(Capitulo 5) ¿Un hermano?

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-Gemma... Lo siento pero... Nos tenemos que ir... -dijo en tono preocupado.

-¿Que? -dije sorprendida-¿A dónde?

-Lejos -¿que quería decir con lejos?
-. Tenemos que irnos de Heuston. Iremos a California.

-¿Hablas de visitar o de mudarnos?

-Hablo de mudarnos. Irnos de aquí para siempre.

-¿Que? ¿Por que tan lejos? Yo no me quiero ir, no quiero dejar Heuston, no quiero -dije enfadada y al borde de las lágrimas.

-No es si quieres o no, es una obligación. Tenemos que irnos.

-¿Y a que te refieres con obligación? No es justo, ve tu yo me quedo --dije levantándome de mi cama--, no voy a irme de este lugar. Esta es mi casa, ese es mi colegio, no quiero dejarlo todo e irme, me gusta estar aquí.

-Deja de mentir -dijo ahora menos agitada y más molesta -, ni siquiera tienes amigos, todos te molestan. ¿Y ahora me vienes con que te quieres quedar?

-Si vamos a empezar con eso, mamá, te debería decir que si nos vamos no es por que me molesten, me vienen molestando desde primer año y ¿recién ahora te das cuenta? -pregunte con cierta cantidad de sarcasmo y enarcando una ceja- No, alguien te llamó, por eso es que nos vamos. Si tan solo me dejaras de ocultar cosas o de quitarme las pertenecía de mi padre... Mamá sé que te dolió, y que seguramente lo amaste mucho para que a estas alturas te siga doliendo, pero... No me puedes quitar el derecho de conocerlo, aunque sea por fotos -duje mientras se me caía una pequeña gota de lágrima.

-- Lo siento... No pensé en ti, no creí que sintieras todo eso, lo siento, en verdad lo siento -dijo dirigiéndose hacia mi, probablemente para abrazarme, pero me di la vuelta para irme hacia la cama y ella paró.

-Aún así, no me voy a ir -dije de espaldas-, no quiero.

-- Lo siento, pero no te lo voy a permitir. Tienes que venir, por favor no lo hagas más difícil de lo que es. Te trato de ayudar, no...

-¿Ayudar en que? -dije dándome la vuelta para mirarla de frente y arrugando las sabanas que tenía en las manos- ¿En que me tienes que ayudar? Yo solo me quiero quedar aquí.

-Hay personas que nos buscan, Gemma. Acerca de algo que pasó hace ya muchos años.

-¿Y que fue lo que pasó hace muchos años?

-No te lo puedo decir... Por lo menos por ahora.

-Pero no me quiero ir...

-Te despedirás de tus amigas mañana, lo prometo, pero mañana te retiraré, y nos iremos esa misma noche.

-¿Es definitivo? -dije con la voz entrecortada.

-Si.

-Haz lo que quieras -dije limpiándome una lágrima y metiendome a la cama-, después de todo eres mi madre y decides por mi.

-- Gemma... -dijo mirandome mientras me acomodaba en la cama- duerme, mañana será un día largo.

Esa noche soñé algo sumamente extrño. Estaba junto a una mujer, pero no podía ver su rostro por culpa de una especie de capa que traía en el rostro.

Estábamos en una especie de habitación grande y alrededor había mucha gente sentada, pero cuando paramos, frente nuestro había una mesa con una especie de crucecita de plata con serpientes de oro y con una punta demasiado filosa, y un pequeño recipiente de cristal.

La mujer me tendió la mano, y yo se la di, a lo que ella me tomó la mano y agarró con la otra mano esa pequeña crucecita, y me dio un pequeño corte en medio de la muñeca, y en el pequeño recipiente cayó un poco de mi sangre y la mujer mezclo mi sangre con algún especie de líquido.

En ese preciso instante desperté de ese extraño sueño. Me di cuenta que una pequeña mosca se había posado en mi muñeca succionandome un poco de mi sangre, enseguida moví el brazo y el pequeño insecto salió volando por la ventana.

Lo primero que hice fue darme un buen baño, luego bajé a desayunar con mi madre, pero no estaba, en su lugar había una nota diciendo:

--Te dejé el desayuno en la mesa. Vuelvo al mediodía, traeré la comida, voy a entregar mi carta de renuncia al trabajo. Besos.

Sólo eso. No hice más que desayunar, lavar las cosas y ordenar la sala. Fui directamente a mi habitación y empecé a empacar lentamente, supuse que después de mi último día del colegio llegaría a mi casa y nos iríamos directamente al airopuerto.

Luego de terminar de empacar me tire sobre la cama y empecé a escuchar mi canción favorita del momento, no era coreana --Maddie me la había recomendado-- eso era lo más extraño. Era Sailent Scream de Anna Blue, me sentía un poco identificada con la canción, porque como la letra decía: Grito Silencioso, así es como me sentía, solo daba gritos silenciosos.

Nadie me escuchaba.

Pero luego de un tiempo, recordé el vídeo de mi padre y baje corriendo las escaleras.

Me senté de piernas cruzadas en el suelo y espere a que siguiera la cinta --por suerte se quedó en donde estaba--.
Era hermoso ver cómo mi padre daba vueltas con migo en sus brazos, era hermoso ver que alguna ves los tres estábamos sonriendo juntos. Mi madre estaba persiguiendo a mi padre para tenerme en sus brazos, y mi padre corría para que yo sólo estuviera con él. Todo eso era tan hermoso que sin darme cuenta de que por mi mejilla resbalaban lágrimas.

Luego de unos segundos en la pantalla del televisor apareció un niño, era parecido un poco a mi, pero era un niño. Cuando apareció ese niño mi papá me dijo "Gemma, ya vino tu hermano, mira, tu hermano". En ese preciso instante mi corazón dejó de latir. No podía describirlo.

¿Acaso había escuchado bien? ¿Acaso lo que dijo mi presunto padre fue "hermano"? ¿Que era lo que acababa de escuchar? ¿Tenía un hermano? ¿Que era lo que estaba viendo? Para empezar... ¿Por qué tenía este vídeo en mi poder? ¿Fue el destino? ¿Por qué sentía angustia? ¿Por qué sentía decepción?

De todas las preguntas que en ese momento estaban dando vueltas en mi cabeza, sólo pude responder una.

Yo tenía un hermano

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Muajajajaja tiene un hermano.
hola, por lo que ven ya subí otro capítulo.
Leanlo y comenten su es de su agrado.
Besos.
Y denle una estrellita

La Dama De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora