Cap 1

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Colegio... mañana... alarma... ¡¡¡maldita alarma!!!, estiré mi brazo tanteando la mesa de noche para apagar la alarma que no paraba de resonar estrepitosamente en mi oído derecho, moviéndome despacio en la cama trate de abrir mis ojos lentamente pero estos se negaron rotundamente a abrirse, los muy malditos hoy no querían cooperar, día jueves...hoy no tenía exámenes, tampoco trabajos importantes que entregar y me tocaba deporte en el segundo bloque por lo que no perdería demasiada materia si es que me quedaba en casa, me acomodé otra vez tomando la posición bolita y regrese a dormí por unas horas más, la oscuridad me llevo pocos segundos después de acurrucarme bajo las cálidas mantas, desperté cerca de las 11:30am, el sol se colaba un poco por la ventana dejando saber que ya se encontraba cerca de la cúspide del cielo, me moví hacia la orilla de la cama y me levante despacio, aún me sentía cansado pero tenía hambre y quería algo dulce , baje a la cocina a buscar algo de desayunar, vivíamos en un departamento no muy grande pero tampoco era pequeño, tenía 3 habitaciones en el segundo piso y un baño externo al de las 2 habitaciones principales, la mía y la de mi hermano, era un grupo de torres antigua pero muy cómodas donde vivía en su mayoría gente de avanzada edad. 

Baje las escaleras despacio ya que aún estaba medio dormido, solo vestía mi pijama que era una polera blanca 2 tallas más grandes que la mía que me llegaba a medio muslo y me dejaba descubierto un hombro, pueden decir lo que quieran, pero la libertad que te da dormir con una prenda ancha no se compara con nada en lo que a comodidad respecta, no me preocupaba que me vieran extraño ya que solo vivo con mi hermano mayor y nunca tenemos visita, digamos que mi circulo social es pequeño, al llegar a la cocina abrí la nevera y saque una caja de leche chocolatada, mi favorita, me moví perezosamente al mueble de los vasos que se encontraba a un costado de la nevera, justo sobre la encimera.... no los alcanzaba, me puse de puntillas para tratar de alcanzar uno estirando mi brazo a mas no poder, estaba por tragarme mi dignidad e ir por mi banquito de madera hasta que unos brazos fuertes me tomaron de la cintura asiéndome soltar un grito del susto, pero me levantaron y pude tomar el vaso sin la necesidad de subirme a mi banquito, me di la vuelta despacio y me tope con la intensa mirada de DK clavada en mí, tenía el cabello desordenado y estaba sin camisa, solo llevaba unos vaqueros oscuros que caían suavemente por sus caderas y no sé por qué pero se me seco la boca, mis ojos recorrieron sus brazos desde su muñeca al hombro, por su clavícula, su pecho y su abdomen marcado, estaba cerca, muy cerca y sus manos seguían en mi cintura, creí que no estaba en casa, que había salido como siempre o algo así.

Yo:Ho...hola DK- Mierda, ¿por qué me sonrojo?... Demonios su cuerpo es muy cálido, puedo sentir su calor desde aquí, ladeó la cabeza y susurró despacio.

DK: Hola Tomy- Ay santa mierda, su voz estaba ronca, muy ronca.

Me entró un maldito escalofrío por todo el cuerpo erizándome la piel, esto pasaba desde hace ya tres años, desde la última vez que dormimos juntos en su cama porque había un monstruo bajo la mía, esa noche la pasamos abrazados porque aparte los truenos me asustan mucho y esa noche había tormenta eléctrica, ahora cada vez que lo veo me quedo como estúpido mirándolo, bueno digamos que es normal ¿cierto?, es mi hermano mayor y yo lo quiero y lo admiro mucho por eso lo observo así, si, es eso...

DK: creí que estabas en el colegio- dijo aun a la misma distancia, podía sentir su respiración en mi rostro- ¿qué haces en casa?

Yo: es... estaba muy cansado entonces... decidí no ir por hoy- mierda mis nervios me traicionan, voy a morir- pero mañana iré, sin duda alguna, no te preocupes DK- Traté de decir de modo conciliador. 

frunció el ceño levemente al ver que sus manos aún se encontraban en mi cintura, me soltó separándose rápidamente para luego darme la espalda con la intención de salir de la cocina.

DK: está bien, iré a mi habitación- dijo regresando a ser distante. 

¿Qué paso con el Derek amable que me ayudo a alcanzar el vaso tomándome de la cintura con sus fuertes brazos?, me sonroje y baje mi cabeza por vergüenza.

Yo: ¿no desayunaras? - le pregunte antes de que se marchara.

DK: No tengo apetito - y sin más se fue dejándome solo, parado en la cocina con el vaso en las manos.

suspiré pesado, así son nuestras charlas, cortas y precisas donde siempre DK sale corriendo lejos de mí, aunque me encantaría que pudiéramos pasar horas hablando de nuestros días abrazados en el sillón... digo, sentados en el sillón.

Mejor comienzo a desayunar, de todos modos, ya tengo mi vaso.

¿Por que De Mi Jodido Hermano? (Insesto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora