Escenas Extras De Un Amor Incomprendido (Libro #2 SAGA Desastrosos)

Extra cuarenta y cinco

Nick:

Dos semanas después...

Trago saliva y mis manos están llenas de sangre.

No pude hacer nada, no pude hacer absolutamente nada.
Mi vista se nubla y se debe a que algunas lágrimas se acumulan en ellos.

—¿Alguna objeción? – pregunto

Nadie dice nada, todos se observan.
Trato de animarlo, pero me es imposible.

— Nick el servicio médico legal viene en camino, deja el cuerpo, no hay nada que se pueda hacer — la voz de Bruno es triste

Siempre que no puedo salvar una vida siento culpa, una culpa enorme en mis hombros.

Pero no es tu culpa, no es culpa tuya Nick.
No puedo dejar de cuestionarme eso todo el momento de la muerte.

Dejo el cuerpo y camino al pequeño baño que hay para lavarme y esterilizarme las manos.

Lavo mi cara y luego la seco con una pequeña toalla que hay en el baño.

— Nick la familia quiere hablar con nosotros — Alec entra y lava sus manos —, no es nuestra culpa

— Lo se — asiento y lo espero para que podamos irnos

Alec seca sus manos y caminamos juntos hasta la sala donde está una familia africana.

Los personajes de esta familia se ven destrozados, mi rostro no les ayudará en nada.

¿Cómo no estar así?.
Este pequeño fue atropellado por un auto, el conductor iba totalmente ebrio, y lo que más me duele es que el niño tenía seis años, la misma edad de Sofi.

No me imagino que sucedería en mi vida si le sucediera a mi pequeña de cabellos rizados.

— Hola — esbozó una sonrisa

—¿Kerian esta bien? — pregunta la cual creo es su madre

Suspiro y niego.

— Hicimos lo que pudimos, enserio

Ella llora en el hombro del hombre alto y moreno que acaricia su espalda, por sus ojos también brotan lágrimas.

Si no amará tanto mi trabajo esto no me afectaría, pero tengo vocación, amo lo que hago, amo salvar vidas.

Amber:

—¡Que la chupe! — le lanzó un zapato a Austin —,¿crees qué me importa?

— Uhm, ¿si? — me muestra una mueca

Río y ahora le lanzo mi desodorante pero ágilmente lo esquiva.

Río y corre hasta mi, me alza como saco de papas y me hace cosquillas.

— ¡Ema! — le grita a su hija —, ¡llego la hora de matar a la tía Amber!

Escucho una risa y rápidamente Emilia esta encima mío, esta torturandome con sus manos pequeñas.

Río desesperadamente y los chicos también.

—¡April! — grito lo más fuerte que puedo —, de me saldrá — río — un gas

April ve la escena desde el umbral de la puerta y ríe.

— Ya chicos, dejen a Amber

Al instante me sueltan y soy libre de esa tortura.

— ¿Te hace falta algo de movimiento? — pregunta Austin elevando las cejas