Love Of Mine

Capítulo 9

Al salir de la sala ni Matthew ni yo pudimos articular una palabra, entre ambos solo había silencio, un silencio incomodo, ya no nos tomábamos de la mano, la situación había cambiado, pero tome el valor para hablar.

- Matthew, yo, yo lo lamento, todo es mi culpa y yo no debí ha...

- No, no, Alice, no te lamentes, por favor, no lo hagas, te lo pido - escuche la dulce voz de Matthew suplicar

- Es que yo

- Tú me gustas Alice - las palabras que brotaban de la boca de Matthew eran indescriptibles

- Tu, tú también me gustas Matthew - balbuceé

- Oh Alice - dijo Matthew

El me abrazo, en sus tibios y fuertes brazos me sentía tan protegida, como si nada en el mundo pudiese hacerme daño, en ese instante nada importo, solo lo que pasaba entre ambos.

- Y bien ¿Quieres un helado? - pregunto Matthew

- Sí, claro, gracias - mis mejillas se sonrojaron

- Ven conmigo, anda - Matthew tiro de mi brazo y me llevo al mostrador

- Señorita, disculpe ¿Qué sabores de helado tiene? - pregunto Matthew

La chica que estaba del otro lado del mostrador miro a Matthew, y como cualquier chica en sus cinco sentidos se dio cuenta que tenía enfrente un dios griego, un ángel caído del cielo, un Park, un Peta, un Patch en bruto, un Levi de Starbucks, un (bueno dejare de fangirlear), ella le dedico una mirada seductora (a mi parecer) y con una voz un tanto ¿Cómo describirla?, una voz irritante le respondió amablemente cof *Inserte tos* zorra cof cof *Inserte tos*

- Hoy tenemos helado de grosella, galleta, queso, vainilla, fresa, chocolate y nuestra especialidad, helado frito.

- Alice ¿De qué sabor quieres? O ¿Quieres un helado frito?

- Yo un helado de galleta, por favor - dirigí una mirada asesina a la chica del mostrador

- A mí me das un helado frito de vainilla - dijo Matthew

- Serian cuarentaisiete pesos - dijo con indiferencia La mirada si funciono ¡eh!

- Aquí tienes - Matthew extendió un billete de cincuenta pesos

- Gracias - la joven tomo el dinero y le entrego a Matthew su cambio

- Aquí tiene - un segundo empleado extendió sus manos con nuestros respectivos helados

Matthew y yo nos alejamos del lugar en silencio, nos sentamos en una banca metálica, ambos comimos nuestros helados tranquilamente, cuando ambos terminamos, el tomo mi mano y vi cómo habría su boca para hablar

- Deberíamos irnos ¿Te parece? - pregunto

- Si claro, ya es tarde - dije con un hilo de voz

Caminamos hacia el estacionamiento del centro comercial, el abrió la puerta del copiloto para que pudiera entrar

- Gracias - dije ruborizada

- No tienes que agradecer Alice, lo hago con gusto - me ruborice nuevamente, esta vez un poco mas

El entro al auto y lo arranco, tómanos la carretera que llevaba a mi privada, sentía tanta pena que en todo el camino no dije ni una sola palabra.