El Comienzo

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Mi familia y yo estábamos de vacaciones, al fin, después de todo lo que he tenido que estudiar para por fin terminar Bachillerato e ir a la universidad. Aquella playa era preciosa, con ese agua azul turquesa, lo que me parecía raro es que no hubiese nadie siendo una playa tan bonita, pero bueno, supongo que así mejor, ya que así no la contaminan ni nos molestan.
Iba a quitarme la ropa para quedarme en bikini y meterme al agua cuando de pronto veo a una chica sola caminando por la orilla. Ella estaba cabizbaja y parecía estar hablando pero no había nadie con ella, tan sólo un perro. De pronto notó que la observaba y me dirigió una mirada fría y penetrante, por alguna extraña razón mi corazón sintió algo parecido entre dolor y amor. Lo del amor es normal, ya que se trataba de una chica preciosa, llevaba el pelo negro y rapado, los ojos verdes, unos labios terriblemente rojos para no estar pintados y no os cuento nada de su cuerpo, toda ella era perfecta, pero... por qué he sentido dolor, quizá puede ser porque esa mirada tan fría hizo que me rompiera el corazón. ¿Le habré caído mal?
Le quito importancia y corro hacia el mar ya que hacía tiempo que no iba a la playa y necesitaba relajarme.

Pasan las horas y nos tenemos que marchar, vamos hacia el pueblo en el que estamos residiendo por una semana, que justo está al lado de esa preciosa playa, es un pueblo pequeñito, las casas son blancas y azules y está un poco elevado por la montaña que hay en esa zona. No puedo dejar de pensar en la chica del perro, me pregunto si vivirá en este pueblo o será de otro cercano...
Mis padres me han dicho que hoy cenamos en un restaurante cercano a nuestra casa rural, no es que tenga mucho apetito, pero bueno, hay que tener fuerzas para mañana que nos iremos a hacer una ruta en bicicleta. Estábamos sentados en una de las mesas del restaurante cuando viene uno de los camareros a pedirnos nota, yo sólo quería una ensalada...

-Hola-dice el camar... la camarera? Alzo la mirada y veo que mi oído no me falla pero al parecer mi vista sí. Es la chica del perro. Nos os podéis hacer una idea de lo que me encanta esta chica y eso que solo la he visto una vez, pero esa única vez que la he visto me ha hecho descubrir ¿al amor de mi vida? No no no no, no exageremos tampoco, sólo me atrae físicamente con esa mirada penetrante, esos labios tan besables, ese cuerpo el cuál me gustaría acariciar una y otra vez, esos tatuajes que decoran su probablemente suave piel... ¡Basta!

Definitivamente me he enamorado.

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