás tú? Seguro que llenando a otra la cabeza con falsas ilusiones, promesas que se cumplirán, un “para siempre“ que se volverá en un “hasta nunca“. Ojalá pudiera olvidarme de ti como tú te has olvidado de mi. Pero no, no puedo. Y es que uno se empieza a cansar. De los amigos, de las promesas, del amor, de la vida. Y entonces es cuando uno se deja ir, y ya no espera nada.  Yo no soy nadie comparada con toda la gente que me rodea. Estoy aquí esperando a que el tiempo decida lo que sea mejor para mí. Confío en él, o al menos es lo único que puedo hacer de momento. Hasta que por fin pueda decir "Lo he conseguido, le he olvidado".

Pero entonces yo me pregunto, un corazón que fue roto, ¿Puede seguir latiendo?.