☁︎ ᴋ ᴀ ᴋ ᴜ ᴢ ᴜ ☁︎

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Entregar el corazón.
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✒ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ


CON UN LEVE SUSPIRO DE INFINITO alivio (t/n) observó las siluetas del equipo inmortal hacerce cada ves mas claras tras volver de otra exitosa misión, sabía que era estupido preocuparse por el hombre ojiverde, Kakuzu mismo se lo había dicho incontables veces, todos lo habían hecho mientras que ella misma se excusaba diciendo que era lógico que se preocupara por su apreciado maestro.

Aunque claro, en la habitación de su maestro atrapada entre las sabanas blancas y su cuerpo fornido podía sentir que se trataba más que de una relación maestro/aprendiz y ahora mismo no era la excepción tras haber cruzado mirada con él supo que el deseo albergado en estos días era mutuo, su piel se erizo y su vientre bajo experimento un delicioso cosquilleo. Sonrio dando un último sorbo al té dejándolo en la mesita de la sala para después colarse con sigilo a la habitación del moreno esperando con ansias por sentirlo en su interior.

Al llegar al cuarto llenó sus pulmones del aire impregnado con el aroma de su maestro, con la agilidad propia del deseo reprimido por días se deshizo de la capa negra con nubes rojas dejándola en el piso quedando con un pantalón de licra y una blusa de tirantes, ambas prendas negras. Llevo una mano a su intimidad acariciandola mientras que con la otra masajeaba su pezon subre la tela, no llevaba sujetador, gimió ante la auto estimulación sintiendo su cuerpo calentarse pese a las bajas temperaturas de los últimos días, continuó con los movimientos circulares encontrando su clitoris sintiendo sus fluidos comenzar a mojar sus bragas llenado la habitación de suaves gemidos sabiendo que nadie escucharía, cuando por fin habia conezado a sentir espasmos en su vientre unas manos tomando su cintura y manos, haciéndola dar un dar un brinco más sorprendida que atemorizada, no era necesario ver o incluso leer su chakra para reconocer que el dueño de esas manos era ni más ni menos que Kakuzu, puesto que su tacto iba grabado en cada poro de su piel. Él la giró atrayendola a si mismo dándole una nalgada suave para luego apretar su esponjoso glúteo, se apretó a su cuerpo aspirando su embriagante aroma dejándola sentir la erección del azabache en su vientre deseoso por salir de aquellos pantalones ajustados.

━━Kakuzu...━━ Murmuró acariciando su trabajado abdomen hasta encontrar el borde de su camisa con intenciones de deshacerse de la molesta prenda provocando una sutil sonrisa por parte del hombre alzando los brazos facilitando la tarea de quitárselo y así lo hizo, dejando la prenda en el frío piso junto a su capa, él sin rodeos la desnudó en movimientos ágiles para después deshacerse del resto de sus propias prendas, la tomo de la cintura dando ella un brinquito para luego enredar sus piernas en su duro abdomen agarrándose de su cuello, lo miro embelesadoa y excitada con el constante rose de sus sexos besandolo con pasión y deseo comenzando así una guerra de lenguas en la que él siempre resultaba vencedor importando poco si su saliva escurría por su barbilla, ya que, esto solo le resultaba jodidamente excitante.


Sintió el blando colchón en su espalda cuando Kakuzu la recostó ahí seguido del mismo quien se posicionó arriba tomándose su tiempo para mirarla sin pudor alguno. Ni siquiera el sabía cómo habían llegado a esto, lo que si sabía era que no quería dejar de hacerlo, no quería dejar de disfrutar estos momentos de intimidad con ella olvidando donde estaban y a que se dedicaban, también ignorando su pasado del cual no se avergonzaba pero tampoco se enorgullecía.


Sintió como ella lo atraía con sus piernas a cada lado de su cadera mientras que sus inquietas manos recorrían su remendado cuerpo como si fuera el más perfecto y hermoso, sabia que (T/n) era una chiquilla un tanto soñadora asi como era audaz y ágil en batalla, y ni que decir de su sensualidad y seducción en la cama, no ponía en duda ninguna cualidad suya, el mismo era la prueba de ello, en un principio había pensado matarla y cobrar el precio por su cabeza marcado en el libro bingo, nadie en el equipo sospechara quien había desaparecido a uno de sus más recientes miembros, todo se vio frustrado cuando Pain se la asignó como alumna, dejando la responsabilidad de cuidar de ella entre sus manos mientras que el tarado de Hidan se burlaba de sus planes frustrados. A decir verdad había sido la mejor encomienda de su líder ya que habia podido sacar otro tipo de ventaja de ella, uno que no era monetario sino bastante placentero, ese que despertaba sus más bajas pasiones, no era que el careciera de sexo solo que el pagar por ello o hacerlo al estilo de su compañero no era tan placentero como el tener a (T/n) esperándolo ansiosa y deseosa, y para bien o para mal ya no se trataba solo de sexo si no también se había involucrado con ella de una manera sentimental no definida.

Dejó sus pensamientos de lado cuando sintió la pierna de su aprendiz enredarse en su cintura para acercarlo más a su feminidad mientras que con su pequeña mano tomaba su virilidad aliniandolo a su entrada, cuando quiso hablar se vió silenciado por la misma quien lo besó impidiendole alejarse ya que esta lo tenía sujeta de la nuca, no con brusquedad sino más bien con la pasión disipando el pudor. Un jadeo se escapo de su garganta cuando se sintió hundirse de a poco en ella obra de la misma, quien gimio en respuesta contra sus labios, uno cerca del otro, la miró a los ojos viendo en ellos el deseo desbordante, decidió tomar el control de nuevo comenzando suaves penetraciones acompasado con los movimientos de cadera que ella marcaba haciendo del acto algo sumamente placentero, recorrió con sus manos el cuerpo bajo suyo acariciando cada centímetro de la piel ajena, beso sus labios un poco más para luego bajar a explorar la zona de sus senos, lamiendo y mordisquendo con suavidad su pezon izquierdo mientras que al derecho lo estimulaba con su mano.


(T/n) sintió la gloria entre las oleadas de placer que inundaban su cuerpo, junto a las embestidas que comenzaban a ser rudas y profundas moviendo su cuerpo ante el choque de pelvis, si le hubieran dicho que estaría de este modo con Kakuzu en un principio no lo hubiese creído, quizá el no recuerde el suceso de hace más de catorce años atrás cuando el la rescató de un peor destino.


(T/n) había nacido en un cabaret, su madre misma trabajaba ahí, ella era producto de alguno de sus clientes más frecuentes. Al principio ella tenía la labor de la limpieza,eso cambió cuando cumplió nueve años, un día sin relevancia la habían llamado en el área donde todas se arreglaban, recuerda como su propia madre la había dejado lo más guapa, le habían puesto un conjunto que dejaba su infante piel al descubierto, recordaba también cuando un hombre de no más de cuarenta y cinco se había interesado en ella por primera vez y de la cantidad estipulada, ese hombre había pagado de antemano una muy buena cantidad, también recuerda que mientras era conducida por el hombre por los pasillos a los cuartos privados ella gritaba desesperada por ayuda siendo ignorada, a nadie parecía importarle en lo más minimo, (T/n) tenía miedo ━━ puesto que sabía que sucedía ahí cuando su madre entraba con los clientes. ━━Sus ojos llorosos se cruzaron con los de un hombre de mirada esmeralda que salía de uno de los cuartos acomodando sus ropas con una especie de máscara en su mano, (t/n) bajó la cabeza derrotada sin esperar que ese extraño la ayudase, él lo hizo, con unos ágiles movimientos había noqueado al hombre que la arrastraba hacia ese lugar, su infante corazón pálpito desmesurado cuando su aparente salvador la cargó como costal sacándola de ese lugar, recuerda que caminaron durante días enteros hasta llegar a una aldea muy alejada en dónde se dirigieron a una especie de casa hogar donde una mujer con hábito la recibió, el la dejó ahí y se marchó olvidandola más ella nunca pudo olvidar el rostro de ese hombre, aunque era una niña sabía que se enamoró del tipo, con el paso de los años se hizo shinobi, después desertó y la catalogaron como criminal, la verdad es que poco le importaba ya que su objetivo era encontrarlo, y así lo había hecho.

Y aquí estaba, montandolo mientras daba pequeños brinquito, Kakuzu ayudándola sosteniendo sus caderas dándole impulso en busca de un segundo orgasmo.

Ella le había entregado el corazón mucho antes de lo que ese avaro hombre creía.

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Akatsuki ❁ OneShots  Lemon❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora