Amores Prohibidos.

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Me gustaba escuchar el ligero sonido del roce de la lluvia contra la ventana y el techo  en los días nublados, ocasionalmente me otorgaban una especie de paz y tranquilidad, como si en el mundo no existiera nada más que las gotas de agua  atacando  desde el oscuro cielo, me gustaban los días así, frios y humedos,  sentir ese  ligero hormigueo que provocaba las gotas de lluvia al caer sobre tu piel, adoraba  la humedad y  ese olor a tierra mojada, los vidrios empapados, el tintineo silencioso que daba la lluvia al golpear la superficie.

Siempre he admirado la vida en sí, la naturaleza, el viento, la luna, la noche y las estrellas, no me  malinterpreten yo sentía la vida, yo amaba la vida en todo su esplendor, no siempre tenia la fascinación tan altiva pero admiraba la vida y sus bellezas, lo que no admiraba era los sentimientos, la gente... la vida humana en si, como les comenté una parte de mi corazón estaba bloqueada con contraseña olvidada, usaba a los chicos para placeres mundanos y nada más, le tenía prohibido involucrarse a mi corazón en mis enredos de cama y eso era todo, simples  pasiones pasajeras, ninguno de los hombres que conocía realmente me tocaban por así decirlo, tocaban mi cuerpo pero no mi alma, tenía una vida solitaria, oscura y ligeramente demoníaca, francamente me encantaba.

Ahora, sin embargo, me pregunto como será el, en que estará pensando o que estará haciendo, si se acordará de mí y de lo que hicimos ayer, todavía recuerdo sus envestidas, todavía le siento dentro de mí, le recuerdo y mi entrepierna comienza a calentarse y a palpitar, sus besos y sus manos me llevaron a el éxtasis con facilidad, su manera de mirarme y devorarme con los ojos, respiro profundo y borró eso de mí, estaba mal, yo solo fui su aventura y el la mía, porque yo accedí, eso era todo, un rico revoltón con un chico guapo y siniestro, yo claramente no era su tipo, pero... era él el mío? Oh! para ya Simone, estas pirada? tú querida no tienes ningún tipo, eres un alma solitaria y salvaje fin del asunto, me levanté de la cama de golpe y sentí un ligero mareo por brincar tan rápido, una vez estabilizada camine hasta la pequeña cocina y prepare café, hoy no trabajaba pero debía ir por la tarde a la universidad y de momento debo limpiar y estudiar, no hay espacio para Samael en este día, ni hoy ni nunca.

Las paredes me hacían sentir aprisionada y las ventanas claramente no dejaban entrar suficiente luz, me sentía condenada en cada paso que daba, sabía que había sido una pésima idea acostarme con el, pero... esto debía cesar, únicamente sucedió esa vez, como con cualquier otro chico, además no era la primera vez que me tiraba un chico guapo, para ya Simone y a ti quien te dijo que ese pirado era guapo, no que va querida, ese tío no es guapo pero tiene un atractivo diabólico, el cinismo en su mirada era completamente cautivante y claro venga ya admítelo te ha  follado pero que  de lo más bien, el embrollo de pensamientos me aturdía y francamente que más podía haber hecho, yo accedí a entrar a su juego, que va el no me ha usado, cada quien sabe quien es y que quiere, pero el de alguna manera se coloco en mi cabeza de manera desagradable y degradante, porque... bueno... quizá por que el fue en cierto modo distinto, directo y no babea por mi como los demás que se vuelven locos por mi o quizá fingen y eso; en fin por hoy Samael está prohibido en mi cabeza, me has oído cabeza, te exijo que lo saques, Ay Dios que café tan horrible, pensé mientras escupía un liquido oscuro de la cafetera.

Tomé un baño rápido me coloqué las botas y la chaqueta y salí por el desayuno, hoy me merecía algo distinto, había sido una semana estresante con los perros abandonados y maltratados, semana de inventario en la tienda y semana de Samael, uuucchhh maldito bastardo, la madre que lo parió, puto pendejo de mierda.

-Hola-los fríos ojos de Samael me recorrían con fiereza, un espasmo me recorrió el vientre y un escalofrío la espalda, la boca se me seco,  no sabia que decir, él estaba afuera de los apartamentos  de donde vivo, yo, además, hablaba sola  y lucia.... zarrapastrosa.

-Bien, que quieres-respondí con tono enfurruñado.

-Te he llamado- exclamo con firmeza.

-Felicidades- susurre con una vacilante sonrisa burlona en mi desaliñado rostro.

-Quería- se produjo un breve silencio mientras fruncía el ceño- quería saber si habías llegado bien, como estabas... si ayer... todo había salido bien- dijo con ligero rastro de pena en sus palabras entre suspiro y suspiro.

-Y como porque iba a estar algo mal, mira querías cogerme, bien, ya me cogiste, así que bueno ya te cogí, entonces tu sigues y yo sigo, porque bueno eso era todo... eramos antojo mutuo- respondí con una gran sonrisa en mi cara sin mirarle a los ojos.

-No... no fue solo eso, bueno, pensé que... no lo se Simone, no se siente  como un... bueno como una aventura de una noche y ya- respondió el mirando sus zapatos y luego sus manos que abría y cerraba con movimientos lentos.

-Mira chico, yo no estoy para estas cosas, no soy el tipo de mujer que espera algo mas después del sexo, yo cojo por placer no por otra cosa, además, tu no eres algo o alguien que me haga cambiar de parecer, somos distintos, tu aborreces las mujeres como yo, hazte un favor y ve a molestar a tu Santa Madre Teresa, que probablemente si necesita de tu atención, yo no- le dije con un tono de  ardor en mis palabras mientras miraba  hacia otra dirección, jamas a el, como si su sola presencia no me importara- Cuida a el perro, se necesitan- susurre, bajando los escalones con rapidez y perdiéndome en la calle.

El permaneció  rígido, de pie frente a  la enorme puerta de hierro del edificio de mi apartamento con la mirada perdida y la quijada desencajada, no se que diablos esperaba de mi, ni se porque dijo lo que dijo, era un amor prohibido, pertenecemos a dimensiones distintas, no es el dinero ni nada, es lo que el busca de la vida y lo que yo busco de la vida, yo busco independencia  y felicidad, el busca una dependiente enviciada a adularlo, a ser perfecta, a ser ama de casa, sumisa y  bien vestida, ese, según entiendo,  es su ideal de mujer perfecta, o al menos eso entendí y yo no cambiare por nadie... amor? pppff eso es para niñatas no para mi.

Ligeras gotas de agua caían del cielo, no era lluvia, apenas eran pequeñas gotitas de agua que me humedecían la cabeza y el suelo, sentía un vació en e estomago inexplicable, como su una parte de mi sintiera pena por mi comportamiento con el,  sí, la parte  estúpida y sentimental le creia, pero  la otra parte de mi, la amañada, fría y puta no se tragaba el cuento.




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⏰ Última actualización: Mar 13, 2019 ⏰

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Reencuentro del Alma mia y mi demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora