c i n c o

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Sé que me aman, hijas de puta.

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–Pasa, Luke, no te quedes ahí, y menos con esa cara.– trato de reírme, pero no, él no se ríe, entonces yo tampoco. Suspiro nerviosa y entro a mi habitación, sacándome las Converse.

Luke se queda ahí, en la puerta, y observando cada centímetro de mi habitación, niega frenéticamente.

–¿Vas a quedarte ahí? Pasa de una vez.– Me siento en el respaldo del sofá y caigo sobre mi cama, arrastrándome luego, hacia la cabecera para apoyarme ahí.

–No voy a pasar, Emm, me siento intimidado.– susurra, yo me río, porque él es gracioso y porque mi mamá acaba de pasar corriendo, pero entonces él se voltea hacia la habitación de mi madre, y toda diversión se fue a la cañería cuando él sonrió y me miró pícaramente.

–¿Esa era tu madre?– pregunta entrando a la habitación, luego, cuando contesto que sí de brazos cruzados, se sienta en el sofá, mirándome. –Se mantiene bien, eh.. Muy bien.

Doy un gruñido cómico y una voltereta de ojos, que reflejan claramente lo mal que me había hecho sentir ese comentario, entonces Luke se estira riéndose y toca mi pantorrilla, y pronuncia unas palabras que me erizaron la piel–: Era una broma, Emm, ¿Te has enojado? ¿Te has puesto celosa?

Entrecierro los ojos, y niego.

–Eres un estúpido, Luke, tú no sabes hacer buenas bromas– hace un puchero, y se sienta entre el respaldo del sofá y los pies de la cama*. Ruedo los ojos, y miro hacia otro lado. –Esa cara te queda horrible.

Él solo se ríe, y sé que se ha callado porque ha aparecido Erik con una de sus nuevas guitarras en la habitación.

Erik sonríe, y suspira. Luke sigue con su mano en mi pantoriilla, y por eso me sonrojo.

Mi hermano camina con la guitarra hasta el amplificador, que se encuentra a un lado de mi escritorio. Entonces enchufa la guitarra, y al ver que el amplificador ya está enchufado, lo enciende.

–¿De qué hablaban?– pregunta Erik, Luke se encoje de hombros y dice con una sonrisa "Nada importante".

Mecaemuymal, mecaemuymal, mecaemuymal.

Qué estúpida idea han tenido de traerlo aquí a Luke, me está tocando y ya ha visto a mamá, no tuvo sentido ni buen resultado.

–No tengo problema que se queden aquí,– comienzo a decir, Erik le pasa la guitarra a Luke y me miran. Luke me suelta –solo déjenme dormir un poco, ¿Sí?

Ellos asienten, y ambos dicen que sí, que no pasa nada.

No quiero tener a Luke cerca, porque me ha hecho enojar, pero a la vez me encanta la idea de que esté en mi habitación, entonces dormir una siesta no me vendría nada mal... Aunque no me gusta la idea de que cuando se vaya no me despertará, ya lo ha hecho esa vez.

Oh, esa vez.

Me meto dentro de las sábanas justo en el momento que Luke rasguea las cuerdas, y al reposar la cabeza en la almohada dejo de prestarles atención, porque en mi mente solo ronda el vago recuerdo de esa vez que me acurruqué con Luke, también el de hoy cuando lo vi en boxers, cuando estuve en su habitación, cuando hoy nos dimos unos pequeño beso...Dios, ¿En qué momento te pedí que todo esto pasara de un tirón?

Cerré mis ojos cuando oí decir a Luke que para él sería un honor tocar con mi hermano mañana. Bien, sí, mi hermano es buen guitarrista, pero ¿Un honor? ¿En serio, Luke?

No dicen nada que me interese, y no están tocando, así que poco a poco me voy durmiendo, hasta no oír nada y sentirme totalmente relajada.













Inocencia. [LUKE H. MATURE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora