☁︎ ᴛ ᴏ ʙ ɪ/ ᴏ ʙ ɪ ᴛ ᴏ ☁︎

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El tsukoyomi.

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ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ


CUANDO LLEGUÉ AQUÍ CREÍ QUE POSIBLEMENTE  ME ASESINARIAN y  venderían en trocitos mi carne, pero luego descubrí que lo único que querían de mi era a él Sambi que hay en mi interior, e incluso habían pensado en dejarme unir a ellos, todo se fue a la borda cuando traté de huir, tras ese incidente no tan inteligente de mi parte decidieron encerrarme, lo cual han prolongado por meses. ¿porque no sólo me extraian al biju y ya?, en verdad era exasperante estar encerrada, prisionera y sola. Esto siguió así hasta un día en el cual  Setzu no trajo la charola de los alimentos a regañadientes,  si no un hombre de máscara naranja con la usual capa negra con nubes rojas, Tobi.

A simple vista parecía un retardado mental hasta que con la diaria  convivencia llegas a una de dos  posibilidades; Lo asesinas por sacarte de quicio —Deidara, — O te alegra el día y te hace desear tenerlo siempre a tu lado.


    La segund opción fue  lo que me sucedió,  él irradiaba alegría e idiotez aunque tras mucho esfuerzo puede ver que no lo era,  aprendí a observar los momentos de seriedad en él, así como que tras esa máscara se contaba un pasado turbio. De ahí en más resulta tentador   poder ver sus expresiones puras sin esa máscara interponiendose,  sería más fácil saber lo que pensaba o sentía.

Abracé con más fuerza la pobre almohada pegada a mi pecho suspirando con los ojos cerrados, permitiendo así profundizar mis pensamientos.

Estaba tan centrada en mi mundo que no me percaté de aquel  enmascarado  de pie frente a mi quien me observaba con una sonrisa maliciosa pintaba en su boca.—¡are are, Sempai!—su voz chillona retumbó con fuerza en mi oído.

—¿Eh? —Lo miré desde el piso, en el que gracias a su grito había acabado tras caer de la cama,  —Tobi — sonreí sin poder enojarme. —¿Decías algo? —disimulé el dolor  en el trasero incorporándome usando como soporte la orilla de la cama.

—Tobi decía que la sempai esta muy rara. — chilló  con gracia mientras se balanceaba dando vueltas en la columna que había a un lado de la cama.

—Oh, lo siento, sólo estaba pensando. —esbocé una sonrisa.—Creí que hoy irías de misión con Zetsu.—me levanté llegando hasta el, instantáneamente el dejo de dar vueltas para así prestarme más  atención.

—El líder lo canceló hasta nuevo aviso.

—Oh, ya veo, —me colgué de su cuello, dejando estas entrelazadas en su nuca.—¿Y que tal sí jugamos?

—¡Sempai jugará con Tobi!, ¡Wiiii!—se soltó de mi agarre con facilidad tomando mi mano mientras corría en dirección a la puerta.

—Bueno, en realidad quería "jugar" con Ob... — su dedo índice se posó en mis labios, impidiendo que continuara hablando.
—Shh~ —Susurró extendiendo su mano la cual tome sin pensármelo dos veces, aparecimos en un "cuarto" aterrizando en la seria la cama. Gemi al sentir sus labios en mi cuello sin previo aviso.

—O - obito.—suspire enterrando mis uñas a su capa mordiendome el labio, sentir sus manos en forma de caricias  recorrer mi cuerpo, sus manos explorando cara milímetro de mi piel.  Junto a la máscara elevada apenas lo justo para dejar descubierta su boca y la punta de su nariz, eran suficiente para dejarme ver su sonrisa coqueta, ¿Como llegamos a esto? Esa era mi pregunta cada vez que lo hacíamos, no se nada de él, no conozco su rostro, lo único que se es su nombre verdadero.

Akatsuki ❁ OneShots  Lemon❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora