Tercera prueba

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La Tercera Prueba

Clarisse cerró sus manos en puños.
Tuvo que dar un paso hacia atrás para calmar su furia contra Riggs y lograr que no termine sacando su varita para cortarle las bolas. Oh en otro caso, darle tremendo puñetazo en la cara. Pero su opción favorita era castrarlo, no se equivoquen. Había perdido la noción del tiempo desde que Jeremy Riggs la abandono en el Baile de Navidad. Tenía que tomar las cosas con calma.
Puedes... explicármelo?-gruño.

La rubia no podía ver su garganta por la bufanda, pero aseguraba que el Ravenclaw había tragado saliva de los nervios (Con obvios motivos ya que la Malfoy era una asesina castradora letal).

—Yo bueno...-tartamudeo el chico.-Clarisse, por favor...tienes que perdonarme ¡Si supieras lo que paso!

—¡Ya no quiero oír nada de ti al respecto!-rugió la Slytherin.-¡Creía que eres diferente! Te espere, y espere Riggs.... ¿¡Cómo pudiste!? ¿¡Tenias vergüenza de mi acaso!?

—¡No!-

—¡Ya no me mientas!-

Esta vez un tono quebrado cruzo por las palabras de Clarisse. Bueno de algo estaba segura. Con lo que paso con Malfoy hace unos minutos estaba confirmado de que no lloraría más. Era obvio que Riggs estaba de manera constante en el colegio y seguro que todo camuflado como ahora para que no se percatara de su presencia.

—Adiós Riggs.-murmuro cruzando por el lado del chico y este la tomo de la mano con una fuerza sorpréndete.-¡No me toques!-

—¡Clarisse no te vayas!-exclamo el chico. Por un momento la rubia flaqueo ante el grito desesperado de su ex-amigo.-¡Solo mírame! ¡Te pido un segundo!-

—¡UN SEGUNDO LAS BOLAS DE MI ABUELA!-

—¡Mírame! ¡Clarisse mírame!-grito el chico, y con su mano libre se sacó los lentes y la bufanda que cubría su boca.-¿¡Lo ves!?

La rubia miraba hacia el frente, ¡Ni siquiera miraba! estaba con los ojos cerrados con toda la voluntad de darle la contraria a Riggs. Pero la curiosidad termino por ganarle y abrió los ojos girando su cabeza para verlo. Entonces ahogo un grito. ¡Joder! ¿¡A que pelea criminal se había metido este muchacho!? ¡Tenia aspecto de haber batallado en una guerra de traseros de trolls! Su labio esta partido y con una costra gigante, mientras unos moretones se propinaban en sus mejillas y su ojo derecho estaba hinchado con un tono morado, verdoso amarillento.

—¿Qué...que te sucedió?-susurro apenas.

Jeremy bajo la mirada y soltó su brazo siendo consiente (oh al menos esperaba) de que ella no escapara. Se arrodillo y cogió sus cosas soltando un gran suspiro antes de atreverse a mirarla a los ojos, los del chico estaban cristalizados pero una sonrisa cariñosa cruzo por sus labios como diciéndole que todo estaba bien.

—No te culpo que creas que te abandone en la fiesta.-empezó a decir.-Pero, no lo hice...Clarisse, aquella noche...lo menos que quería era dejarte sola, estabas hermosa. Pero cuando fuiste a ver a tus amigos, Crabbe y Goyle se me acercaron. Dijeron que el Profesor Snape estaba buscándome.

—¿Snape?-pregunto la rubia entrecerrando los ojos.

El chico asintió.

—Para que yo sea Ravenclaw, fui muy tonto al creérmelo.-admitió soltando una pequeña risa.-Mi intención era ir a su despacho...pero al cruzar la esquina me di cuenta de que todo era una trampa...esos gorilas me agarraron y ya vez como me dejaron...-

La respiración se le había cortado a Clarisse de la nada, que termino por sacudir la cabeza poniendo sus manos en forma de "Espera, aguanta tu escoba niño cerebro" ¿Entonces todo este tiempo había pensado mal de Riggs? No, había algo extraño en toda esa historia.

Aléjate de Potter!-¡No lo hare Malfoy!-¡Tú eres mía!-¡Soy tu hermana, lo nuestro es imposible!-¿Por que no dejas que ella decida hurón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora