Extra sesenta y tres

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Nick:









- ¿Es enserio? - pregunta Zack

- Si, ella cree que yo le estoy poniendo los cuernos lo cual no es verdad, imagínate si hoy estaba por asesinarme quizás mañana me pida el divorcio

Tan sólo pensar eso se me pone la piel de gallina.

- Quizás es depresión pos parto, dijiste que desde que tuvo a la bebe no sonríe

-Yo no dije eso. No lo se - me pasó las manos por el cabello -, quizás todo es culpa mía por que desde que Amelia nació e estado trabajando, no me quieren dar tiempo libre ni descansos

- Pero que aburrido- bebe de su cerveza -, ve a buscarla Nick, ya han pasado tres horas, quizás ya se tranquilizó. Ve

Asiento.

Tomó mi casadora y subo al auto.

Espero que no haya cometido alguna locura, espero que ella y Amelia estén bien.

Conduzco y me detengo frente nuestra casa.

Abro la puerta pero rápidamente entro al auto. No quiero hablar ahora. Conozco más que a nadie a Amber y se que ahora me volverá gritar de la misma manera que hace tres horas.

Retomo mi camino hasta la casa de papa en donde también vive Zack.

Escucho música en todo el camino para despejar mi cabeza. Al mirar por el espejo retrovisor veo el porta bebés y quiero a mi nenita y a mi esposa.

Siempre tengo que ser yo el que caga todo, siempre.

Me detengo frente la casa de Zack y bajo.

- ¿Y tu? - pregunta Alan cuando entro a casa

- Se supone que deberías estar teniendo sexo con Amber Nick, ¿qué mierda haces acá?

- No pude - me siento en el sofá

- ¿Pero fuiste a la casa?

- Claro que fui, pero no baje del auto, Amber debe descansar y conmigo ahí no lo lograra, juro que mañana hablare con ella







Al otro día...



Amber:







Tomó a la bebe y la bajó del auto.

Mis ojos están más que hinchados. Me veo fatal. Lo extraño y lo extraño mucho.

Acuesto a la bebe en su coche y ella vuelve a quedarse dormida.

La observo y sonrió pero la sonrisa desaparece.

E decidido venir a la playa junto a la bebe y relajarme mientras veo las olas del mar ir y venir.

Camino un poco más con el coche que definitivamente no anda bien por la arena pero igual logro llegar a donde quiero.

Bajó por completo la sombrilla del coche así cubriendo a Amelia del sol, la vuelvo a levantar y cubro a la bebe con una mantita para mantenerla abrigada y así no agarré alguna enfermedad. Ahora si bajo nuevamente por completo su sombrilla y tomó asiento en la arena.

Juego con ella mientras la paso por mis dedos y siento lástima.

No se sí será buena idea divorciarnos.

No, esa idea jamás.

Pero me siento tan vacía sin ese hombre de la gran sonrisa y dientes perfectamente blancos, ese hombre que con tan sólo observarme con esos intensos ojos azules me coloca incomoda aún que ya llevemos diez meses de matrimonio.

Escenas Extras De Un Amor Incomprendido (Libro #2 SAGA Desastrosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora