CAPITULO 7

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A los 5 minutos que te habías marchado, alguien llamo a la puerta, fui a abrirla y era Robert; él estaba de blanco todo de blanco y se podía ver que estaba feliz y alegre y olía a miel, me pregunto cómo estaba yo y como estaba mi hermana, le dije que estábamos bien y lo deje pasar, una vez adentro se sentó en el comedor y pidió una taza de agua fría con unos granos de café, yo no sabía para que los quería, solo se los di y fui a buscar a mi hermana, para que lo saludara, ya cuando estaba subiendo las escaleras escuche una voz extraña, sombría y de ultratumba, voltee para ver que era y vi a Robert todo de negro, muy negro y oscuro cono una noche sin luna ni estrellas, emitía un humo gris y todo el ambiente se puso frio, yo cerré los ojos pensando que era una ilusión y cuando los abrí todo estaba normal, él estaba de blanco y me dijo con una voz dulce y apacible ,"Ocurre algo mi dulce Anina", yo no quise responder pero la voz era tan encantadora que mi miedo se fue y le dije que no ocurría nada y seguí subiendo las escaleras, me quede muy pensativa, yo creía que me estaba volviendo loca, en fin. Llegue hasta la habitación de Lizzie, y cuando entre estaba un poco triste y molesta, yo no sabía porque, pero le dije que Robert estaba en el comedor y quería conversar con ella. Ella se levantó y me dijo que esperara en su habitación. Ella salió y bajo al comedor, y empecé a escuchar un poco la conversación, me dio curiosidad y Salí del cuarto, me acerque a las escaleras y sentí otra vez ese frío que penetra hasta los huesos, sentí otra vez miedo, y escuche otra vez esa voz oscura y tenebrosa, yo quería bajar a ver qué ocurría pero mis piernas no respondían, tenía miedo de ver otra vez a Robert; pero en lo poco que pude escuchar es que él le dijo a mi hermana que se fuera con él y Lizzie se puso a llorar, y de pronto el frío se fue y el ambiente volvió a ser cálido y agradable, y pude escuchar otra vez esa voz angelical, diciéndole a mi hermana que dejara de llorar y que lo siguiera. Yo la verdad no sabía que pensar o que estaba ocurriendo, o que era en lo que se había convertido Robert, porque esto no era normal. De pronto escuche, "Anina no bajes, quédate allí, yo me voy y no sé cuándo regresare, no te preocupes por mi estaré bien, gracias por todo". Yo no sabía que decirle, me sobrepuse a mi miedo y baje al comedor, y los vi saliendo, ella a su lado parecía como siempre un adorno pequeño, y pues él es muy alto, y lo vi a él también, y lo pude ver por fin claramente, cambiaba de color, de blanco al negro y viceversa, subieron a un automóvil y se fueron, ella me miro a los ojos y yo le dije adiós con la mano. Y luego yo también no quería quedarme sola y busque unas cosas, y me iba ir tu casa o a la casa de Sully para estar un poco más segura, y ya de camino escuche que estaban atacando a un señor de galleta, yo no podía hacer nada y me tuve que esconder aquí.

Cristina, abrumada aun por la historia, le dijo bueno lo peor ya paso, ahora lo importante es averiguar donde vive este señor y luego irnos a casa con Sully, allí estaremos seguras. Más tarde el hombre les dijo que vivía cerca del escondite en el cual estaban, lo ayudaron a levantarse y lo llevaron a su casa. Luego de eso, se fueron a casa de Sully. En el camino iban viendo las casas con ventanas rotas, autos estrellados, todo un caos, y de pronto otra vez sintieron esa sensación de que eran observadas, pero esta vez corrieron, ya casi para llegar a la casa de Sully, se les atraviesa otra vez La mujer de Queso.

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