XXI

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Caminaba de un extremo a otro de su habitación con desesperación.
Su mente estaba a punto de estallar, había buscado un montón de lugares en internet donde podía realizar el aborto pero se sentía tan estúpido porque ni siquiera había pensando en el dinero que necesitaba para realizar el aborto, y claramente no le iba decir a nadie sobre su situación.

Así que estaba solo en esto.

Sus lágrimas caían de sus ojos sin previo aviso. Él no quería un bebé, él quería su vida normal.

Una punzada llegó a invadir en su cabeza olvidando por unos segundos el asunto del bebé. Llevó sus manos a la zona donde emanaba el dolor y empezó a masajear. Caminó hasta su cama y tomó asiento con la esperanza que el dolor disminuyera.

Se recostó adecuadamente sobre su cama después de unos segundos e inició llorar sin consuelo alguno. No tenía ni la más mínima idea de qué hacer, se sentía como el idiota más grande del mundo. Había arruinado su vida, había arruinado la vida de sus padres y todavía aún más terrible, había arruinado su relación con Jack.

Suspiró hondo y se repitió a sí mismo que el aborto era la mejor opción, que iba a hacer lo posible para conseguir el dinero necesario para tramitarlo lo más rápido posible y nada cambiaría, seguiría teniendo su vida de en sueño.

Unos golpes sobre su puerta resonaron en su habitación. Su corazón empezó a latir con demasiada fuerza sobre su pecho...

—Amor, ¿todo bien? —Se escuchó la voz de Jack del otro lado de la puerta.

Alex rápidamente se sintió aún más miserable, no tenía ni la fuerza de ver a Jack a la cara.

—Lex... Por favor... —Volvió a hablar Jack.

Alex mordió su labio, tenía que enfrentar este paso solo, tenía que mantener ese secreto.

Limpió con el dorso de su mano derecha las lágrimas que caían sobre sus mejillas. Se levantó de su cama para cerrar el computador que seguía encendido y con la peor sonrisa que pudo formular abrió la puerta.

Jack lo observó sorprendido. Analizó con detenimiento el rostro de su novio en donde sus ojos resaltaban con su hinchazón y su color rojizo.

—Lex, ¿estás bien? —Fue lo único que pudo decir al ver el estado de su novio.

—Lo estoy. —Respondió Alex con voz rota. —Como nunca había estado.

El castaño se lanzó a los brazos de Barakat y desahogó todo su llanto sobre su hombro derecho sin importarle nada.

—Alex... Tranquilo. —Jack rodeó con sus brazos al castaño y empezó a acariciar su espalda con delicadeza. —Cual sea tu problema, lo vamos a superar juntos.

El corazón de Gaskarth dio vuelco al escuchar las palabras de su Jack. Él no merecía tener a Jack en su vida, él era un ángel y Alex, sólo era un estúpido más.

—Lex, tranquilo... —Volvió hablar el pelinegro acariciando suavemente la espalda de Alex. —¿Te parece si me cuentas y resolvemos esto?

Un gemido de dolor salió de la boca de Alex. El castaño debía de resolver esto solo.

—No... Es nada. —Habló como pudo el castaño. —En serio.

Se separó de su novio y cuando sus ojos fueron a encontrar la mirada preocupada de Jack de volvió a sentir tan miserable.

—Lex, mírate. —Habló incrédulo. —Dices que no pasa nada y estás llorando como nunca en la vida te había visto.

Alex suspiró fuertemente y tratando de olvida por completo el tema, limpió sus lágrimas una vez más. Mantenía su mirada clavada en el suelo, sabía que si volvía a observar a los ojos a Jack lloraría más de la cuenta. También tenía que superar esto, y claramente, tenía que evitar por completo el tema del bebé.

—Alex... —Habló tiernamente el pelinegro. —Mira... Si no quieres decir nada... Yo... —Con ayuda de su mano acomodó un mechón del castaño detrás de su oreja. —Yo entiendo, pero no tienes que cargar con esto solo.

Alex mordió su labio inferior tratando de no volver a llorar. Cada palabra que salían de Jack le dolía muchísimo, como si mil navajas de clavaran sobre su cuerpo, tal vez si fuese en otra situación... Las palabras de Jack si tuviesen credibilidad.

—Es-estoy bien. —Tartamudeó el castaño con voz pastosa. —Sólo... Soy muy... Ya sabes, me tomo todo muy en serio.

Jack dejó de preocuparse cuando el castaño pudo controlar su llanto, porque tenía que aceptar que ver a Alex llorando era lo que más le dolía en toda su vida.

—¿Me dirás qué pasó? —Cuestionó amablemente.

Alex suspiró y llenó sus pulmones completamente de aire. Tenía que mentir, mentir para no arruinar más su vida, y la vida de Jack.

—Tengo un problema con la glucosa. —Fue lo primero que se le ocurrió. —El doctor dijo que tengo que cuidar mucho porque si no, me dará algún tipo de diabetes... Y es horrible eso.

Jack lo observó no tan convencido de sus palabras, pero en su mente tampoco se formulaba algo tan complicado, así que decidió por creerle firmemente a Alex.

—Te creo. —Besó dulcemente la mejilla de su novio. —¿Te parece si nos quedamos un rato aquí? y ya desp...

—No. —Le interrumpió. —Quiero dormir, y... Tú tienes que ir mañana al colegio.

—¿No irás tú? —Cuestionó Jack.

—Por ahora no, el médico dijo que tengo que guardar reposo. —Mintió. —Aún así, no tengo ganas de ir.

—Pero por...

—Nada, Jack. —Respondió sin dejarme terminar su pregunta. —Ahora... ¿me dejas dormir?

Jack observó a Alex tratando que este levantara su mirada pero no tuvo éxito. Suspiró fuertemente y sin decir nada más, inició su camino hacía la puerta principal. Hablaría con Alex cuando estuviese más tranquilo.

Alex sólo pudo ver cómo los pies de Jack desaparecían de su campo de vista. Se quedó de pie sobre el marco de su puerta hasta que escuchó el cerrar de la puerta principal.

Las lágrimas volvieron a estar en sus ojos una vez más, y esta vez sin reprimir su llanto se encerró en su habitación con un gran portazo.

Sintió sus piernas flaquear, y terminó deslizándose sobre su puerta hasta caer de rodillas sobre el suelo.

Sin importarle nada, cubrió su rostro con ambas manos e inició otra vez a llorar. Tal vez así terminaría con todo el dolor que había en él.

*

Despertó sobre su cama, cobijado con sus blancas sábanas.
Talló sus ojos para tratar de quitar la pesadez que sintió al abrirlos.

Se dio vuelta y quedó recostado sobre su brazo izquierdo. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y como acto seguido, se cubrió por completo con la sábana.

Se abrazó a si mismo con la esperanza de no volver a llorar pero es que la escena de Jack yéndose de su casa se repetía una y otra vez en su memoria como un disco descompuesto.

Cerró los ojos, quería dormir tanto que deseaba con despertarse con la noticia de que todo era una mala broma y que jamás había estado embarazado.

Entonces ocurrió en su mente lo peor que pudo pensar.

Jack, justamente a un lado de él, sosteniendo un bebé en sus brazos con una gran sonrisa en su rostro. La imagen daba tanta ternura, pero también lastimaba tanto, porque sabía que esa imagen sólo la podría imaginar.

Escuchó la puerta de su habitación abrirse borrando de su mente toda la idealización de Jack y él siendo completamente felices.

—Alex, tenemos que hablar...

*""*

Saqué 9 en biología y me puse muy feliz que hasta me dieron ganas de actualizar todo v:
Xo, Jaaz.




Welcome To My Life... || Jalex | Mpreg |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora