Capítulo 2: "Un chico vestido por el aire"

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-¡Por favor no! ¡Ahora no!- grito desesperada mientras me retuerzo entre los brazos de los cénix

Me llevan a la gala, es muy pronto, no me he despedido, este año se han adelantado. ¡Me sacan de casa antes de tiempo!

-¡Quiero comer! ¡Me espera mi ensalada! ¡Y chocolate!¡ Litros y litros de chocolate! ¡Por favor soy demasiado joven como para morir!- me suelto del agarre de los guardias y voy corriendo hacia mis hermanos- chicos os quiero, no lo olvidéis nunca- dejo varios besos húmedos en sus mejillas mientras las lágrimas de ambos caen por sus mejillas

-Por favor, vuelve- susurra Hannah antes de darme un pequeño pañuelo que contiene unas pocas galletas- no te quedarás sin comer- sonríe forzada

-Te quiero- le miro y mientras mordisqueo una de las galletas vuelvo junto a los cénix, que me devuelven una gélida mirada y hacen un gesto de cabeza para que Ralts y yo salgamos.

-¿Cómo es aquello?- pregunto al más alto de los dos

Ambos eran fuertes, grandes, majestuosos, desprendían testosterona y miedo por cada uno de sus poros, pero sobre todo respeto. Era mejor no meterse con un cénix, ellos son como nuestros policías, y los que deciden nuestro futuro, aunque también pecan fuertemente de arrogancia.

-No tenemos permiso para hablar con reclusos- contesta uno de mala gana

¿Reclusos? ¿Así que es así como nos ven los cénix? ¿Como unos delincuentes? Nunca imaginé que alguien podía tener un punto de vista semejante a él.

Les miro con la mirada más fría que consigo mostrar y empiezo a andar a la plataforma de salida cuando una mano me coge del brazo y hace que me pare en seco junto ambos agentes. Uno de ellos saca una pistola adornada con rubíes y el símbolo de los cénix, aún así, el hecho de estar decorada, no le quitaba mayor temor a aquel aparto mortal, cuyo objetivo es disparar los mismos rayos magnéticos que separan las fronteras entre ambos reinos, y que provocan nuestra muerte inmediata.

-Aquí mandamos nosotros, tú no tienes poder, así que sube a la plataforma de teletransporte y reúnete con los demás en el reino rubí.-

Suspiro y comienzo a andar en dirección a la plataforma junto con otros chicos de distintos reinos, al parecer estaban haciendo un tour turístico por los diferentes sectores ya que en aquella plataforma había adolescentes de todos los sectores, evidentemente de 19 años.

-Todos son así, hay que acostumbrarse- dice una voz ronca a mis espaldas

Me giro y veo a un chico de pelo azul, con escamas de pez en su rostro, branquias a ambos lados de su cuello, azul también, unos ojos intensos como el océano y una sonrisa de perlas blancas en vez de dientes.

Agua... Un hacx, es lo primero en lo que puedo pensar. Su mirada es como transportarse al océano, parece que no llega nunca a su fin.

-No te esfuerces en cambiar nada, son así, como robots...- sonríe forzado

-¿Puedo tocarte?- le pregunto de golpe cortando en seco la conversación a la par que miro sus mejillas

A lo que acto seguido él ríe y empieza a cambiar a un tono de color un azul más oscuro, por lo que puedo intuir tendrá relación con el estado de ánimo, de calmado, pasa a divertirse y su piel cambia de azul.

-Bueno primero deberíamos conocernos, una cita, y luego ya lo que surja ¿no te parece?- sonríe de lado y acto seguido se muerde el labio, un acto que desde luego me parece lo más sexy que alguien puede hacer.

Noto como el rubor va subiendo por mis mejillas y juego nerviosa con el final de mis pantalones cortos

-Nunca había visto a un hacx, solo había oído hablar de ellos-

Las Siete Piedras Del GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora