El Bosque de Valtyr

Guardianes del Bosque

Oscar yacía tirado en el piso inmóvil sobre un pequeño charco de sangre provocado por la herida de flecha, todo había sido tan repentino que había cogido a Regulus por sorpresa, no entendía del todo que había pasado hace tan solo unos segundos las sombras estaban a punto acabar con ellos y de repente, se habían desvanecido como por arte de magia una flecha había cruzado la noche para dar finales a las viles criaturas; la fuerte intención de darse vuelta se apodero de Regulus que descubrió para su asombro una alta figura de larga melena plateada y orejas puntiagudas parada a unos 15 metros de ellos con arco y flecha en mano, Regulus no cabía en su asombro si bien sabia de la existencia de algunas criaturas en el bosque, nunca nadie había mencionado nada sobre elfos y el hecho de encontrarse cara a cara con uno lo tomo por sorpresa, una esbelta figura y una piel clara como la leche junto a esas orejas en puntas, era difícil no reconocer a uno de estos seres.

Regulus quiso dar un paso hacia adelante para acercarse al elfo pero se detuvo en seco, el sonido de 9 arcos tensarse en la oscuridad le erizo la piel, si bien los sentidos de los miembros de las "Sombras de Valtyr" estaban alterados para superar con creces la de los seres humanos normales, no había punto de comparación contra un elfo, la única ventaja que tendrían sobre ellos seria tal vez en fuerza, pero no resultaba muy alentador pues por muy fuerte que fueran nunca serian capaces de acertarle a un elfo en campo abierto y estaban en desventaja numérica, solo le quedaba rogar con que no los hubiesen marcado de enemigos pues sería su fin sin duda alguna y mucho mas con Oscar en la condición que estaba.

—Solo quería agradecerle a mi salvador— dijo Regulus tragando saliva al terminar, estaba nervioso tal vez los elfos no infundieran tanto miedo como las "Sombras" pero sin duda alguna serian igual de mortíferos.

—¡vl'ain dez kluit! (¡Bajad los arcos!) — exclamo el Elfo frente a Regulus que lentamente quito la flecha hasta que el arco volvió a su estado natural y la flecha nuevamente se encontraba en su carcaj.

—Lamento informarte que nuestro elfico esta un poco oxidado, tal vez serias tan amable de hablar en lengua común—replico Lucas tratando de mantener un tono burlón, pero incapaz de sonar levemente preocupado.

—Y tal vez tu serias tan amable de no asumir que lo que digo va dirigido hacia ti— respondió el elfo con una fina voz, la expresión que mantenía era totalmente neutral y despojada de emociones, aun en la oscura noche se le podía apreciar casi a la perfección debido al color pálido de su piel.

De entre los arboles salieron 9 elfos mas con sus armas guardadas pero con una mirada de desdén marcada en sus rostros, logrando incomodar a Regulus y sus compañeros, quienes aun cuando los elfos no parecían hostiles se sentían como un animal encerrado en una jaula.

—Quiero agradecerle sinceramente en nombre de mis compañeros como el mio propio el hecho de nos haya salvado de esas viles criaturas, estamos profundamente agradecidos— dijo finalmente Regulus quien trato de sonar lo mas respetuoso posible al elfo que tenía en frente que parecía ser el líder de ese grupo.

— ¿Dime, acaso no es el trabajo de un guardián proteger?— pregunto el elfo , mirando con curiosidad a Regulus.

—Si, ese seria su deber—respondió Regulus en algo que parecía casi un murmuro, pues no entendia del todo de que iba todo ese asunto.

—Entonces simplemente, estábamos haciendo nuestro trabajo— replico el elfo, esbozando una sonrisa que tomo por sorpresa a Regulus, pero entonces el elfo en vista de su reacción añadió—Los humanos piensan que todo gira en torno a ellos, que las cosas que pasan son para bien o mal de ellos, a veces es algo totalmente diferente, ustedes sin embargo solo tuvieron suerte, nuestro trabajo es proteger el bosque de las criaturas que atenten contra su existencia y dio la casualidad que ustedes estaban junto a una de ellas— reprendió el elfo a Regulus pues comprendió casi al instante el porqué de la sorpresa de este.